La desinformación es una amenaza para nuestro ecosistema de confianza. Los expertos explican cómo frenarla

En una era en la que la tecnología digital forma parte de casi todos los aspectos de nuestras vidas, la difusión de información nunca ha sido tan fácil ni tan instantánea. Sin embargo, en un mundo en el que la información falsa puede propagarse por todo el mundo con solo un clic, nos enfrentamos a una cuestión crítica: ¿cómo protegemos la verdad mientras una oleada de desinformación amenaza nuestros ecosistemas de información y nuestras sociedades democráticas?

Hoy en día, la proliferación de contenidos falsos en línea es penetrante y erosiona aún más la confianza mundial en las instituciones. De hecho, sólo el 40% de las personas afirma confiar sistemáticamente en las noticias. Como destaca el Informe sobre Riesgos Mundiales 2024 del Foro Económico Mundial, la desinformación se considera el principal riesgo mundial en los próximos dos años, y el quinto riesgo mundial en los próximos diez años.

Hacer frente a la desinformación requiere un esfuerzo concertado de todos los sectores. Los gobiernos, los medios de comunicación, las empresas tecnológicas y la sociedad civil deben colaborar para crear una defensa multidimensional contra la difusión de la falsa información. Para contrarrestar la difusión de información falsa, es vital que los usuarios de Internet adquieran nociones básicas sobre los medios de comunicación, que se garantice la independencia y viabilidad de las organizaciones de noticias, y que se aproveche la tecnología para distinguir entre periodismo fidedigno y desinformación.

Estas acciones clave se debatieron en la 54ª Reunión Anual del Foro en Davos en la sesión titulada "Defender la verdad", en la que participaron expertas de todos los sectores y especialidades. Entre los participantes se encontraban Věra Jourová, Vicepresidenta de Valores y Transparencia de la Comisión Europea; Meredith Kopit Levien, Presidenta y Directora General del New York Times; Jeanne Bourgault, Presidenta y Directora General de Internews; y Emma Tucker, Jefa de Redacción de The Wall Street Journal.

La actual era digital ha revolucionado nuestra forma de acceder a la información y consumir noticias. Esto ha contribuido al auge de ecosistemas mediáticos fragmentados y aislados, que pueden simplificar por demás cuestiones complejas.

Este cambio ha dificultado que las audiencias aprecien plenamente el valor del periodismo independiente y ha ofuscado la distinción entre periodismo independiente basado en hechos y las opiniones partidarias. También ha permitido que la desinformación se extienda sin freno, alimentando la desconfianza y la división.

"Tenemos que ayudar al público a ser más consciente del valor y la importancia del periodismo independiente. A la gente le resulta muy difícil, por muchas razones, distinguir lo que es y lo que no es", dijo Levien, del New York Times, durante la sesión de Davos.

Tucker, del Wall Street Journal, añadió: "La confianza es nuestro activo más valioso. Y en el momento en que la perdamos, nuestros modelos de negocio se vendrán abajo. Eso también significa que tenemos que corregir nuestros errores. Tenemos que ser honestos cuando nos equivocamos".

En la era de la comunicación instantánea, uno de los principales retos es que la desinformación viaja más rápido de lo que puede verificarse la verdad, creando un caldo de cultivo para la confusión y la desconfianza. A diferencia de la propagación viral de la desinformación, el proceso de descubrir la verdad suele ser lento y arduo, exigiendo una verificación meticulosa y una investigación cuidadosa.

«En muchos casos, la verdad se desvela lentamente. La mayoría de las grandes historias sobre eventos de suma importancia, en las que el público necesita comprender y saber a quién responsabilizar y por qué, tardan días, semanas y a veces meses", añadió Levien, citando la investigación de meses del Times sobre las acusaciones de agresión sexual en Hollywood que ayudaron a desencadenar el movimiento #MeToo.

Otra preocupación fundamental para defender la verdad es la peligrosidad de informar desde zonas de conflicto o bajo regímenes autoritarios. Al informar desde estos lugares, los periodistas suelen correr peligro, lo que dificulta la difusión de información precisa sobre ese lugar y esos hechos, esencial para que la opinión pública esté bien informada.

"Es un problema enorme", dijo Tucker, señalando que hay "países a los que no podemos enviar a nuestros periodistas, y eso es un reto para nosotros, porque dependemos de los relatos de testigos presenciales para asegurarnos realmente de que estamos llegando a la verdad. Es una tendencia muy desalentadora".

Bourgault, de Internews, se hizo eco de la preocupación por los periodistas que trabajan en zonas de peligro, señalando que el actual conflicto de Oriente Medio es el "conflicto más mortífero de la historia del periodismo desde que el Comité para la Protección de los Periodistas registra dichos acontecimientos."

Los Principios para el Futuro de los Medios Responsables en la Era de la IA, un libro blanco del Foro Económico Mundial, señalan que la fragmentación de los medios, unida al aumento de contenidos de la IA generativa que a menudo no se distinguen de los "no sintéticos", han hecho más difícil para los consumidores saber en qué confiar y han aumentado la creencia de que los medios son parciales o poco fiables. A su vez, los consumidores de noticias se han vuelto más susceptibles a la desinformación procedente de fuentes alternativas.

Como se ha señalado, reconstruir la confianza y preservar un ecosistema de confianza saludable en la era de la desinformación es una tarea compleja que requiere el esfuerzo conjunto de gobiernos, medios de comunicación, empresas tecnológicas y la sociedad civil. El impulso concertado para defender la verdad debe centrarse en fomentar la alfabetización de los medios de comunicación, reforzar la independencia y la sostenibilidad de las organizaciones de prensa de calidad y adoptar una actitud abierta a la innovación y la adopción responsable de la IA, entre otras medidas.

Los esfuerzos para combatir la desinformación están en marcha. La Unión Europea, por ejemplo, adoptó recientemente la Ley de Servicios Digitales, que apunta a los contenidos nocivos en línea e incluye regulaciones integrales sobre IA, que cubren áreas como la transparencia, el uso de IA en espacios públicos y los sistemas de alto riesgo.

Mientras tanto, la Coalición Mundial para la Seguridad Digital del Foro se enfrenta activamente al reto de la desinformación explorando el papel de la alfabetización de los medios de comunicación y fomentando un enfoque de toda la sociedad para contrarrestar su proliferación.

Hacer frente a la desinformación puede parecer un misión casi imposible, pero es esencial persistir en estos esfuerzos colectivos para preservar la verdad porque, en cierta medida, nuestras democracias dependen de ella.