Un economista explica cómo valorar Internet
Image: REUTERS/Francis Mascarenhas - RC154FB19320
Erik Brynjolfsson
Jerry Yang and Akiko Yamazaki Professor; Director, Digital Economy Lab, Stanford UniversityUna de las medidas de actividad económica más utilizadas es el producto interno bruto (PIB), definido como el valor total de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de un país en un período determinado.
Pero el PIB pierde enormes porciones de valor en la economía digital. Cuando los productos digitales, ya sea Google Maps o Wikipedia, están disponibles de forma gratuita, no tienen impacto en el PIB a pesar del valor para sus usuarios.
Esto tiene consecuencias importantes. Sin una herramienta válida para medir el valor de la economía digital, los políticos se preguntan cómo se puede gestionar. Esto llevó a un grupo de economistas del MIT a desarrollar una nueva herramienta para medir los beneficios de la economía digital.
En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en enero de 2019, hablamos con Erik Brynjolfson, Director de la Iniciativa sobre Economía Digital del Massachusetts Institute of Technology (MIT) - MIT Sloan School of Management acerca de esta nueva medida. A continuación se muestra una transcripción editada.
El PIB es uno de los grandes inventos del siglo XX, pero también tiene algunas debilidades. En particular, cualquier cosa con precio cero tiene precisamente un valor cero en el PIB: ya sea que se trate de Wikipedia, las aplicaciones de su teléfono o el aire que respiramos. Esta fue una elección en su elaboración, pero se está convirtiendo en un problema en la era digital.
Aunque los productos digitales tengan un precio cero, nosotros, como consumidores, podemos obtener mucho valor de ellos. Obtengo un gran beneficio con el acceso a Wikipedia, Google o las aplicaciones en mi teléfono. Del mismo modo, las empresas pueden ganar mucho dinero con ellas. Algunas son organizaciones de voluntarios como Wikipedia, pero otras ganan miles de millones o incluso cientos de miles de millones de dólares en valorización con la venta de publicidad y otros productos en Internet. Claramente, crean mucho valor, incluso si los bienes en sí mismos no siempre aparecen en el PIB.
La razón por la que esto es un problema es que estos bienes digitales y gratuitos se están convirtiendo en una proporción cada vez mayor del valor que obtenemos en la economía. Hasta cierto punto, siempre nos hemos perdido partes de los valores, pero con la llegada de los teléfonos inteligentes e Internet, su influencia en cómo usamos nuestro tiempo y de dónde obtenemos nuestro valor es mucho mayor.
Tome un ejemplo: si reemplaza Encyclopedia Britannica con Wikipedia, el PIB realmente baja porque usted deja de pagar, pero nuestro valor sube. Entonces, si estamos utilizando el PIB como una medida de nuestro bienestar, estamos juzgando mal dónde se está creando el valor y necesitamos algunos parámetros nuevos para captarlo mejor.
Internet está afectando a todo tipo de bienes. Los bienes que siempre hemos comprado, como comida, se pueden comprar por Internet. Pero también hay nuevas clases de productos, que están hechos puramente de bits, no de átomos.
Estos productos digitales tienen tres características que los distinguen por completo de los anteriores. Son virtualmente gratis, perfectos e instantáneos. Lo que eso significa es que el costo de hacer una copia adicional de un producto digital es básicamente cero; cada copia es una réplica idéntica y perfecta del original; y puede distribuirse en cualquier lugar del mundo instantáneamente o a la velocidad de la luz.
Esas tres características (gratis, perfectos e instantáneos) nunca se usaron previamente para describir productos como manzanas, automóviles o cortes de pelo, pero se encuentran en todos los productos digitales. Y presentan muchas oportunidades de creación de valor, pero también algunos nuevos desafíos de medición.
Por ejemplo, la fotografía solía hacerse con un proceso químico costoso. Costaba alrededor de 50 centavos cada una. Hoy se toman aproximadamente 100 veces más fotos que antes, pero se pueden distribuir a un costo cero, por lo que están desapareciendo del PIB. Del mismo modo, la música que estaba en discos de vinilo o CD, ahora se puede distribuir como bits.
En general, si nos fijamos en la proporción de información de la economía, que incluye música, datos, software y noticias, todos esos tipos diferentes de bienes de información en 1983 representaron el 4,6 % del PIB en los Estados Unidos; ahora, con esta explosión de productos digitales, sigue siendo... ¡4,6 %!
Básicamente, el cálculo oficial del PIB ha pasado por alto por completo la explosión de información. Por lo tanto, si queremos medirla, necesitamos una nueva métrica y eso es lo que estamos desarrollando con mi equipo en el MIT.
Llamamos a la nueva métrica PIB-B, y la última B significa beneficios. Entonces, mientras que el PIB tradicional mide el costo de producción de las cosas, el PIB-B mide los beneficios que obtenemos.
