Naturaleza y clima en Davos 2025: conclusiones clave

Esperanza y posibilidad. Esos fueron los sentimientos predominantes que surgieron durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial de este año en mis conversaciones con líderes empresariales y políticos, así como con expertos y académicos.

Llegamos al encuentro con la dura realidad de que el mundo ya está experimentando los efectos reales y perjudiciales del cambio climático. El año pasado (2024) fue el más caluroso en 100.000 años, entre el 70 % y el 80 % de los arrecifes de coral del mundo están blanqueados, y muchos otros ecosistemas naturales están al borde del colapso. Los incendios forestales en Los Ángeles, California, que alcanzaron su punto más intenso en los días previos a la reunión, son un recordatorio sombrío de la devastación que el clima extremo, impulsado por el cambio climático, provoca en comunidades, empleos y propiedades.

En este contexto, las empresas enfrentan dificultades para desarrollar resiliencia y agilidad frente a las incertidumbres y complejidades derivadas de las tensiones geopolíticas, las disrupciones tecnológicas y los efectos del cambio climático en su fuerza laboral, activos y cadenas de suministro. Al mismo tiempo, deben seguir asegurando el crecimiento y la rentabilidad, al tiempo que desarrollan estrategias a largo plazo para las personas y el planeta.

Nadie pasó por alto que, en el primer día de la Reunión Anual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para retirar al país del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Entonces, ¿por qué siento optimismo tras el encuentro?

Primero, en Davos se anunciaron varias iniciativas clave sobre clima y naturaleza, lo que marca un progreso significativo en alianzas concretas y orientadas a la acción. Esto refuerza el impulso positivo e imparable en materia climática y ambiental que ya está en marcha.

Segundo, científicos, líderes de opinión y expertos de la industria nos están proporcionando mayor claridad sobre el estado del planeta y las acciones necesarias para mitigar riesgos de manera efectiva e invertir en oportunidades para el futuro.

Y tercero, hay un reconocimiento creciente, respaldado por evidencia, de que las empresas que aprovechan los datos y la tecnología, y que adoptan nuevos modelos de negocio sostenibles, están en una posición mucho más sólida para atraer talento y construir una ventaja competitiva a largo plazo.

Uno de los anuncios más destacados de la Reunión Anual de este año fue la creación del Corredor Verde Kivu-Kinshasa. Esta iniciativa busca restaurar y proteger 540.000 kilómetros cuadrados de tierra a lo largo de toda la cuenca del Congo, generando empleo y apoyo comunitario para la población congoleña, además de impulsar una economía basada en el turismo sostenible, la agricultura y la energía limpia.

Esta reserva tropical, del tamaño de Francia, es uno de los grandes pulmones del planeta. Ahora se convertirá en la mayor reserva comunitaria protegida del mundo. Como un verdadero tesoro de biodiversidad, alberga 10.000 especies de aves y muchas especies animales emblemáticas y en peligro de extinción, además de capturar 1.500 millones de toneladas de CO2 al año.

La zona recibirá el estatus de área protegida y tomará como base el éxito del parque nacional más antiguo de África, Virunga, y de la Alianza Virunga, creada hace 12 años para fomentar la actividad económica verde en los alrededores del parque. Me inspiraron las palabras del presidente de la República Democrática del Congo, Félix-Antoine Tshisekedi Tshilombo, cuando en el lanzamiento afirmó que el corredor verde sería un “modelo de transparencia, gobernanza y competencia justa en una región en busca de desarrollo sostenible”.

Nuestro trabajo para combatir la contaminación por plásticos también dio un gran paso adelante durante la Reunión Anual 2025. El Foro apoya la iniciativa más grande a nivel mundial contra la contaminación por plásticos: la Alianza Global para la Acción contra la Contaminación por Plásticos (GPAP, por sus siglas en inglés). Actualmente tenemos 25 asociaciones con 25 gobiernos, todos los cuales han establecido objetivos, la mayoría para 2025 o 2030, para abordar sus problemas locales de contaminación por plásticos. Trabajarán estrechamente con empresas y la sociedad civil para lograrlo y compartirán las mejores prácticas a través de la plataforma GPAP.

