Elecciones que vigilar en 2018
Ksenia Sobchak, candidata presidencial en Rusia. Image: REUTERS/Maxim Shemetov - RC1626DA3D00
Son muchos los países en diferentes partes del globo que este año votan, Brasil, Colombia, Rusia, Hungría, México o Irak, además de las mid-term en EE UU... He aquí los principales comicios, que no debes perder de vista:
Colombia
Tipo: legislativas y presidenciales
Fecha: 11 de marzo y 27 de mayo, respectivamente
¿Qué está en juego? El futuro del Acuerdo de Paz firmado con la guerrilla de las FARC será uno de los temas centrales de la larga –y fragmentada– campaña política que le espera a Colombia en los próximos meses. El líder de las FARC Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se presentará como cabeza de lista del partido político sucesor de la guerrilla. En el otro extremo ideológico, se encontrará con Iván Duque, candidato del Centro Democrático, partido controlado por el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, visceralmente opuesto al Acuerdo de Paz y que cuenta con un gran capital político ante muchos electores. El candidato que mejores resultados obtiene a día de hoy en intención de voto para sustituir a Juan Manuel Santos es, sin embargo, Sergio Fajardo, el que fuera alcalde de Medellín y gobernador de la región de Antioquia. A falta de oficializar su candidatura, Fajardo concurriría como cabeza de lista de Coalición Colombia. Se ha mostrado claramente favorable de consolidar la paz con las FARC como un objetivo de Estado en el futuro inmediato de Colombia. También concurrirán como candidatos el exvicepresidente, Germán Vargas Lleras, la conocida exsenadora Piedad Córdoba o el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro.
Tipo: presidenciales
Fecha: 18 de marzo
¿Qué está en juego? Tras el anuncio de Vladímir Putin confirmando que volverá a presentarse a las elecciones, la única duda estriba en saber qué porcentaje de votos obtendrá. Sería una gran sorpresa que necesitase una segunda vuelta para confirmar su control del país. La única preocupación del Kremlin de cara a mantener la aparente legitimidad de las elecciones será lograr un porcentaje de participación razonable. Cabe esperar que el régimen, teniendo más que asegurada la victoria, focalice sus principales esfuerzos en aumentar el número de rusos que acudan a las urnas. La popularidad de Putin entre sus conciudadanos, incluidos los más jóvenes que no han conocido a otro líder, permanece en niveles elevados gracias a una maquinaria mediática bien engrasada –y controlada-, pero el entusiasmo de la población por validar el sistema con su voto es escaso. En las elecciones locales del pasado septiembreapenas se superó el 10% de participación en muchas regiones del país. El principal líder de la oposición, Alexéi Navalny, no podrá presentarse a la elección y la única candidata liberal que se presenta, Ksenia Sobchak –hija del que fuera el mentor político de Putin-, está registrando una mínima intención de voto en la esfera nacional. En este escenario monocorde, habrá que ver si la oposición convoca movilizaciones para protestar y obtienen una respuesta relevante en las calles.
Tipo: presidenciales
Fecha: marzo
¿Qué está en juego? Abdel Fatah al Sisi ha anunciado que se presentará a la reelección. Sería su segundo mandato como presidente. Además de prohibir la actividad de los Hermanos Musulmanes, ganadores de las primeras elecciones democráticas en el país celebradas en 2012, el régimen de Al Sisi ha desplegado en estos últimos años una intensa actividad represora contra opositores de todo signo, tanto islamistas como laicos. El nivel de represión y torturas ha sido calificado por analistas y ONG como muy superior al del régimen de Mubarak. En la esfera internacional se ha ganado el respaldo de las principales potencias ofreciéndose como un dirigente capaz de mantener la estabilidad. También ha firmado abultados acuerdos para la compra de armas -10 en los últimos años- con diversos aliados como Rusia, su principal socio en este campo, Francia o Alemania. Los candidatos a la presidencia que se opondrán a Al Sisi están sufriendo el hostigamiento del régimen a la hora de consolidar sus candidaturas. El pasado 19 de diciembre el coronel Ahmed Konsowa fue condenado por haberse manifestado políticamente en público, algo prohibido a los militares. El abogado de izquierdas Jaled Ali ha recibido condenas menores y la imprenta en la que se imprimía la documentación para la campaña fue registrada y el material requisado. El último en atreverse a presentar su candidatura ha sido el que fuera militar y primer ministro bajo el régimen de Mubarak, Ahmed Shafiq, quien ha tenido numerosos problemas para abandonar Emiratos Árabes Unidos –país que apoya a la dictadura de Al Sisi- con destino a Egipto tras proclamar su intención de presentar su candidatura. Shafiq estuvo cerca de ganar las presidenciales al líder de los Hermanos Musulmanes Mohamed Morsi, en prisión desde 2013.
