ONU80: La ONU cumple 80 años con un proyecto de cambio. ¿Qué le depara el futuro?

Las Naciones Unidas celebran este año su 80.º aniversario, en una época y un mundo muy diferentes a aquellos en los que nacieron, pero que también presentan algunas similitudes sorprendentes.

Fundada oficialmente el 24 de octubre de 1945, menos de dos meses después del final de la Segunda Guerra Mundial, la ONU estableció sus objetivos en su Carta. Entre ellos se encontraban "mantener la paz y la seguridad internacionales", "reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales", "promover el progreso social y a elevar el nivel de vida" y garantizar "la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional".

La Organización contaba inicialmente con 51 miembros y ahora tiene 193, y al igual que su membresía, su misión también se ha ido ampliando poco a poco, evolucionando hacia áreas como la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el apoyo a la financiación con fines de desarrollo.

António Guterres, secretario general (cuyo mandato finaliza en diciembre de 2026), propone ahora que la ONU revise su función y su mandato, y ha aprovechado la oportunidad que brinda este hito histórico para lanzar la Iniciativa ONU80, "un esfuerzo de todo el sistema para racionalizar las operaciones, mejorar el impacto y reafirmar la relevancia de las Naciones Unidas en un mundo que cambia rápidamente".

Si bien los principios fundacionales de la ONU siguen siendo esenciales, especialmente teniendo en cuenta los conflictos en Ucrania, Sudán, Gaza, la República Democrática del Congo y otros lugares, lo cierto es que la organización se enfrenta a algunos de los mayores retos desde su creación.

"Es un buen momento para examinarnos a nosotros mismos y ver hasta qué punto estamos preparados en unas circunstancias que, seamos sinceros, son bastante difíciles para el multilateralismo y para las Naciones Unidas", afirma Guy Ryder, Secretario General adjunto de Política y presidente del Grupo de Trabajo ONU80.

El proceso ONU80 incluirá tres vías de reforma. La primera se centra en la mejora de la eficiencia y eficacia internas a través de "la reducción de la burocracia y la optimización de la presencia mundial de la ONU mediante el traslado de algunas funciones a lugares de destino de menor coste".

La segunda línea de trabajo es una revisión de la implementación de los mandatos que sustentan el trabajo de la Secretaría de la ONU, con el fin de eliminar a aquellos que han quedado obsoletos y "priorizar y postergar" los objetivos y el trabajo de la organización.

La tercera "explora si son necesarios cambios estructurales y un reajuste de los programas en todo el sistema de las Naciones Unidas" para simplificar las operaciones.

En un contexto de presión sobre el presupuesto de la ONU debido a la retención de contribuciones y recortes en la ayuda exterior por parte de algunos gobiernos, se ha dicho que ONU80 es una medida de ahorro de costos.

La propia ONU ha calificado estas presiones financieras como "innegables" y ha afirmado que los recortes se dejan sentir con mayor intensidad en los numerosos programas de ayuda que están en peligro debido al déficit presupuestario. Entre esos programas se incluyen la labor relacionada con el VIH/SIDA en Tayikistán y la protección de las mujeres y las niñas en zonas en crisis como la República Democrática del Congo, Sudán, Haití y Afganistán.

Sin embargo, Ryder afirma que ONU80 no tiene por objeto reducir los gastos ni recortar personal, y la organización ha calificado la iniciativa como "una reforma, no una reducción".

"La Iniciativa ONU80 quiere mejorar el impacto y el efecto del multilateralismo y de la ONU", afirma Ryder. "Eso no significa... que no tengamos que echar un vistazo a nuestro presupuesto y nuestros recursos en diferentes partes del sistema."

Y agrega: "Si la ONU es capaz de transformarse, de introducir mejoras, a veces a través de decisiones difíciles, eso puede significar que esas intervenciones que salvan vidas lleguen con mayor eficacia a las personas a las que servimos."

La ONU ha demostrado repetidamente su capacidad para cumplir su mandato, desde la firma del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares hasta la erradicación de la viruela gracias a la labor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la creación de UNICEF, que ha hecho posible que millones de niños reciban desde vacunas hasta servicios de saneamiento.

Incluso en el contexto difícil de los últimos años, la ONU ha seguido demostrando su capacidad para alcanzar acuerdos importantes para solucionar los mayores problemas del mundo. Solo este año ha puesto en marcha el Compromiso de Sevilla (un marco global renovado para financiar el desarrollo sostenible) y, a través de la OMS, el Acuerdo sobre Pandemias, que mejorará la forma en que el mundo se prepara y responde a brotes como el de la COVID-19.

Además, aunque la actual arquitectura de seguridad de la ONU ha sido criticada a raíz de la proliferación de conflictos actuales, es precisamente en estas situaciones donde los esfuerzos de mantenimiento de la paz y mediación de la organización cobran la misma importancia en el mundo actual que hace 80 años.

La Iniciativa ONU80 insta a que el proceso de reforma sea "inclusivo y transparente", y destaca que las voces de los jóvenes y los marginados son fundamentales para garantizar la paz y la seguridad.

La inclusión también será fundamental para asegurar el progreso en los ODS. Una ONU más inclusiva, que refleje las voces, las necesidades y las prioridades de los Estados miembros y otras partes interesadas, refuerza la legitimidad y la confianza del sistema, y hace que sus decisiones y acciones sean más representativas y sostenibles.

Estas reformas serán solo una parte de una reimaginación más amplia de la cooperación internacional que la ONU reconoce como necesaria ante las presiones que se ejercen hoy en día sobre el multilateralismo y el sistema tradicional de ayuda humanitaria. El Foro Económico Mundial apoya esta agenda a través del Consejo Mundial del Futuro sobre la Reimaginación de la Ayuda y creando un espacio para el diálogo sobre el futuro del multilateralismo.

"Si creemos que el multilateralismo es el mejor instrumento que tenemos para hacer frente a los retos mundiales, debemos asegurarnos de que renovamos, refrescamos y hacemos que esa maquinaria sea lo más eficaz y adecuada posible", afirma Ryder. "Saldremos de esto con unas Naciones Unidas más fuertes y preparadas para los retos que sin duda nos deparará el futuro".