Consumo: 10 tendencias que cambiarán tus compras en 2018
Image: REUTERS/Ints Kalnins -
Las tendencias en consumo que veremos durante 2018 no son producto de la casualidad, ni tampoco surgirán de la nada; han venido fraguándose con los años. Hoy nos encontramos frente a un consumidor distinto al de décadas atrás, gracias a que se ha desarrollado en un ambiente diferente, con nuevas tecnologías (internet, comunicaciones móviles, banda ancha, apps, redes sociales, plataformas digitales de audio y video, etc.) e intereses (estar más en contacto con la naturaleza, utilizar transporte público, adquirir productos que no contaminen, viajar, trabajar desde casa). Las empresas deberán centrar su atención en conocer a ese usuario, para saber qué, dónde y cómo venderle.
Revisamos los informes de Euromonitor Internacional y de WGSN, empresas dedicadas al estudio y análisis de macrotendencias sociales y económicas, y así es como pinta el nuevo año:
Las personas están dejando de invertir en bienes duraderos, a cambio de experiencias y calidad. Ya no gastan miles de pesos en un mueble para su casa ni ahorran todo un año para comprarse esa única prenda de lujo. Desde que la clase media asiática empezó a crecer, en el resto de los países occidentales la lucha por mantener el nivel de vida al que estaban acostumbrados se ha acentuado. Ahora presumen lo poco que algo les costó y lo bueno y útil que resultó. No es de extrañar que cada vez haya más tiendas de descuento, negocios centrados en el intercambio de bienes, la venta de artículos de segunda mano y los servicios compartidos. No son raros los casos de éxito de tiendas como Primark, moda a bajísimos precios en Europa; Ikea, para amueblar toda la casa; o la página de internet Vestiaire Collective, en la que puedes poner a la venta tus prendas de lujo una vez pasada la temporada.
Los servicios y las experiencias están en auge. El cambio de mentalidad del consumidor lo ha llevado a preferir el “hacer” y el “ser” sobre el “tener”. Los compradores buscan cada vez más marcas, tiendas y modelos que los inviten a vivir una experiencia constante (y que, además, pueda compartir en redes sociales). Buscan mayor experiencia de compra, conseguir lo original, lo divertido, lo único. Cada vez más, la gente prefiere regalar cajas-sorpresa de experiencias, viajes temáticos, catas de vinos, visitas a spas y clases de meditación, sobre la adquisición de un bien tangible. La compra de bienes quedó atrás.
Gracias a las redes sociales y al big data, la cantidad de información disponible sobre un usuario es inmensa; esto hace que el mercado ofrezca y deba ofrecer cada vez más experiencias y objetos personalizados. Todos queremos que se nos llame por nuestro nombre, que nos recuerden cuando visitamos un lugar y que nos sugieran qué comprar en base a nuestros gustos y preferencias. Este 2018, lo veremos con mayor intensidad. Las páginas de internet personalizarán el contenido que cada usuario desea ver, adaptado a sus últimas búsquedas, favoritos, compras. Asimismo, veremos el auge de notificaciones personalizadas y envíos de newsletters. Esto también sucede en el plano físico: las marcas permiten al usuario crear su propio producto, como lo hace Magnum con su tienda pop-up en Europa, mediante la cual el comprador diseña su propio helado.
El consumidor está volcándose hacia su interior; es decir, busca con mayor frecuencia ese algo que lo convertirá en una mejor persona. Por ejemplo, quiere ser más organizado, aprender algo nuevo, ser más saludable, estar más relajado, tener tiempo de calidad. Sus prioridades de gasto también son distintas: pagará más por ese hotel que le ofrece una experiencia única de relajación en medio de la naturaleza y preferirá ahorrarse lo más en su boleto de avión. Busca apps que le ayuden a organizarse, a adelgazar, a dejar de fumar, a entrenarse, a aprender idiomas.
