Premios de Innovación Social de la Fundación Schwab 2026: Estos son los finalistas

Desde 1998, la Fundación Schwab para el Emprendimiento Social ha estado a la vanguardia a la hora de reunir a emprendedores sociales e innovadores pioneros de diversos sectores, industrias y áreas geográficas.

Cada año, la Fundación reconoce a una nueva generación de personas y organizaciones destacadas a través de sus Premios de Innovación Social. Los premios reconocen a líderes de cuatro categorías que abordan desafíos sistémicos con soluciones que mejoran la vida de millones de personas y demuestran que existen alternativas reales cuando los mercados tradicionales o los esfuerzos de desarrollo se quedan cortos.

Después de un proceso de selección riguroso, la Fundación Schwab tiene el placer de nombrar a 24 líderes de 18 organizaciones como los finalistas de los Premios de Innovación Social 2026. Procedentes de 16 países de los cinco continentes, estos finalistas ejemplifican cómo las ideas audaces, con raíces en realidades locales, pueden ampliarse para crear soluciones sostenibles y económicamente viables.

Desde combatir la trata de personas hasta replantear los sistemas educativos, suministrar agua potable y proporcionar medios de vida dignos, su trabajo impacta positivamente en las vidas de las personas al tiempo que transforma los sistemas en los que operan, allanando el camino para sociedades más inclusivas, equitativas y sostenibles.

Muchos de los finalistas de 2026 están abordando las desigualdades con modelos que empoderan a las comunidades mientras conforman y transforman los sistemas nacionales.

Omar Itani fundó FabricAID para abordar la crisis de residuos sólidos y la falta de ropa asequible para las comunidades de bajos ingresos en el Líbano. Desde 2017, el modelo totalmente circular de FabricAID ha recogido, clasificado y revendido más de un millón de prendas, llegando a más de 200 000 personas y evitando que 129,5 toneladas de residuos textiles acabaran en los vertederos solo en 2023. El programa de formación profesional de la organización crea más de 115 puestos de trabajo a tiempo completo para jóvenes y refugiados, y su negocio de suprarreciclaje generó 330 000 dólares en 2024.

En Nigeria, Olivia Onyemaobi, de Pad-Up Creations, está abordando la pobreza menstrual con compresas biodegradables y reutilizables fabricadas a partir de subproductos agrícolas. Más allá de los productos, su modelo forma a 22 000 mujeres de comunidades rurales como micro-emprendedoras, distribuyendo 12,9 millones de compresas y llegando a casi 700 000 niñas, configurando al mismo tiempo reformas en las políticas nacionales. Este modelo permite que las niñas no abandonen la escuela, que las mujeres tengan medios de vida dignos y que comunidades enteras dejen de depender de alternativas inseguras o abusivas.

En Chile, Ana María Raad, de Fundación Reimagina, está abordando las desigualdades educativas regionales, que hacen que la mitad de los jóvenes de 15 años tengan dificultades básicas de lectura. Al movilizar a ministerios, docentes y sociedad civil para crear herramientas digitales y pedagógicas, se ha logrado que más de 1,2 millones de docentes hayan recibido formación profesional y el 70% informe de mejoras en su práctica docente. Chile, Ecuador y Paraguay han incorporado los métodos de Reimagina en sus políticas nacionales, lo que ha propiciado un cambio duradero en la educación pública.

Estos pioneros demuestran que abordar la desigualdad consiste en prestar servicios y reconfigurar los sistemas que perpetúan la exclusión.

Los finalistas del premio a la Innovación Social Corporativa demuestran que, cuando integran el valor social en su estrategia de negocio, las empresas pueden impulsar un cambio significativo. También ponen de relieve un cambio: la innovación social ya no se limita a la filantropía, sino que está integrada en la forma en que las empresas operan y crecen.

En Kenia, Karen Mbasiye, de la Unidad de Tecnología para el Desarrollo de Safaricom, apoya a los agricultores a través de Digifarm, una plataforma móvil que ofrece formación, acceso al mercado y 7,2 millones de dólares en créditos. La plataforma de subsidio electrónico de Safaricom ha llegado a más de 3,3 millones de agricultores, demostrando cómo las empresas pueden proporcionar servicios inclusivos a gran escala.

En Francia, François-Ghislain Morillion y Sébastien Kopp, cofundadores de VEJA, han dedicado los últimos 20 años a crear una marca mundial de zapatillas deportivas que combina proyectos sociales, justicia económica y materiales respetuosos con el medio ambiente. Adquieren el caucho y el algodón directamente de 4500 familias de pequeños agricultores de Brasil, pagando precios muy superiores a los del mercado. VEJA ha pagado más de 10 millones de dólares en primas de comercio justo y utiliza el monitoreo por satélite para proteger 840 000 hectáreas de la Amazonia. Su ejemplo demuestra que las marcas globales pueden prosperar sin comprometer los valores sociales o ambientales.

Algunos desafíos son demasiado grandes para una sola organización. Los finalistas de la categoría Innovación Colectiva demuestran cómo las redes pueden convertir los esfuerzos individuales en soluciones sistémicas y duraderas.

