El futuro de la competitividad global: 4 líderes revelan sus estrategias para afrontar la incertidumbre

La economía global está en constante cambio, con niveles de incertidumbre que alcanzan máximos históricos.

Las divisiones geopolíticas se profundizan y los responsables de tomar decisiones se enfrentan a un crecimiento lento, márgenes financieros limitados y crecientes tensiones entre las prioridades nacionales y globales.

El avance acelerado de las tecnologías, los cambios demográficos y la creciente vulnerabilidad climática también están transformando el panorama global y lo seguirán haciendo en los próximos años.

Mantenerse competitivo en este contexto es cada vez más difícil, pero también más necesario. Identificar los problemas es una cosa; encontrar soluciones es mucho más complejo. La capacidad de definir estrategias para afrontar una mayor incertidumbre geopolítica y económica será clave para que empresas y países mantengan —y refuercen— su ventaja competitiva.

La segunda edición de la serie Futuros Económicos Globales del Foro Económico Mundial, desarrollada en colaboración con Accenture, presenta cuatro escenarios posibles para la competitividad en los próximos cinco años. Cada uno de estos futuros podría transformar sectores y estrategias.

Preguntamos a altos ejecutivos: ¿cuál es la fuerza más disruptiva que está moldeando la competitividad en su sector y por qué? ¿Y cuál es el cambio estratégico más significativo que están observando frente a la creciente incertidumbre geopolítica y económica? Esto fue lo que respondieron.

La fuerza más disruptiva que actualmente está moldeando la competitividad en el sector bancario europeo es el riesgo geopolítico. Esto incluye conflictos en curso como la guerra en Ucrania, el aumento de las tensiones con potencias globales como Estados Unidos y China, y una creciente incertidumbre en torno a las cadenas de suministro y los aranceles comerciales.

Estas dinámicas generan inestabilidad financiera y dificultan las operaciones transfronterizas, además de aumentar la fragmentación regulatoria. Como resultado, el cumplimiento normativo se vuelve más complejo y costoso para los bancos que operan en múltiples jurisdicciones. Los choques geopolíticos también influyen en variables macroeconómicas como las tasas de interés, la inflación y las condiciones crediticias, que afectan directamente la rentabilidad de los bancos y su exposición al riesgo.

Una dimensión cada vez más crítica del riesgo geopolítico es la ciberseguridad. El aumento de las tensiones ha provocado un auge de las amenazas cibernéticas, lo que obliga a los bancos a invertir fuertemente en resiliencia digital y continuidad operativa.

Si bien otras fuerzas, como la innovación impulsada por la inteligencia artificial, la regulación climática o la escasez de talento, también están transformando el sector bancario, el riesgo geopolítico destaca por su capacidad de generar disrupciones sistémicas y repentinas. Estos eventos pueden alterar rápidamente las economías y el panorama bancario, lo que lo convierte en el desafío más urgente e impredecible para los bancos europeos hoy.

En general, los bancos están respondiendo al integrar evaluaciones de riesgo geopolítico en sus marcos centrales de gestión de riesgos, reforzar sus colchones de capital y liquidez cuando es necesario, e invertir intensamente en ciberseguridad y resiliencia operativa.

La disponibilidad de recursos es crucial para el sector energético. Durante años, los productores de petróleo de Medio Oriente lideraron las exportaciones de petróleo y productos refinados gracias a sus vastas reservas terrestres de bajo costo. En el transcurso de una década, Estados Unidos pasó de ser un importador de petróleo y gas a convertirse en un exportador líder de GNL (gas natural licuado), y ganó ventaja en el sector petroquímico gracias a la revolución del shale, impulsada por su ecosistema único de recursos abundantes, regulación basada en incentivos y una industria de servicios dinámica.

La guerra en Ucrania provocó un cambio estratégico importante, ya que Europa tuvo que reemplazar el gas ruso por gas natural licuado proveniente de Estados Unidos. Un mercado de GNL ajustado, en el que Europa ahora importa, combinado con una demanda asiática histórica, provocó un aumento en los precios del gas y la electricidad.

El aumento de los precios de la energía ha reducido la competitividad industrial de Europa, generando una fuerte carga para los sectores intensivos en energía y presionando los presupuestos estatales, lo que afecta la transición energética al reducir el apoyo a tecnologías emergentes y bajas en carbono. La seguridad del suministro se ha convertido en una nueva prioridad, lo que ha ayudado a reactivar la industria nuclear en algunos países y a impulsar las energías renovables en otros.