La gente se inclina por un estilo de vida sustentable y ecológico y quiere que las marcas que le rodean lleven esto al plano de sus productos, servicios y modelo de negocios. Prefiere empresas y marcas deep-green, y no se trata de una simple actitud de compromiso con el medio ambiente, sino de toda una cultura verde y sustentable. Ya hay cosméticos elaborados sin agua o jeans reciclados. El consumidor quiere experiencias verdes, sí, pero que también lo inviten a llevar una vida balanceada y sin estrés.
La tecnología móvil ha hecho que las personas estén conectadas 24 horas, así que las marcas deben encontrar la manera de atrapar a la gente que compra desde cualquier dispositivo, en cualquier lugar y a cualquier hora.
La experiencia de compra debe estar ahí, en todas sus versiones, lo que obliga a un shoppingreinventado, en el cual la experiencia del retail físico se transporte también al mundo digital y viceversa. Las marcas necesitan interactuar con sus clientes en todos los planos: patrocinan eventos, son sustentables (satisfacen las necesidades de la sociedad sin comprometer la estabilidad del futuro; mantener un equilibrio entre las personas) y también producen contenido útil y divertido en las redes.
Se calcula que del total del tiempo que un usuario pasa en un teléfono celular, 80% chatea o envía mensajes instantáneos. Este 2018 experimentaremos una expansión de estas aplicaciones, pero en el ramo comercial. ¿Cómo? WhatsApp ya lanzó su versión Business, a través de la cual las marcas pueden acercarse directamente a su cliente para entablar una conversación. Los chatbots (robots capaces de seguir una conversación con el usuario) serán una fuerte tendencia, se convertirán en una herramienta útil, rápida y personalizada para acercarse al público objetivo. Se utilizarán para cotizar seguros, recibir asesoría financiera, comprar productos de farmacia y viajes, resolver dudas o presentar quejas, como si fuera un mensaje de WhatsApp en el teléfono, en la forma y a la hora que prefiera el consumidor.
Los alcances del video crecerán en los próximos años. Las tecnologías de video seguirán evolucionando para ofrecer al cliente contenido dinámico, fresco y personalizado; pero, además, se acentuará aún más el streaming, es decir, la transmisión en vivo. El auge de aplicaciones como Snapchat, Instagram Live, Facebook Live no es coincidencia. La gente quiere saber lo que sucede en directo y también quiere compartir lo suyo. Las marcas deberán comunicar así también sus noticias, lanzamientos y momentos más importantes. Lo que no se comparte en las redes, se pierde.
En la misma frecuencia de esa búsqueda de una vida saludable y sustentable está la vuelta a lo básico y a recordar lo pasado como preciado. Serán valoradas todas las opciones que permitan desintoxicarse de lo digital (momentos de reflexión, silencio, meditación, experiencias en la naturaleza), pero también los logos de marcas en la ropa que recuerdan la infancia, colecciones basadas en modelos históricos y el remake de películas exitosas en décadas pasadas. La reacción de las personas al exceso de consumismo es clara: la desconexión y la remembranza; valorar lo sencillo, las pausas.
Los años que vienen derribarán fronteras de género, generaciones, grupos sociales y comunidades. El propósito es reducir esas distancias que nos separan y descubrir cierta afinidad.Vemos la inclusión de bordados y tejidos típicos y tradicionales en los diseños de las grandes casas de moda, para crear un sentido de comunidad. Vemos una fusión en las pasarelas, en las que apenas se distinguirá qué estilo es femenino y cuál masculino. El usuario está acercándose a lo unisex,aunque busca su individualidad a través de la creatividad y la originalidad. ¿Tintes de colores para el pelo que parecían impensables?
Gente de todas las edades buscará conservar una energía y estilo juvenil en el que todos seremos jóvenes y cool. Esta tendencia explora cierta rebeldía y la búsqueda de un estilo único. Asimismo, la fusión entre lo formal e informal o formal y sport va en aumento.
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