Los terremotos más mortíferos de la historia
Image: REUTERS/Victor Yanez - RC1EB0636500
El terremoto de México, con una magnitud de 8,4 en la escala de Richter, ha matado hasta el momento a 15 personas, según un recuento provisional que muchos temen aumente con el paso de las horas. Aun así, otros seísmos de la historia reciente de igual o incluso menor magnitud se han cobrado más víctimas mortales. Haití (7) lloró a 316.000 muertos en 2010; Pakistán (7,6), a 86.000 en 2005. Más atrás en el tiempo, un temblor en China de 7,8 causó 200.000 muertos en el año 1920.
El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS en inglés) recopila los terremotos más mortíferos (al menos 1.000 víctimas mortales) desde 1900. En los 126 casos no hay una proporcionalidad directa entre la mortalidad y la magnitud, una de las tres variables más frecuentes en la medición de los seísmos, junto a aceleración (la distancia y la velocidad en que se desplaza el terreno) y la intensidad (los daños que causa).
Para el USGS, el seísmo más cruento fue el de Haití del 12 de enero de 2010. Murieron unas 316.000 personas, según las cifras de las autoridades, pero otros cálculos rebajan el impacto a 100.000. Al saldo de muertos de este terremoto, que alcanzó una magnitud de 7,0, se sumó el de heridos, 300.000, y desplazados: 1.300.000 personas tuvieron que dejar sus casas en un país que no llegaba a los diez millones de habitantes. El seísmo se llegó a sentir en zonas de Bahamas, Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y aún más lejos: el sur de Florida, la costa colombiana y el noroeste de Venezuela también temblaron.
En 1976, la ciudad china de Tangshan sufrió un terrible terremoto de magnitud 7,5. Según las cifras oficiales, es el segundo más mortífero desde 1900: 242.769 víctimas mortales, pero otros cálculos suben la cifra a 655.000, casi la población de Zaragoza o Acapulco, o incluso a 750.000. Según estos recuentos, el de Tangshan fue el mayor terremoto en número de muertos desde 1900. No hay dudas, en cambio, sobre el alcance de los daños materiales: llegó a afectar incluso a la capital del país, Pekín, a 200 kilómetros de distancia. En el momento del mayor seísmo, hacia las 3.30 de la madrugada, unos 10.000 mineros se encontraban trabajando bajo tierra.
Más reciente en el tiempo es el terremoto de Sumatra, el 26 de diciembre de 2004, con una magnitud de 9,1. Mató a 227.898 personas (la cifra incluye también a los desaparecidos no localizados) y se cree que desplazó a otras 1.700.000. El terremoto, el tercero de mayor magnitud desde 1900, causó un tsunami que ostenta un triste récord: fue el más mortífero registrado hasta la fecha. Además, azotó las costas de 14 países del sur de Asia y África occidental. Como resultado del terrible movimiento tectónico, un volcán de las islas Andamán se activó y las emisiones de gas llegaron hasta Myanmar, a más de 700 kilómetros de distancia.
El terremoto de Sumatra es un ejemplo de cómo las cifras oscilan en función de quién haga el recuento. Por ejemplo, en enero de 2005, el balance de muertos y desaparecidos ascendía a 286.000, pero se redujo conforme fueron localizados algunos desaparecidos. La ciudad de Banda Aceh sufrió daños que alcanzaron el VIII de intensidad en la escala de Mercalli, que implica destrucción considerable de edificios y caída de construcciones elevadas, como las chimeneas.
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