En 2030, una quinta parte de la población será sustituida por robots
Image: REUTERS/Phil Noble - RC11EFC938C0
Con la llegada de la Cuarta Revolución Industrial, ya son muchas las personas que se preguntan qué cambios pretende traer la tecnología para el futuro que se nos avecina. La tecnología está avanzando a pasos agigantados, tal es su avance que muchas escuelas y universidades de Sillicon Valley barajan la opción de reducir la duración de los Bachelor en estudios tecnológicos debido a que cuando el alumno deja la universidad, debido al gran avance tecnológico, sus estudios se han quedado obsoletos.
El auge de la tecnología y la automatización hace que el sistema de empleo tradicional este perdiendo su brillo y deje de existir tal cual lo conocemos a día de hoy. La automatización está ganando terreno en la batalla por los puestos de empleo y cada vez son más los países que se suman a este cambio, a esta era robotizada en la que los robots le están ganando la partida al ser humano, dejando a estos últimos sin empleo.
Según el último estudio que ha realizado el instituto de investigación de la gran multinacional McKinsey, el McKinsey Global Institute, en 2030 la tecnología tendrá un gran impacto en la economía global, concretamente en el empleo mundial. Si observamos el avance de la robótica a nivel mundial, se pueden observar como los robots adquieren cada vez más funciones dentro de nuestra vida. Lo que empezó siendo un juguete pretende convertirse en el mejor amigo del hombre. Pero, ¿Podrá ser un robot el mejor amigo del hombre si este le quita el empleo?
Según el estudio del McKinsey Global Institute, el empleo va a sufrir un gran cambio a nivel global, muchos empleados que a día de hoy mantienen su puesto de trabajo, podrían verse afectados con el avance de la robótica, ya que correría el peligro de ser sustituido por un robot. Además, el estudio afirma que esto no quedará ahí, sino que para el 2030, se espera que el 20% de la población activa a nivel mundial sea sustituida por robots. Una cifra que representa una legión de más de 800 millones de robots en puestos de trabajo que hasta ahora, estaban ocupados por seres humanos.
Aunque suene a película de ciencia ficción, podemos observar como hasta en mundos en los cuales no pensábamos que un robot podría sustituir al profesional, ya se han inventado técnicas que hacen que el robot adquiera todos los conocimientos y funciones que tiene el ser humano para desempeñar esa labor.
Con estos datos, una quinta parte de la fuerza laboral mundial correría peligro de ser sustituida por robots, unas cifras que hacen saltar las alarmas en todo el mundo, ya que lo que comenzó siendo un asistente para el hombre, pretende convertirse en el sustituto.
Según el estudio de la multinacional neoyorquina, en países como Estados Unidos o Alemania, un tercio de su población se verá sustuida laboralmente por robots, mientras que en países como Reino Unido o Irlanda, el 20% de su población activa perdería su empleo para ser sustituido por robots. Cifras que si se contrastan con las previsiones que tienen las grandes multinacionales como Amazon o Google, empresas tecnológicas líderes a nivel mundial, todas estas previsiones serían ciertas, ya que estas empresas ya poseen miles de robots en sus instalaciones y prevén aumentar el número de estos para los próximos años.
Sin embargo, esto no será igual para todos los países del mundo, dado que como sabemos, la robótica no es un componente que se predomine por ser un producto accesible para todo el mundo por el alto coste que supone, por lo que sólo los países que tengan la capacidad y los recursos de acometer esta gran inversión, serán los que vean como su población activa es sustituida por robots.
El ser humano es un factor fundamental para la sociedad, sólo hay que basarse en que para que los robots existan, a día de hoy, hace falta un humano que los produzca, los desarrolle y los entrene. Como hemos podido observar en muchas películas de ciencia ficción, no se sabe si en un futuro (probablemente si) los robots serán capaces de reproducirse ellos mismos, es decir, si los robots serán capaces de construir y desarrollar más robots.
Si esto ocurriese, podríamos estar hablando de la famosa predicción en la que las máquinas se vuelven contra los humanos y se apoderan del mundo, pero hasta ahora, los robots que conviven en nuestra sociedad son producto del ser humano y sin este no podrían existir.
Observando las previsiones de la americana McKinsey, el imaginarnos que una quinta parte de la población mundial pueda ser sustituida por robots en 12 años causa pavor, a la vez que pone los pelos de punta. Pero al igual que hacen los robots, el ser humano debe seguir entrenándose para provocar ese avance que transforme ese riesgo de desempleo en una recolocación laboral.
En pocas palabras, con la aparición de los empleados robots, la sociedad precisará de más personas que se encarguen del mantenimiento de estos robots, de la programación, del desarrollo y el entrenamiento de estos, puestos que hasta ahora ocupaban grandes cerebritos de tecnológicas como Google o IBM y que en un futuro tendrán que ocupar más personas.
Como con todo, el ser humano siempre ha sido capaz de sacarle partido a los principales avances de la historia. Cuando no existían los coches, la gente iba en carruajes y muchas empresas que se dedicaban a la cría de caballos para su venta, dependían de estos carruajes para que su negocio se mantuviese vivo. Con la llegada del automóvil, estas empresas tuvieron que transformar por completo su modelo de negocio para sobrevivir, a la vez que aparecieron nuevos modelos de negocio a los que ahora les llamamos talleres de reparación de vehículos.
Esto mismo ha ocurrido con muchos sectores a lo largo de la historia. Las nuevas metodologías, los avances de la ciencia y los nuevos hábitos del ser humano lo han obligado a evolucionar y buscar la adaptación continuamente para sobrevivir en la era económica que le toca vivir. Al igual ocurre con la Universidad, muchas carreras que se imparten en las universidades a día de hoy, no se impartían antiguamente, por lo que muchos expertos tuvieron que convertirse en profesores para poder desarrollar e impartir estos nuevos conceptos en las aulas de las universidades del mundo.
En conclusión, el ser humano debe ser capaz de adaptarse a las situaciones y los retos que los avances de la tecnología y la ciencia como ha hecho durante toda la historia de la humanidad. Estos avances no significan la desaparición de miles de puestos de empleo, si no la conversión de unos puestos de empleo tal y como los conocemos a día de hoy, por otros que deben surgir con las necesidades que traigan estos nuevos avances.
Eso sí, la receta para que esto ocurra es que el ser humano siga formándose cada vez más, que no olvide que en la sociedad que vivimos hoy en día, uno no deja de estudiar cuando sale de la facultad o del instituto, si no que debe formarse durante todo su ciclo vital. Y por último, debemos acoger estos avances tecnológicos con entusiasmo y optimismo, esto nos ayudará a pensar con mayor claridad y ver qué podemos aportar nosotros al nuevo mundo del futuro.
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