Tipo: presidenciales y parlamentarias
Fecha: marzo y mayo
¿Qué está en juego? El partido del actual primer ministro Viktor Orban, Fidesz, es el favorito para ganar las próximas elecciones parlamentarias. Sumando los votos de su actual socio, el Partido Demócrata Cristiano, volvería a lograr la mayoría de escaños. Orban ya ha anunciadoque va a basar su campaña en su postura antimigratoria, uno de los grandes debates que encara su país, según sus palabras, junto con la cuestión del impacto de la globalización en la economía en los Estados- nación. El ambiente político en Hungría está tan enrarecido que el principal partido de la oposición –a tenor de las encuestas- es el ultranacionalista de extrema derecha Jobbik. Hace unos días, sin embargo, sus líderes anunciaron que podrían verse forzados a no participar en las elecciones parlamentarias tras recibir una multa de 2 millones de euros por un cargo de donaciones ilegales. Está por ver en qué medida beneficiará a Fidesz esta exclusión. En el campo liberal, según las encuestas, ningún partido conseguiría superar la barrera del 10% de los votos, ni el viejo partido socialista ni el joven movimiento Momentum, liderado András Fekete-Győr (28 años). Sólo una coalición liberal podría aspirar a obtener una representación reseñable, aunque no sería suficiente para impedir a Orban gobernar.
Tipo: generales
Fecha: 20 de mayo
¿Qué está en juego? Silvio Berlusconi y Matteo Renzi han vuelto al centro de la escena política italiana. Este último disputará el voto del centro-izquierda no sólo a sus rivales ideológicos sino también a muchos de sus antiguos compañeros del Partido Democrático (PD), opuestos a su liderazgo y reunidos en torno al exmagistrado Pietro Grasso. De momento, en las encuestan sigue liderando la intención de voto el Movimiento 5 Estrellas, con Luigi Di Maio (nacido en 1986) como su cabeza de lista. La Liga Norte, por su parte, liderada por Matteo Salvini apuesta por lograr votos en todo el territorio nacional, tras décadas dirigiendo algunas de sus peores invectivas contra el sur del país y sus habitantes. A pesar de la ventaja en intención de voto de 5 Estrellas –qua anuncia un posible referéndum sobre salida del euro si sus principales reclamaciones no son atendidas en Bruselas-, los analistas ven poco probable que llegue a gobernar. Ya están realizando cálculos para las posibles coaliciones de gobierno que impedirían gobernar a los seguidores de Beppe Grillo. Entre las mejores situadas por el momento está la que agruparía a Forza Italia (Berlusconi) con la Liga, como principales fuerzas, y la de centro-izquierda, sumando votos del PD y la Alternativa Popolare de Angelino Alfano, que sostiene actualmente al Gobierno de Paolo Gentiloni. Hace unos días se publicaba que fragmentación política podría ser excesiva incluso para conformar coaliciones de gobierno estables. En el caso de que esto sucediera, sería posible valorar el nombramiento de un primer ministro de consenso, y para ello, el nombre de Gentiloni suena entre los candidatos.
