Invertir en resiliencia hídrica es crucial – y también una oportunidad por explotar
La resiliencia hídrica es un reto cada vez más importante, e invertir en ella puede reportar beneficios. Image: Jeremy Shelton
- El 50% de los recursos mundiales de agua potable están degradados.
- Alrededor de 1800 millones de personas se enfrentan a una escasez absoluta de agua.
- Invertir en resiliencia hídrica tiene una importancia existencial, pero también presenta grandes oportunidades.
La relación compleja y esencial de la humanidad con el agua es uno de los desafíos más acuciantes a medida que nos adaptamos a un planeta que se calienta.
El 50% de los recursos mundiales de agua potable se encuentran ya muy degradados como consecuencia del cambio climático, el crecimiento demográfico, las deficiencias en la planificación y el uso del suelo, entre otros factores. Se prevé que dos tercios de la población mundial experimentarán estrés hídrico en 2025 y que 1800 millones de personas se enfrentarán a una escasez absoluta de agua.
Las amenazas a la seguridad hídrica, desde inundaciones devastadoras hasta una grave escasez de agua, ya nos afectan. Como hemos visto en 2024, el impacto del cambio climático, exacerbado por las intervenciones humanas, está dejando su rastro y poniendo en situación de riesgo a millones de personas.
El pasado mes de octubre, por ejemplo, más de 200 personas perdieron la vida en el este de España en cuestión de minutos a causa de inundaciones repentinas que destruyeron los medios de subsistencia de otras miles de personas. Como Europa se calienta dos veces más rápido que la media mundial, es probable que este tipo de fenómeno meteorológico extremo localizado sea cada vez más frecuente.
Al mismo tiempo, millones de personas en el sur de África atraviesan una de las peores sequías de las últimas décadas, que ha acabado con hasta el 80% de las cosechas y exacerbado los conflictos entre los seres humanos y la fauna salvaje a medida que aumenta la presión sobre los recursos.
En el sistema cerrado de la Tierra, el agua es un recurso finito. Si no lo protegemos, se convertirá en un recurso cada vez más escaso, lo que tendrá consecuencias devastadoras.
Aprovechar las fuerzas de la naturaleza para reforzar la resiliencia hídrica
Sin embargo, la naturaleza tiene la clave para reparar nuestra relación con el agua. Los bosques, los humedales, las praderas y los ríos ya desempeñan un papel crucial a la hora de garantizar que tengamos suficiente agua limpia y que las comunidades sean más resilientes a los efectos del cambio climático.
Se ha demostrado que las soluciones basadas en la naturaleza, o infraestructuras "verdes" – alternativas a las infraestructuras "grises" construidas por los humanos, como represas o regulaciones fluviales – aportan beneficios rentables, cuantificables y sostenibles para impulsar la resiliencia hídrica de las personas y la naturaleza, especialmente las más vulnerables a los impactos climáticos. Sin embargo, organizar los esfuerzos para salvaguardar las cuencas hidrográficas y mejorar tanto la cantidad como la calidad del agua es una tarea compleja, que requiere una gran experiencia.
Ampliar la acción colectiva por soluciones basadas en la naturaleza
Durante las dos últimas décadas, The Nature Conservancy (TNC) ha liderado inversiones en cuencas hidrográficas en todo el mundo a través de mecanismos de acción colectiva como el Fondo de Agua de la Región Metropolitana de Ciudad del Cabo. Como parte de una coalición más amplia, TNC colabora con partes interesadas de los sectores público y privado y con comunidades locales para restaurar la infraestructura natural con el fin de mejorar el suministro de agua a represas clave que abastecen a Ciudad del Cabo. Busca así evitar que la ciudad repita lo ocurrido en 2018, cuando se enfrentó al riesgo de quedarse sin agua dulce.
Para ampliar a escala mundial las soluciones hídricas basadas en la naturaleza, TNC y la consultora de gestión Pegasys, con el apoyo de socios precursores como LGT Venture Philanthropy, crearon el Mecanismo "Nature for Water" (N4W). Lanzada en 2022, esta alianza ha apoyado a organizaciones locales para establecer más de 30 programas de cuencas hidrográficas en África, India, Estados Unidos y América Latina hasta la fecha, beneficiando a millones de personas y protegiendo grandes extensiones de tierra y agua.
