Por qué preparar el comercio global para el futuro es clave para un crecimiento sostenido

El panorama del comercio global ha experimentado cambios dramáticos en los últimos años. Las tensiones geopolíticas, los cuellos de botella en las cadenas de suministro y los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 han creado un entorno de incertidumbre y disrupción.

A pesar de estos desafíos, un comercio global estable sigue siendo crucial para garantizar el crecimiento económico y el desarrollo. La urgencia de abordar estos problemas nunca ha sido mayor, ya que el mundo enfrenta un aumento de las medidas proteccionistas, barreras comerciales en ascenso y la necesidad de prácticas sostenibles para mitigar los impactos ambientales y sociales.

Ahora más que nunca, es esencial examinar detenidamente el estado actual del comercio global y explorar estrategias para mejorar el clima del comercio internacional.

A pesar de los desafíos, la interconexión global se mantiene en niveles récord. Los datos hasta mediados de 2024, recopilados a través del DHL Connectedness Tracker, una herramienta para medir la conectividad internacional y los flujos comerciales, muestran que los flujos internacionales son sorprendentemente resilientes a las tensiones geopolíticas y las incertidumbres.

El comercio internacional sigue siendo un pilar central de la economía global. En 2023, el 21% del valor de todos los bienes y servicios producidos se comercializó a nivel internacional, justo por debajo del récord histórico del 22% registrado en 2022.

Es destacable que los países que no son aliados cercanos de los Estados Unidos ni de China están aumentando su participación en el comercio global, superando las divisiones geopolíticas. Estos países "no alineados" geopolíticamente se benefician de los cambios en la dinámica comercial. Además, la distancia promedio que recorren los bienes comercializados ha alcanzado un récord histórico, desafiando la noción de una tendencia general hacia la regionalización.

Los datos actuales demuestran que la globalización sigue siendo fuerte. Estos desarrollos destacan la resiliencia y adaptabilidad del comercio internacional frente a las tensiones geopolíticas y las incertidumbres. Sin embargo, el clima de las políticas comerciales se ha deteriorado en los últimos años.

Este deterioro se evidencia en el aumento de las medidas proteccionistas, el crecimiento de las barreras comerciales y la creciente prevalencia de los conflictos geopolíticos que dificultan la cooperación internacional y el libre comercio.

Es por eso que las sociedades de todo el mundo harían bien en desarrollar y seguir estrategias para fortalecer el comercio global, promoviendo la prosperidad y combatiendo la pobreza a nivel mundial.

Para reforzar el comercio global en este panorama complejo y cambiante, es necesario adoptar diversos enfoques. La sostenibilidad, el uso de tecnología, la digitalización y las estrategias de políticas comerciales realistas son fundamentales.

El comercio de bienes inevitablemente genera un aumento del tráfico y de los impactos ambientales asociados, como emisiones de carbono, deforestación y contaminación. El rápido crecimiento del comercio global ha ejercido una enorme presión sobre los recursos naturales y los ecosistemas.

Para aumentar la aceptación del comercio y minimizar sus impactos negativos en el medio ambiente y la sociedad, es urgente avanzar hacia una transformación de la logística sostenible. Las empresas deben invertir en tecnologías y prácticas respetuosas con el medio ambiente para reducir su huella de carbono y minimizar el impacto ambiental.

Esto se puede lograr mediante vehículos eléctricos, la optimización de las cadenas de suministro y el uso de energías renovables. Además, los sistemas estandarizados de certificación y etiquetado pueden ayudar a los consumidores a tomar decisiones más sostenibles.

Los gobiernos deben establecer políticas claras, coherentes y, preferiblemente, alineadas a nivel internacional que apoyen a las empresas en la adopción de prácticas sostenibles sin perder competitividad. Estas directrices brindan seguridad para la planificación y fomentan la competitividad internacional.

El uso de la tecnología es fundamental para mantener la resiliencia del comercio. Las plataformas digitales, el análisis de datos y la automatización optimizan las operaciones y hacen que las cadenas de suministro sean más transparentes y eficientes. Estos avances permiten tomar decisiones más rápidas y responder mejor a las interrupciones.

Por ejemplo, las empresas pueden usar sistemas de rastreo en tiempo real y análisis de datos avanzados para identificar posibles cuellos de botella de forma anticipada y tomar medidas para evitarlos.

La automatización es otro componente clave. Desde almacenes automatizados hasta sistemas avanzados de clasificación, se están explorando formas innovadoras de mejorar las operaciones y reducir la dependencia de procesos manuales. Estas tecnologías no solo incrementan la eficiencia, sino que también pueden disminuir el consumo de energía y contribuir a los esfuerzos de sostenibilidad.

La complejidad de las barreras comerciales seguirá en aumento. Los avances tecnológicos pueden ayudar a enfrentar este desafío.

La digitalización es de gran utilidad para gestionar los procesos aduaneros. Sin embargo, también requiere marcos regulatorios adecuados que, en lugar de generar burocracia, busquen facilitar y agilizar los procesos.

Mediante el uso de tecnología blockchain y otras soluciones digitales, las empresas pueden mejorar la eficiencia en los trámites aduaneros y reducir los tiempos de procesamiento.

Hemos observado un cambio del multilateralismo hacia un sistema basado en el poder, impulsado principalmente por actores políticos que priorizan la seguridad económica y adoptan posturas nacionalistas. Actualmente, resulta poco realista esperar una reversión de la tendencia hacia un aumento de las barreras comerciales.

Por el contrario, se prevé que estas barreras sigan creciendo. Las sociedades liberales, democráticas y "basadas en valores" deben adaptar sus estrategias en consecuencia, enfocándose, por ejemplo, en diversificar cada vez más sus relaciones comerciales y en negociar acuerdos bilaterales específicos. Estos acuerdos pueden centrarse en un número limitado de temas y/o sectores donde sea posible alcanzar consensos.

La colaboración es fundamental para gestionar la complejidad del comercio global. Gobiernos, empresas y proveedores logísticos deben trabajar en conjunto para crear un ecosistema comercial más resiliente y sostenible.

Esto implica invertir en infraestructura, promover la innovación e implementar medidas que respalden un comercio libre y justo.

En tiempos de incertidumbre y disrupción, es más importante que nunca trabajar juntos en soluciones que fortalezcan el comercio global y garanticen un futuro sostenible.