Tipo: parlamentarias y provinciales
Fecha: mayo
¿Qué está en juego? Los últimos meses han sido intensos dentro de Irak. El Ejército –con la ayuda internacional de Irán y Estados Unidos- ha conseguido victoria tras victoria contra Daesh. Además, el poder central de Bagdad ha conseguido neutralizar –al menos de momento- la independencia del Kurdistán. El primer ministro Haider al Abadi, de confesión chií, se ha consolidado como una figura respetada por sus aliados internacionales, que destacan la gran diferencia en su forma de hacer política respecto a su predecesor Nuri al Maliki. Este reconocimiento viene también dado por políticos suníes dentro de Irak. Hasta diputados partidarios de Muqtada al Sadr –la facción chií más beligerante contra la clase política bagdadí- le reconocen su compromiso en la lucha contra la corrupción. La pregunta es si su figura de consenso logrará obtener el respaldo suficiente en las próximas elecciones parlamentarias. La inmensa mayoría de frentes en los que el actual primer ministro ha tenido éxito siguen abiertos: la reclamación de los kurdos –que han retrasado sus elecciones regionales hasta la próxima primavera- de más poder en Bagdad; la injerencia de las potencias extranjeras; la fragmentación política, incluida la que existe dentro de la confesión chií –con Al Sadr y Al Maliki como figuras destacadas-, y una situación económica desastrosa. Por no hablar de los millones de refugiados y desplazados internos. Hace unas semanas Al Abadi afirmó que los líderes de las milicias armadas que se han ido formado y ganando poder paralegal durante los últimos años no podrán presentarse a las próximas elecciones.
Tipo: parlamentarias
Fecha: mayo
¿Qué está en juego? Las primeras elecciones parlamentarias en Líbano desde 2009 se celebrarán finalmente el próximo mes de mayo (suponiendo que no se produzca un nuevo retraso: sería el cuarto en 11 años). El actual primer ministro Saad Hariri protagonizó un episodio rocambolesco el pasado mes de noviembre tras abandonar el país rumbo a Arabia Saudí y presentar su dimisión. Argumentó que la injerencia del grupo armado chií Hezbolá en los asuntos de otros países (principalmente Siria e Irak) estaba complicando la estabilidad del Líbano. Hariri terminó regresando y retirando su dimisión. El papel de Hezbolá en los conflictos regionales se enmarca dentro de la lucha entre Arabia Saudí e Irán por afianzar su presencia y poder en la región a través de sus respectivos aliados. De momento, va ganando Irán, que ha conseguido –entre otras cosas- rescatar al régimen sirio, con una larga tradición de injerencia en Líbano. Una de las principales novedades de estas elecciones será la aplicación de la nueva ley electoral acordada el pasado verano que redefine los distritos electorales y que, según algunos expertos, puede suponer un punto de inflexión respecto al anterior reparto electoral de escaños sectario establecido con los acuerdos de Taif que pusieron fin a la guerra civil en 1989. Una de las novedades de la ley electoral es que permitirá a los electores registrarse online, lo que favorecerá el voto de una parte significativa de la numerosa diáspora libanesa.
Tipo: generales
Fecha: julio
¿Qué está en juego? El primer ministro Hun Sen, en el poder desde 1998, está dispuesto a celebrar elecciones en 2018 y, sobre todo, está decidido a ganarlas cueste lo que cueste. Las autoridades camboyanas llevan meses practicando una intensa campaña de represión que ha tenido como objetivos a varios partidos y líderes políticos –se ha disuelto el principal partido opositor-, a medios de prensa y a organizaciones de la sociedad civil. Estados Unidos y la Unión Europea han retirado su ayuda económica para la organización de las elecciones y desde ASEAN se ha declarado que las elecciones no serán consideradas legítimas en estas condiciones. Pero a Hun Sen parece no importarle esa reprobación internacional, a pesar de que tanto Washington como Bruselas están considerando aumentar la presión sobre el primer ministro aplicando sanciones comerciales: ambos mercados son los principales destinos de las exportaciones de Camboya, cruciales para la economía del país. El único respaldo que tiene Hun Sen proviene de Pekín. Las inversiones productivas de China en Camboya son elevadas. Además, también ofrece ayuda al desarrollo y préstamos en condiciones ventajosas. Sen está dispuesto a apostar el futuro del país, y el suyo propio, a la carta china. A China, de momento, no parece desagradarle esta idea.