Cada programa de cuencas hidrográficas se basa en el contexto local y se desarrolla junto con las comunidades locales y los patrocinadores, como empresas de servicios públicos, organismos gubernamentales y ONG. Por ejemplo, el Fondo de Agua Cuenca Verde de Colombia invierte en proyectos de soluciones basadas en la naturaleza que mejoran la calidad del agua en Medellín, la segunda ciudad del país, y en el valle de Aburrá, que la rodea. Hasta la fecha, el Fondo de Agua ha beneficiado a 866 familias, ha mejorado la gestión de unas 20 000 hectáreas y ha permitido plantar más de 255 000 árboles para mejorar la integridad ecológica de las cuencas que abastecen a la región.
El Fondo de Agua del Alto Tana-Nairobi, en Kenia, nació del principio de que es más barato prevenir los problemas del agua en su origen que resolverlos más tarde. El fondo reúne a usuarios públicos y privados situados aguas abajo, como la ciudad de Nairobi y sus residentes, y a guardianes de cuencas aguas arriba, como pequeños agricultores, en torno a su interés común por un futuro hídrico saludable. El fondo involucra a las comunidades locales en la conservación del agua, en particular mediante la promoción de la agrosilvicultura y el cultivo de árboles para el secuestro de carbono, generando así créditos de carbono que contribuyen a los medios de subsistencia agrícolas.
En el Reino Unido, aunque famoso por sus humedales, el condado agrícola de Norfolk es uno de los más secos del país, y se enfrenta a una tormenta perfecta de desafíos que incluyen una población creciente, la degradación de los ecosistemas y un clima en proceso de cambio. En 2024, TNC puso en marcha su primer fondo de agua en Europa, en colaboración con la empresa local de aguas, el gobierno municipal y otros participantes. Juntos, estos socios respaldan un plan de negocio para una cartera de 30 millones de libras (38 millones de dólares) de soluciones basadas en la naturaleza que ofrecen un enfoque holístico de gestión de los recursos hídricos de la región.
Con una combinación de grandes poblaciones en grandes ciudades y ríos relativamente cortos, los modelos de TNC muestran que la región de Asia-Pacífico tiene un gran potencial para soluciones basadas en la naturaleza para el agua. Si la región experimenta el crecimiento demográfico del 50% previsto para 2050, invertir ahora en la naturaleza podría resultar fundamental para reforzar la resiliencia hídrica.
Invertir en resiliencia hídrica: Una oportunidad por explotar
Hasta ahora, reorientar las inversiones del sector del agua hacia la naturaleza ha sido una oportunidad de mercado en gran medida desaprovechada. El Banco Mundial calcula que el PIB se reduciría en 2,7 billones de dólares para 2030 si los principales servicios ecosistémicos colapsaran. En cambio, la coordinación de políticas inteligentes y respetuosas con la naturaleza podría aumentar el PIB mundial hasta en 150 000 millones de dólares para 2030.
Pero nos queda mucho camino por recorrer en pocos años. En la actualidad, las inversiones tradicionales en infraestructuras hídricas grises ascienden a unos 800 000 millones de dólares anuales, frente a solo 1000 millones de inversiones en soluciones basadas en la naturaleza.
Las iniciativas de colaboración público-privada, que abordan la resiliencia hídrica de forma holística, siguen siendo la excepción y requerirán nuevos mecanismos de financiación que combinen inversiones públicas y privadas para impulsar soluciones hídricas basadas en la naturaleza, que se necesitan urgentemente. En promedio, se calcula que los programas de inversión en cuencas hidrográficas, como los fondos de agua, tienen una duración de entre 15 y 30 años, y un tamaño medio de 30 millones de dólares.
La filantropía catalizadora, como la de LGT Venture Philanthropy, ha demostrado ser fundamental para aportar el capital inicial necesario para ampliar la escala de estos modelos. De hecho, se necesitarán más inversiones, y más innovadoras, para cambiar el rumbo de la relación de la humanidad con el agua, y aprovechar la oportunidad que ofrece la naturaleza en Asia, Europa y en todo el mundo.
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