La fuerza más profunda que está transformando nuestro sector financiero hoy es la innovación tecnológica. Si bien la inestabilidad global tiene implicaciones a largo plazo, es la tecnología la que representa el agente de cambio más inmediato y disruptivo. Esta transformación ofrece tanto una oportunidad formidable como una amenaza significativa para las organizaciones en todo el mundo, al permitir nuevos niveles de eficiencia y conocimiento, mientras exige agilidad, responsabilidad y adaptabilidad estructural en igual medida.

Brasil se ha posicionado como líder en finanzas digitales, impulsado por plataformas cada vez más inteligentes y una cultura de adopción rápida. Contribuimos a esta evolución mediante el despliegue de inteligencia artificial generativa (GenAI), con más de 500 casos de uso desarrollados, incluyendo más de 100 ya en producción. Nuestra superapp integra más de mil modelos de IA para ofrecer a los clientes experiencias altamente personalizadas, y fuimos los primeros en lanzar un asesor de inversiones completamente conversacional. En conjunto, estas tecnologías están dando paso a una nueva era —más consultiva, empática y centrada en el bienestar financiero a largo plazo.

El contexto global actual —caracterizado por tensiones geopolíticas, volatilidad cambiaria y fluctuaciones en los precios de las materias primas— requiere estrategias sólidas y con visión de futuro. En el sector financiero de Brasil, esto ha impulsado una respuesta multidimensional que combina una asignación disciplinada del crédito, una búsqueda constante de eficiencia operativa y un compromiso profundo con la innovación.

Hemos adoptado un modelo centrado en el cliente potenciado por soluciones digitales que mejoran tanto la personalización de nuestros servicios como la resiliencia de nuestros resultados. Un pilar clave de esta estrategia es nuestro marco propio de GenAI, que se está integrando en herramientas transaccionales y de gestión financiera para apoyar la toma de decisiones tanto de clientes individuales como corporativos.

También hemos establecido el Instituto Itaú de Ciencia y Tecnología, que actualmente realiza más de 50 proyectos de investigación en inteligencia artificial y computación cuántica, en colaboración con instituciones académicas como la Universidad de Stanford y el MIT.

La inteligencia artificial es la fuerza más disruptiva que está remodelando la competitividad en el sector logístico. Está llevando la eficiencia a nuevos niveles y transformando la manera en que operan las empresas. Por ejemplo, la inteligencia artificial generativa optimiza en tiempo real las rutas y la gestión de inventarios, reduciendo significativamente los costos y abordando la escasez de mano de obra mediante la automatización.

Además, la IA impulsa modelos de negocio innovadores, como el envío predictivo, que mejora los ecosistemas de compartición de recursos. Este enfoque puede aumentar la utilización de activos hasta en un 60 %, ofreciendo a las empresas una ventaja competitiva sostenible. A diferencia de factores externos como la geopolítica o las políticas comerciales, la IA brinda a las empresas una ventaja competitiva controlable. Al utilizar datos propios y ciclos rápidos de innovación, las compañías pueden mantener su liderazgo en el mercado.

En esencia, la IA no solo optimiza las operaciones, sino que también abre nuevas vías para el crecimiento y la eficiencia en la logística.

El cambio estratégico clave que estamos observando es la diversificación de la cadena de suministro. La volatilidad geopolítica ha obligado a adoptar tres adaptaciones críticas: el reequilibrio geográfico, las redes de múltiples proveedores y la resiliencia potenciada por la tecnología. Estamos viendo que las empresas están expandiendo sus cadenas de suministro a través de diferentes regiones, en lugar de depender de un solo lugar.

Esto les ayuda a evitar riesgos derivados de tensiones geopolíticas y a mantener sus operaciones sin interrupciones. Al mismo tiempo, las empresas trabajan con varios proveedores para un mismo producto, lo que reduce la dependencia de una sola fuente, mejora el poder de negociación y permite respuestas más rápidas a cambios en la demanda.

Por último, las compañías están utilizando tecnologías como la IA y el análisis de datos para fortalecer sus cadenas de suministro. Estas herramientas mejoran la visibilidad y permiten reaccionar más rápido ante interrupciones, mejorando así la eficiencia de sus operaciones.