Tipo: presidenciales
Fecha: julio
¿Qué está en juego? Como en pasadas elecciones presidenciales, la gran pregunta es si el histórico dirigente de la izquierda mexicana, Manuel López Obrador, logrará alcanzar por fin la presidencia. Enfrente tendrá a un candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, al que tratan de presentar como independiente, por no estar afiliado al partido y haber servido en administraciones tanto del PRI como del Partido de Acción Nacional (PAN). Meade cuenta con una larga trayectoria política. Ha ocupado varias secretarias de Estado en los últimos años, la última –hasta noviembre-, la de Hacienda. En su contra tendrá el desprestigio de una Administración con varios de sus altos cargos implicados en casos de corrupción y que no ha conseguido proponer soluciones a ninguno de los grandes problemas del país. Su última decisión polémica ha consistido en aprobar una ley de seguridad que confirma la militarización de la seguridad pública, denunciada por la oposición y por varios relatores de la ONU como muy peligrosa para el futuro de los derechos humanos. Obrador y Meade tendrán que enfrentarse a una coalición de partidos – PAN, PRD y Movimiento Ciudadano- que concurrirán bajo el nombre: Por México al Frente. Aún no han elegido a su próximo candidato, y en algunos estados parecen estar encontrando dificultades para acordar las listas. Las presidenciales mexicanas no cuentan con una segunda vuelta, así que como recordaba, recientemente, Andrés Oppenheimer, es muy factible que, dada la fragmentación del voto, sea quien sea el ganador, este obtenga la presidencia con un porcentaje de votos lejos de la mayoría absoluta.
Tipo: parlamentarias
Fecha: julio
¿Qué está en juego? Hace unos meses el primer ministro, Nawaz Sharif, se vio obligado a dimitir por las pruebas de corrupción contenidas en los conocidos como Papeles de Panamá. Sharif ha sido una de las figuras políticas claves del país durante las últimas décadas. Su liderazgo al frente de la Liga Musulmana de Pakistán, que controla actualmente la Cámara Baja –y que era el favorito para las próximas elecciones-, será ocupado por su hermano Shehbaz Sharif, nominado ya como candidato a primer ministro. Enfrente tendrá a los candidatos de los dos principales partidos con más opciones. Uno de ellos es el Partido Popular de Pakistán (PPP), que tendrá que decidir si apuesta finalmente por presentar al último exponente de la dinastía Bhutto, el joven Bilawal Bhutto, apoyado por su padre, Asif Ali Zardari, con una larga historia política a sus espaldas y numerosas acusaciones de corrupción que le han valido el sobrenombre de Mr. 10%. El tercer partido con opciones de obtener un buen resultado electoral es el Movimiento por la Justicia en Pakistán (PTI) liderado por el conocido político y exjugador de críquet Imran Khan. Hace unas semanas, Hafiz Saeed, acusado por Estados Unidos de ser el cerebro que planificó el gran ataque terrorista en Bombay de 2008 y de liderar el movimiento radical islamista Lashkar-e-Taiba, anunció su intención de presentarse a las elecciones parlamentarias al frente de la Liga Musulmana Milli. Estados Unidos sigue ofreciendo 10 millones de dólares por su captura.
