La antropología digital podría ayudar a construir un metaverso seguro y justo - Esto es lo que significa

En 2030, 700 millones de personas habitarán el metaverso. Estos mundos digitales ofrecen infinitas posibilidades para las interacciones humanas y las transformaciones sociales, pero también conllevan amenazas inherentes. Sin una comprensión profunda de las culturas y dinámicas en juego, corremos el riesgo de perder nuestra orientación ética. Para comprender plenamente la experiencia humana en el metaverso, debemos adoptar nuevos campos de las ciencias sociales, como la antropología digital.

El metaverso promete mezclar a la perfección nuestras vidas físicas y virtuales, a medida que el mundo digital avanza hacia un futuro inmersivo e interactivo en el que coexistan los seres humanos y la inteligencia artificial (IA) (como vislumbra ChatGPT). El reto consiste en crear mundos virtuales verdaderamente integradores y éticos.

La cuestión de cómo dar forma al metaverso se debatió en la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos en 2022 y en 2023, y en dos ocasiones Chris Cox, Director de Producto de Meta, enmarcó el metaverso como una mera evolución técnica de Internet, restando importancia a su potencial impacto social. Cox lo describió en repetidas ocasiones simplemente como "internet, pero menos plano". Por el contrario, Tom Boellstorff, antropólogo pionero en la exploración de mundos metaversos, ha pedido que se abra el debate sobre qué es el metaverso, reconociendo que su definición moldeará nuevas normas y estándares sociales.

Persisten muchas incertidumbres: ¿Producirá el metaverso más o menos desinformación? ¿Estarán los niños a salvo de contenidos inapropiados? ¿Impulsarán su evolución los juegos y la pornografía? ¿Extenderá la discriminación y las desigualdades? No lo sabemos, y eso es preocupante.

A medida que evoluciona el metaverso, los líderes deben considerar cómo la cultura, la tecnología y los comportamientos están intrínsecamente vinculados para garantizar mejores resultados tanto para las empresas como para la sociedad.

Para comprender las culturas humanas digitales, los responsables de la toma de decisiones deben aportar "datos densos" a la conversación con velocidad y escala. Los "datos densos" son las emociones, historias, significados y tonos de una situación. Estos datos son implícitos, a menudo invisibles, y tradicionalmente se recogen mediante observaciones humanas.

La antropología digital aprovecha los datos densos, que aportan perspectivas cualitativas y contextuales, para comprender mejor las comunidades digitales. Cuando se combina con los macrodatos -big data-, que ofrecen una perspectiva cuantitativa y estadística, la antropología digital puede revelar las perspectivas humanas que a menudo faltan en nuestros análisis. Además, los datos densos de la antropología digital contribuyen a mejorar la toma de decisiones, al tiempo que evitan los sesgos y la miopía.

Con las herramientas de la antropología digital, el metaverso puede beneficiar a todos, ya que los líderes pueden utilizarlas para contrarrestar la discriminación, la exclusión y la explotación de los sesgos cognitivos. Por ejemplo, supongamos que los científicos de datos identifican una comunidad digital que distribuye vídeos deepfake amenazadores. En ese caso, los antropólogos digitales, equipados con nuevos métodos e innovaciones técnicas, podrían descubrir las razones sociales y culturales que subyacen a este comportamiento y revelar los valores que sustentan esta práctica perjudicial. Esta ciencia también puede ayudarnos a proteger a las mujeres de la discriminación y la violencia en línea, como hemos confirmado en nuestro trabajo en 2022.

El primer paso para un equipo que quiera integrar las percepciones humanas en su pensamiento es observar el mundo digital sin prejuicios y sumergirse en las comunidades en línea. El siguiente paso es ampliar el alcance y la velocidad de sus observaciones utilizando la tecnología. En lugar de humanos, imaginemos robots que recorren mundos virtuales y entregan observaciones seleccionadas a equipos de investigación multidisciplinares. Estos bots se crean con lo que llamamos "algoritmos culturales" y se han utilizado recientemente para vigilar la violencia electoral y moderar el discurso extremista en línea.

Desbloquear esta nueva capa de datos observacionales puede desencadenar un círculo virtuoso de innovación y confianza. Cuando los responsables de la toma de decisiones comprenden el comportamiento y los valores de su público digital y reaccionan ante ellos, las instituciones funcionan mejor. Esto, a su vez, ayuda a las instituciones a orientarse por los valores y a alinearse mejor con sus comunidades, lo que conduce a un aumento de la confianza y el apoyo. Este círculo virtuoso puede ser clave para restaurar la confianza en las instituciones.

Las comunidades, los consumidores y los movimientos sociales tienen el poder de impactar las instituciones, los mercados y los sistemas de creencias mundiales a través de las redes sociales. Pueden dividirnos o unirnos, creando un terreno común pacífico. El metaverso será su próximo escenario de actuación. Pero estos nuevos mundos son frágiles y sólo tenemos una oportunidad para construirlos de forma ética y eficaz para todos.

A medida que los mundos digitales siguen evolucionando y transformando la sociedad, es imperativo que las consideraciones éticas ocupen un lugar destacado en su construcción. Un ejemplo de ello es la adopción mundial de la Recomendación de la UNESCO sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, que plantea cuestiones críticas sobre el impacto de esta tecnología en rápido avance en las personas y las sociedades.

El metaverso no es "Internet pero menos plano". El metaverso es un sistema humano, un lugar de encuentro de personas, culturas y comunidades. Es un lugar humano que debe ser comprendido por las ciencias sociales y humanas.