¿Rendimos más cuando trabajamos en un entorno natural?
De todos es sabido que el entorno laboral influye en el bienestar de los trabajadores y que en parte define la cultura empresarial. Las oficinas de gigantes como Google y Facebook son un ejemplo: se caracterizan por que parecen parques de atracciones para adultos, con un ambiente distendido que pretende mejorar el rendimiento y la creatividad de los empleados, además de estimular las relaciones entre ellos y el compromiso con la empresa. Fueron las grandes tecnológicas las pioneras al hacer esta declaración de intenciones: el entorno importa. Desde hace unos años, este discurso ha calado en compañías de todo el mundo y cada vez son más las que se esfuerzan en adaptarse. Una de las últimas corrientes para convertir los espacios de trabajo en entornos más agradables apuesta por acercar los elementos naturales a las oficinas. Una tendencia que ya tiene nombre: diseño biofílico.
La iluminación natural, el mobiliario hecho de materiales reciclados, los jardines, las vistas al exterior y espacios al aire libre donde tomar un respiro son algunos de los nuevos recursos por los que apuestan las compañías que quieren dar más protagonismo a la naturaleza en su entorno de trabajo. "Estos elementos, junto a soluciones que se preocupan por la ergonomía y el bienestar del trabajador y la creación de entornos que favorecen la colaboración entre personas, la concentración y la creatividad son algunos de los que conformarán las oficinas del futuro", explican desde Steelcase, una de las empresas expertas en diseño de espacios de trabajo. "En un mundo en el que abunda lo tecnológico y lo artificial, la vuelta a la naturaleza será un denominador común en las oficinas del futuro".
Cambiar el entorno es también uno de los pasos necesarios para adaptarse a estos tiempos de transformación digital porque influye en la forma de trabajar de los empleados. Y, según los informes desarrollados hasta la fecha, los resultados son positivos. El Informe global de espacios humanos de Interface constata que los niveles de bienestar y productividad aumentan un 13% en aquellos entornos que incorporan la naturaleza. No hace falta estar en contacto directo con estos elementos. Quienes tienen vistas a zonas naturales, árboles o agua reportan unos niveles de bienestar superiores a los que tienen vistas a entornos más urbanos, como edificios, carreteras y obras, según se explica en el informe.
"El contacto con la naturaleza reduce el estrés, favorece el rendimiento, alimenta la concentración y mejora el bienestar en general. De ahí que la presencia de elementos naturales y de zonas verdes contribuya a mejorar la productividad y la satisfacción de los empleados", asegura Alejandro Pociña, presidente de Steelcase. Otro estudio que refuerza esta idea es Nature contact and organizational support during office working hours, que encuentra beneficios relacionados con la reducción de estrés y del número de bajas laborales.
En España, muchas grandes compañías ya se han sumado a esta nueva tendencia, como la sede corporativa de Sanitas, que incorpora elementos orgánicos en todo el edificio, el jardín arbolado de Repsol o el Distrito C de Telefónica, un rascacielos en forma horizontal, habilitado con zonas verdes al aire libre y paneles fotovoltaicos. Otra de las compañías que apuesta por el diseño biofílico es el BBVA. Los 7.000 empleados de su Ciudad BBVA tienen vistas al exterior e iluminación natural. Las zonas verdes de esta nueva sede alcanzan los 30.000 metros cuadrados, tres veces el tamaño de la Plaza Mayor de Madrid.
"Tenemos jardines y patios donde los empleados pueden sentarse a trabajar, las cubiertas de los edificios están ajardinadas y evitamos los parkings en superficie", explica Susana López, directora de la Ciudad BBVA. "Así, también hacemos los edificios más sostenibles y eficientes porque gastamos menos para climatizarlos". Aunque estos diseños en concreto no tenían como objetivo principal mejorar la productividad, los responsables del proyecto sí que tenían en mente conseguir que los empleados se sintieran mejor trabajando. Por ejemplo, al exponernos a la luz del sol liberamos endorfinas en el cerebro, que mejoran nuestro humor.
A pesar de los beneficios que parecen aportar los elementos naturales en los espacios de trabajo, todavía un alto número de empleados sigue sin poder disfrutar del acceso a la naturaleza durante su jornada. Según señala el Informe global de espacios humanos de Interface, el 42% de los trabajadores de oficinas no tiene acceso a la luz del día, el 55% no tiene acceso a la vegetación y el 7% no tienen una ventana en su entorno. Debido a la optimización de la eficacia y del tamaño de los espacios de trabajo, se han acabado convirtiendo en lugares aburridos y agotadores donde nos aislamos con mucha facilidad.
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