La Agenda BigTech en 2020
Image: REUTERS/Heo Ran
De entre las ediciones anteriores, la Reunión Anual de Davos de este año fue la que tuvo mayor cantidad de asistentes del sector tecnológico. Esto coincidió con la edición en la que las BigTech tuvieron que estar a la defensiva, principalmente por las presiones para que asuman su responsabilidad por su influencia en el mundo en los temas siguientes.
Por un lado, Salesforce se comprometió a destinar recursos para arrancar un movimiento y una plataforma tecnológica para sembrar un billón de árboles para 2030. Para el mismo año, Microsoft se comprometió a priorizar el uso de energías renovables en sus centros de datos, a efecto de ser una empresa de carbono negativa.
Entre los aspectos positivos del uso de la IA, resaltaron los avances en el sector del cuidado de la salud —particularmente para realizar diagnósticos tempranos—, pero preponderó notoriamente la postura de los líderes sobre que la IA les preocupa porque no existe un marco global para la tecnología y por la velocidad a la que se está adoptando en las empresas.
Entre las diversas formas de IA, el Reconocimiento Facial (RF) genera consenso de acción inmediata. La CEO saliente de IBM se pronunció por una “regulación dirigida” en la que se enfatice el uso de las tecnologías mientras que el CEO de Alphabet apoyó un bloqueo temporal al RF entretanto se desarrolla legislación adecuada. El CEO de Microsoft también pidió “pensar mucho más sobre la regulación”, coincidiendo con las protestas entre empleados de las BigTech sobre el uso de esta tecnología.
La regulación tecnológica que se avizora cambiaría la naturaleza original del Internet. Un riesgo claro es que la regulación incremente el dominio de las tecnológicas como pasó en la ley europea de privacidad “GDPR”, que con la idea de darle a los usuarios mayor poder sobre el tratamiento de sus datos personales y su circulación, realizó un cumplimiento tan oneroso que volvió a las startups menos competitivas y amplió el dominio de las BigTech.
El tema es más importante al considerar que la IA tiene mayor importancia para el futuro de la humanidad. Y también hay que atender los otros frentes de batalla: por ejemplo, cada año, las BigTech rompen su propio récord de gasto en cabildeo y litigios en juzgados de diferentes geografías.
El debate más profundo es que, el RF es una tecnología entre muchas que permiten:
La recolección y el análisis de datos, que es el modelo de negocio que subyace lo mismo en redes sociales, motores de análisis, desarrolladores de IA, y la transformación digital de las industrias.
El avance de la Estado Vigilante, que pone a los gobiernos en un conflicto de interés al estar tentados en aumentar sus capacidades de monitorización, espionaje y vigilancia.
Diversas potencias europeas siguieron a Francia con iniciativas para tasar con impuestos digitales a las BigTech, lo que desencadenó hostilidades con el gobierno de EE.UU. Este año se intensificará el debate sobre dónde se genera la actividad económica en la era digital, dónde se debe gravar y quién debe recaudar esos ingresos. Por ahora el plan francés está pausado, a la espera de que la OCDE emita directrices para las 28 naciones del bloque —México incluido—… aunque el Tesoro estadounidense ya cabildea para que las cosas se queden igual.
El activismo internacional de Trump contra Huawei empieza a afectar las previsiones económicas de la tecnológica china, pero éste a su vez pone en entredicho los planes de diversas naciones de accesar a la 5G a precio asequible. Esto es solo una pieza de un cuadro más complejo que incluye el deterioro de las relaciones de negocio entre ambos países, los resultados de la guerra comercial y sus efectos geopolíticos.
Como corolario, varios de estos temas fueron abordados por Yuval Noah Harari, quien advirtió que estamos ante el inminente riesgo de entrar en una carrera armamentista imperial que conduciría al colonialismo de datos, el cual tentaría a los países a usar vastas reservas de datos para manipular la toma de decisiones humanas, y lo que permitiría controlar países completos sin mandar soldados siquiera. Para el filósofo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la guerra nuclear, el cambio climático y la disrupción tecnológica son enemigos globales y de los seres humanos, que no pueden ser derrotados por ninguna nación particular, lo cual nos da incentivos para unirnos y cooperar.
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