La Red RAED en Egipto, dirigida por Emad Adly y Ghada Ahmadein, apoya a más de 275 organizaciones en el norte de África y Asia occidental para hacer frente al cambio climático. Sus programas de formación y diálogos regionales ayudan a las comunidades a actuar a nivel local e influir en las decisiones globales. Más de 200 000 ciudadanos han firmado un código de conducta regional sobre el clima.

En Estados Unidos, Beyond100K, codirigida por Talia Milgrom-Elcott y Maya Morales García, está abordando la escasez de profesores de disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) agrupando a más de 200 organizaciones asociadas. Esta iniciativa ha formado a más de 100 000 educadores y ha llegado a 11 millones de estudiantes. Su trabajo combina activismo a nivel nacional con apoyo sobre el terreno para garantizar que profesores de diversas procedencias lleguen a los estudiantes que más los necesitan.

En Bangladesh, Minhaj Chowdhury cofundó Drinkwell para abordar la crisis de agua potable con una resina nanotecnológica patentada, que ofrece una alternativa más eficiente y de menor costo que la ósmosis inversa. Esta tecnología elimina los metales pesados y ahorra agua y energía. A través de alianzas público-privadas, Drinkwell ha proporcionado agua potable a 2,4 millones de personas, garantizando su asequibilidad para las comunidades marginadas.

En Colombia, Movilizatorio, dirigido por Juliana Uribe Villegas, Lina Torres y Mariana Díaz, utiliza la tecnología para empoderar a más de 150 000 líderes ciudadanos que, de otro modo, se enfrentarían a una exclusión sistémica de la participación cívica y la toma de decisiones. A través de herramientas digitales, formación y redes de contactos, esta iniciativa apoya a los líderes de base para organizar campañas que influyen en las políticas sociales y ambientales. Su trabajo ha llegado directamente a más de 670 000 personas y ha inspirado a millones más.

Estas organizaciones demuestran que, cuando se concibe la tecnología de forma inclusiva, es posible fomentar la resiliencia, amplificar las voces de grupos marginados y promover la rendición de cuentas.

Desde la igualdad en la educación en Chile hasta la moda ética en Francia, pasando por la resiliencia de los agricultores en Kenia y la lucha contra el cambio climático en Egipto, los finalistas de los Premios de Innovación Social 2026 demuestran que existen soluciones a nuestros mayores desafíos. Su impacto es significativo, pero su verdadera contribución consiste en cambiar las reglas del juego: transformar los mercados, influir en las políticas y fortalecer el poder colectivo.

Los ganadores de los Premios de Innovación Social se darán a conocer en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en enero de 2026, lo que marcará el comienzo de un viaje de tres años para fomentar a los innovadores sociales y sus organizaciones con el fin de aumentar aún más su impacto.

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Los premios reconocen a innovadores sociales en cuatro categorías:

Se otorgan a líderes consolidados que emplean enfoques innovadores de mercado para abordar directamente cuestiones sociales.

• Ana María Raad Briz, Fundación Reimagina, Chile

• Ioana Bauer Sandescu, eLiberare, Rumanía

• Kibret Abebe, Tebita Ambulance, Etiopía

• Johanna Cordovez Amador, Tirando x Colombia, Colombia

• Minhaj Chowdhury, Drinkwell, Bangladesh

• Olivia Onyemaobi, Pad-Up Creations, Nigeria

• Omar Itani, FabricAID, Líbano

• Piyush Tewari, Fundación SaveLIFE, India

• Zaheera Mohamed, Ilifa Labantwana, Sudáfrica

Se otorgan a líderes de empresas multinacionales o regionales que impulsan el desarrollo de nuevos productos, servicios, iniciativas o modelos de negocio que abordan desafíos sociales y ambientales.

• François-Ghislain Morillion y Sébastien Kopp, VEJA, Francia

• Hamzah Sarwar, Reckitt Catalyst, Reino Unido

• Karen Mbasiye, Safaricom T4D Unit, Kenia

Estos líderes reúnen a diferentes organizaciones para resolver problemas complejos que no se pueden abordar de forma individual.

• Emad Adly y Ghada Ahmadein, Red RAED, Egipto

• Etienne Salborn, Academia de Innovación Social (SINA), Uganda

• Juliana Uribe Villegas, Lina Torres y Mariana Díaz, Movilizatorio, Colombia

• Mahendra Pandey, Red Global de Trabajadores Migrantes (GMWN), India

• Talia Milgrom-Elcott y Maya Morales García, Beyond100K, Estados Unidos

• Mithika J. Mwenda y Augustine Njamnshi, Alianza Panafricana por la Justicia Climática (PACJA)

Se trata de líderes del sector público, tanto del ámbito de los gobiernos como de las organizaciones internacionales, que utilizan el poder de la innovación social para crear bien público a través de políticas, regulaciones o iniciativas públicas.

Esta lista se dará a conocer en la Reunión Anual de 2026.

Ignacio Moreno, especialista en Selecciones, Comunidad e Impacto, también ha contribuido a este artículo.