La forma en que lo hacemos es preguntar a las personas cuánto tendríamos que pagarles para que renuncien a un bien en particular. Encuestamos a cientos de miles de personas y comparamos cuáles son sus valoraciones para productos como Twitter y Facebook, pero también cereales para el desayuno, viajes en avión y muchos otros.
En el caso de Facebook, ofrecimos a las personas varios precios diferentes: a algunas personas un dólar, y a otras 10, 50 o 100 dólares. Algunas personas pidieron incluso más para dejar Facebook por un mes. Lo que descubrimos fue que una persona promedio debía recibir un pago de 48 dólares para dejar Facebook por un mes. Eso sugiere que este bien gratuito tiene un valor enorme.
No me sorprende lo grande que es ese número porque el usuario promedio pasa casi una hora al día usando Facebook. Algunos usamos muy poco Facebook, pero otros, mucho. Y si suma todas las diferentes valoraciones, se descubre que hay decenas de miles de millones de dólares de valor que algunas personas están obteniendo colectivamente de Facebook y que se pierde por completo en nuestros cálculos convencionales del PIB.
Las implicaciones son profundas porque, como dice el viejo dicho: lo que no se puede medir, no se puede gestionar. No estamos midiendo grandes porciones de la economía ni entendiendo de dónde obtienen las personas un valor real.
Todavía necesitamos los cálculos convencionales del PIB para medir los dólares que están fluyendo a través de la economía. Si la Reserva Federal quiere saber qué está sucediendo con los salarios y las tasas de interés, realmente tiene que mirar el PIB. Por eso es que debemos mantener el PIB tradicional.
Pero si también queremos entender de dónde viene el valor, el PIB convencional no va a ser tan útil como antes. Por eso necesitamos esta nueva métrica del PIB-B, para ver dónde se está creando valor, especialmente en la economía digital.
Una de las cosas que hemos descubierto durante esta investigación es que cuando las personas ponen un valor en algo, realmente se piensa con más profundidad en lo que esto realmente significa.
La gente dice que pagaría 48 dólares por Facebook; pero, ¿esto se debe a que son adictos? Es posible que a la larga sean más infelices a pesar de estar muy apegados a sus cuentas de Facebook. Algunos informes sostienen que, a largo plazo, las personas terminan siendo menos felices cuando usan las redes sociales. Esto sugiere que podría haber una división entre lo que las personas están dispuestas a pagar y su verdadera felicidad.
Para ser justos, esto también fue real con muchos bienes en el pasado. Ya se trate de cigarrillos, automóviles o carteras de lujo, la valoración que la gente está dispuesta a pagar no siempre es la que se podría pensar que es, o al menos debería ser, su verdadera valoración.
Más adelante en la investigación, intentaremos profundizar más en esas distinciones. La investigación inicial es solo mirar lo que las personas realmente están dispuestas a pagar. Pero, en última instancia, creo que es importante, si quiere comprender el bienestar de la sociedad, considerar sus valoraciones más profundas y los efectos en sus pares y en la sociedad en general. En adelante, hay una agenda de investigación muy interesante.
Definitivamente no. El PIB sigue siendo muy útil. Mide un concepto totalmente diferente al PIB-B.
El PIB tradicional mide la producción de la economía. Pero Simon Kuznets, uno de los inventores del PIB en la década de 1930, dijo básicamente: "Por favor, no usen mi medida como una medida de bienestar". Es una medición de la producción no del bienestar, y esos son dos conceptos diferentes.
Ahora necesitamos una nueva medida que se centre en el bienestar, especialmente en la economía digital del siglo XXI. La comparo con el tablero de un auto. Veo indicadores que me muestran la velocidad, la cantidad de combustible, la temperatura, el aire acondicionado y hasta la presión de aceite. Sería una tontería tratar de resumir toda esta información en un solo número y decir, este es mi auto-valor promedio. En realidad, lo que necesita son métricas separadas para cada uno de estos conceptos.
Todavía necesitamos el PIB tradicional para medir la producción, pero ahora tenemos el PIB-B para medir los beneficios que estamos obteniendo de la producción: un concepto diferente.
Ahora que hemos hecho la investigación para los consumidores estadounidenses, esperamos llevarla a otros países y ver cuál es la diferencia en las valoraciones en Francia, Sudáfrica, Corea, Brasil u otros países. Y recibiríamos de buena manera a los socios que deseen trabajar con nosotros para elaborar esta nueva medida ampliada de los beneficios que obtenemos, no solo de los productos digitales sino también de todos los bienes.
Erik Brynjolfsson Director, Iniciativa sobre Economía Digital del Massachusetts Institute of Technology (MIT) - Sloan School of Management
Ceri Parker, coordinadora editorial de agenda del Foro Económico Mundial
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