Tipo: presidenciales y parlamentarias
Fecha (provisional): 30 de septiembre
¿Qué está en juego? A comienzos de diciembre, la Comisión Electoral anunció que se abría el registro de electores para los comicios del año próximo. Naciones Unidas ha estado trabajando para forzar a todas las partes a que alcancen un acuerdo que permita celebrar las elecciones antes del fin de 2018. A pesar del alto el fuego del pasado verano, el país sigue dividido y cuenta con dos Gobiernos, el del primer ministro Fayez al Sarraj en Trípoli, apoyado por la ONU y la UE, pero con escaso apoyo interno, y el del general Khalifa Haftar, que controla buena parte del Este del país desde la ciudad de Tobruk, con el respaldo de Egipto, Emiratos Árabes, Rusia y Estados Unidos. Haftar afirmaba hace unos días que el mandato de la ONU está obsoleto. La zona bajo control de Haftar –investigado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra- produce buena parte de todo el petróleo libio. Las negociaciones para acordar un calendario electoral no serán fáciles. El hijo de Gadafi, Saif al Islam –con una orden de captura de la CPI- ha anunciado su intención de presentarse a las próximas elecciones, tras recabar, según su portavoz, el apoyo de algunos líderes locales. El general Haftar ha declarado que no se opone a su candidatura política. Los libios enfrentan una vida cotidiana con hiperinflación, la casi total ausencia de servicios públicos y un sistema bancario inoperante.
Tipo: generales
Fecha: octubre
¿Qué está en juego? La caída de Brasil en los últimos años ha sido contundente. De país emergente mundial, con un modelo social y económico envidiado, ha pasado a convertirse en uno con una grave crisis económica, una violencia desatada y una lista de políticos condenados por corrupción que no deja de crecer. Tras la destitución de Dilma Rousseff en 2016, el actual Gobierno de Michel Temer ha estado gestionando en los últimos meses a un Brasil al borde del colapso. Su último obstáculo está siendo la reforma del sistema de pensiones. Las protestas y los trámites parlamentarios han ido rebajando algunas de las pretensiones del Ejecutivo, pero aun así sigue siendo impopular. Se votará en febrero. A pesar de todo, el actual ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, uno de sus promotores, ha comentado ya su intención de presentarse como candidato a las presidenciales. De momento, tiene pocas opciones. A día de hoy, el candidato con más opciones, según las encuestas, para llegar a la segunda vuelta es el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, a pesar de haber sido condenado el pasado julio por un caso de corrupción. Silva sigue siendo para millones de brasileños el presidente que construyó la alternativa política más esperanzadora de las últimas décadas. El segundo candidato con más intención de voto está situado el diputado Jair Bolsonaro, un nacionalista de extrema derecha con ideas brutales sobre cómo enfrentarse al crimen que está creciendo en las principales ciudades del país, además de ser conocido por su comentarios misóginos, homofóbicos, racistas y contra los indígenas. En tercer lugar, estaría situada la popular exministra de Lula, Marina Silva.
Tipo: parlamentarias y estatales
Fecha: noviembre
¿Qué está en juego? La excepcionalidad política en la que se ha instalado la política estadounidense condicionará las próximas elecciones de mitad de mandato (mid-term) en las que se renuevan los escaños del Congreso y un tercio del Senado (ambas Cámaras controladas actualmente por los republicanos). Además, se celebran elecciones a gobernador en dos tercios de los 50 estados. En un país con una dinámica política más estable, la última gran reforma fiscal aprobada por la Administración Trump se convertiría en un tema de campaña con suficiente recorrido para seguir siendo aún relevante en las elecciones de noviembre. Pero vista la acelerada trayectoria del Gobierno estadounidense cabe esperar que en los próximos meses se produzcan otros anuncios relevantes que puedan terminar condicionando el voto. Las elecciones de mitad de mandato no suelen registrar una participación tan elevada como las presidenciales y suelen ser negativas para el partido que ostenta la presidencia. ¿Conseguirán los demócratas movilizar esta vez a los electores? ¿Apostarán por convertir las elecciones en una especie de plebiscito contra el presidente? Trump registra unas bajas tasas de aprobación y varias de sus políticas han conseguido movilizar a partes significativas de las bases demócratas, logrando un incremento en las donaciones de campaña.
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