Además, la Reunión Anual vio avances tangibles para abordar los problemas que enfrentan las empresas en sus procesos de sostenibilidad. Particularmente, la Coalición de los Primeros Movilizadores analizó cómo se podrían fortalecer las áreas de política y colaboración para apoyar la transición verde, incluyendo los pasos que los gobiernos pueden tomar para acortar el proceso de permisos para las empresas que invierten en tecnologías verdes.

Otro punto destacado fue el anuncio del gobierno tailandés de que empoderará a agricultores, comerciantes, marcas y minoristas para aumentar el suministro de producción de alimentos sostenibles, especialmente arroz de bajo metano, uno de los mayores productos de exportación de Tailandia.

Los detalles importan. Para los pioneros de la transición verde, traducir la ambición en realidad requiere una planificación y ejecución cuidadosa. También significa mantener la agilidad y estar preparados para resolver problemas a medida que surjan, sin perder el foco en los objetivos y metas a largo plazo.

Un reciente informe del Foro, en colaboración con el Instituto Potsdam de Investigación sobre el Impacto Climático (PIK) y CDP, sobre la salud de los sistemas planetarios y el estado de la acción corporativa en relación con la naturaleza y el clima, muestra que solo el 10% de las empresas están logrando avances tangibles y significativos en sus objetivos climáticos y de naturaleza. Dada la energía y el compromiso que observé en la Reunión Anual, soy optimista de que este porcentaje crecerá y espero escuchar más historias de éxito sobre nuevos caminos hacia la transición verde en el futuro.

Actualmente estamos viendo los efectos del cambio climático a gran escala, y el sentimiento predominante en Davos fue que esto es solo el comienzo. La reunión incluyó sesiones sobre las interconexiones e interdependencia entre las personas, la salud, la seguridad alimentaria y el agua, así como temas como la inclusión, la justicia, la creciente amenaza de los desiertos de seguros y los riesgos para los sistemas financieros.

Un área de enfoque fue el uso creciente de la tecnología. En particular, los asistentes a la reunión exploraron cómo la inteligencia artificial, los sensores, los satélites y el aprendizaje automático pueden apoyar mejor a las empresas y comunidades en la reducción de emisiones y en los esfuerzos de restauración y conservación de la naturaleza, mientras se enfrentan a eventos climáticos extremos y construyen resiliencia.

Un punto destacado para mí fue la presentación del exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, sobre Climate Trace, una colaboración de más de 100 organizaciones y expertos durante los últimos cinco años para proporcionar datos de fácil acceso, gratuitos, oportunos, de alta calidad y completos para monitorear y gestionar las emisiones de carbono en todas las industrias y geografías. Esta iniciativa innovadora permite a los gobiernos y las empresas adoptar un enfoque más oportuno y específico para eliminar la contaminación y proteger mejor la salud humana.

La reunión también destacó la creciente interacción entre la ciencia climática de vanguardia y el conocimiento de las comunidades indígenas y las organizaciones de la sociedad civil en la protección del planeta. De esta convergencia están surgiendo soluciones adaptadas a los contextos locales, que brindan a comunidades, responsables de políticas y empresas modelos para restaurar la armonía con la naturaleza, al mismo tiempo que generan oportunidades para las poblaciones.

La Reunión Anual 2025 culminó con la primera edición de los Premios Giving to Amplify Earth Action (GAEA). Esta ceremonia reconoció cinco iniciativas innovadoras en las categorías de ciencia, innovación, negocios, alianzas intersectoriales y liderazgo intergeneracional. Cada una de estas iniciativas está impulsando transformaciones sistémicas en favor de las personas y el planeta de distintas maneras. Quiero felicitar a los ganadores de los Premios GAEA: estos héroes y heroínas me inspiran y refuerzan la esperanza de que podemos construir un futuro mejor con oportunidades para todos.