Luces y sombras en la economía mundial en 2018
Image: REUTERS/Iqro Rinaldi/File Photo - RC121B20EBC0
La zona euro podría crecer un 2,1% en 2018, tras hacerlo un 2,4% en 2017. EEUU lo hará un 2,5%. Pero los países emergentes podían crecer hasta un 4,5%, destacando India con un 7,3% y China un 6,4%.
Sobre 2018 planean muchos interrogantes. En primer lugar, la persistencia de riesgos geopolíticos; la regresión de los valores democráticos incluso en EEUU y la UE, el auge del populismo, la amenaza del terrorismo internacional, los ataques a la ciberseguridad de los Estados, las empresas y los ciudadanos. Y otros conflictos internacionales que, como el de Corea del Norte, podrían provocar una crisis nuclear con devastadores efectos para la economía mundial. También cabe advertir sobre los efectos financieros de la gradual reducción de las políticas monetarias acomodaticias aplicadas por los Bancos Centrales en los últimos años para estimular las economías golpeadas por una larga crisis financiera mundial, que parece quedar atrás. El FMI alertaba hace pocos días sobre la excesiva dependencia del sistema financiero español de la liquidez del Banco Central Europeo. Y preocupa el envejecimiento de la UE como subraya el reciente Libro Blanco sobre el futuro de Europa, un continente que en 1900 representaba el 25% de la población mundial y en 2017 sólo el 4%, seis veces menos. El envejecimiento también ensombrece el futuro de Japón, Corea del Sur y otras regiones o países avanzados. Y empieza a afectar al gigante chino que podría llegar a ser un país envejecido antes de que la mayoría de los chinos puedan disfrutar de una alta renta per cápita. En 2017, según el FMI, alcanzó los 8.583 $ en China, 1.852 en India, 8.550 en Japón, 59.495 en EEUU y 36.495 en la zona euro.
El núcleo principal del crecimiento mundial se centra cada vez más en Asia-Pacifico que concentra la mayor parte de la población mundial. Destacan China e India con 1.391 y 1.317 millones de habitantes. Según una reciente clasificación, publicada el 26 de diciembre por el británico Centre for Economics and Business Research (CEBR), India se convertirá pronto en el país más poblado y por su dimensión económica y humana, será la quinta economía mundial, superando a Francia y Gran Bretaña que pasan al 6º y 7º lugar. EEUU con su costa Oeste mirando al Pacífico es la 1ª economía mundial en base al PIB por delante de China y Japón que ocupan el 2ª y 3ª lugar. La UE en vez de sumar saldrá debilitada tras el “Brexit”.
Según el CEBS, antes de 2032, las economías de Corea del Sur e Indonesia entrarán en el top 10. Y las de Taiwán, Tailandia, Filipinas y Pakistán entran el top 25. El crecimiento de Ásia-Pacíco es impulsado por el crecimiento de la población, sobre todo en el Sur y Sureste asiático. Pero también por una mejora de las políticas macro y microeconómicas de los Gobiernos, la rápida extensión de las áreas urbanas donde emergen unas nuevas clases medias que favorecen el consumo interno el desarrollo de los sectores industrial y servicios. Y se refuerza una integración económica y comercial favorecida por la creciente penetración comercial e inversora de China que, a su vez, sacará provecho de la política proteccionista de un impetuoso Donald Trump que en enero de 2017 suspendió el Acuerdo Transpacífico firmado un año antes por Barack Obama. Un vacío político y económico de EEUU que también intentará llenar una UE que ya firmó acuerdos de libre comercio con Japón, Corea del Sur y Singapur. Incluso el Reino Unido “post Brexit” aspira a sumarse a un renacido Acuerdo Transpacífico.
La China del todopoderoso Xi Jinping confirmará en 2018 su liderazgo como la otra superpotencia mundial que lanza el mensaje “urbi et orbe” de que es posible crecer económicamente sin necesidad de un pluralismo político. Un modelo que empieza a seducir y puede enraizar en otras regiones y países. La crisis financiera puede quedar superad pero el futuro mundial puede volverse a ensombrecer ante la llegada de otra recesión que no es económica sino política. Los liderazgos fuertes ya se manifiestan en la Rusia de Vladimir Putin y la Turquía de Recep Tayyip Erdogan cada vez más lejos de la UE pero más influyentes en los países de Europa central y oriental y la región de los Balcanes.
Y la deriva populista de Donald Trump favorece un nuevo desorden mundial en una sociedad internacional donde cada vez priman más los valores financieros y económicos sobre los valores y los Derechos Humanos. Y los intereses particulares de los grandes grupos económicos sobre las necesidades de las clases medias, las PIMES; los trabajadores y otros ciudadanos de a pie. En todo caso, cabe esperar qué nos depara 2018.
Publicado previamente en el Diari de Tarragona, el 15 de enero de 2018
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