¿Qué está pasando con el euro?
Image: REUTERS/Dado Ruvic
En lo que va de año, el euro ha subido más de un 14% frente al dólar y en la actualidad el tipo de cambio euro/dólar se encuentra en 1,20 dólares. Asimismo, el euro frente a la libra ha escalado cerca de un 7% en lo que va de año hasta situar su tipo de cambio en 0,91 libras.
Esta subida es destacable pues el euro/dólar en los últimos años ha sido víctima de continuos descensos. En el año 2014, el tipo de cambio cayó un 11,99%, en 2015 un 10,23% y finalmente en 2016 un 3,20%. Así que la pregunta es obvia: ¿Qué está pasando con el euro?
Como hemos comentado, en los últimos años hemos visto un descenso del euro por lo que su poder adquisitivo iba menguando año tras año. Este hecho ha sido provocado por un Banco Central Europeo (BCE) que ha llevado una política monetaria ultra expansiva.
Recordemos que actualmente los tipos de interés que establece el BCE se encuentran en el 0%, mínimos históricos. En contraste, en la profundidad de la crisis de deuda periférica, los tipos de interés se situaban en el 0,75%. Lo mismo ha sucedido con la tasa de depósitos, pero incluso se ha ido más allá ya que el BCE la incorporado en terreno negativo hasta situarse actualmente en -0,40%.
Por otra parte, la gran medida de estos últimos años de la autoridad monitorio europea ha sido implementar un programa de flexibilización cuantitativa, denominado QE, por sus siglas en inglés (quantitative easing). En este programa, la autoridad monetaria ha estado comprando títulos de deuda pública en el mercado secundario y títulos de deuda privada.
La consecuencia de estas medidas no convencionales ha sido que el balance del BCE se ha incrementado sustancialmente en los últimos años. Si en 2014 el balance se situaba en 2 billones de euros, en la actualidad su balance se ha doblado, llegando al 4,28 billones de euros.
La política monetaria laxa o la expectativa de ella (el mercado descuenta expectativas) genera una presión bajista sobre el tipo de cambio. Los bancos centrales no suelen hablar del tipo de cambio ya que teóricamente no entra dentro de su mandato pero sí lo monitorizan muy de cerca.
A día de hoy el BCE mantiene su política monetaria, es decir, los tipos de interés siguen anclados en 0% y las compras mensuales ascienden a 60.000 millones. Un hecho que contrasta con la subida del 14% que lleva el euro frente al dólar.
En primer lugar, debemos remontarnos a lo sucedido en los últimos meses en Europa. Uno de los acontecimientos con mayor relevancia ha sido las elecciones en Francia. Después de que tras la primera vuelta celebrada a finales de abril quedará descartada la opción "Le Pen vs Melenchon", el euro y las bolsas reaccionaron de manera eufórica, siendo Macron el vencedor de los comicios.
En los meses previos de las elecciones francesas, el euro cotizaba frente al dólar alrededor de 1,05 dólares. En ese contexto existía el miedo de que un programa rupturista con el euro fuera el vencedor, dinamitando así la moneda única y el proyecto europeo. Al eliminar este riesgo, el euro fue claramente beneficiado.
Por otra parte, las previsiones económicas de la Eurozona son positivas. Para el presente ejercicio la previsión de crecimiento es del 2,2%, mientras que el dato anterior era del 1,9%. Para los siguientes años las previsiones actuales estarían muy cerca del 2%: un 1,8% en 2018 y un 1,7% en 2019.
El siguiente factor lo encontramos en la última reunión del BCE. se afirmó que las principales decisiones relacionadas con el fin del programa de flexibilización cuantitativa se tomarían en la reunión de octubre. La expectativa que existe es que en el próximo mes se iniciará un proceso de recorte del programa de compras mensual, pasando el QE de 60.000 hasta 40.000 millones.
Todos estos hechos se estarían descontando en la actualidad en el tipo de cambio. Aunque muchos analistas señalan que este avance podría ser excesivo ya que un euro fuerte rebajaría la inflación que es el parámetro clave para evaluar la política monetaria desde el BCE.
Y si esta política monetaria no varía en exceso, el euro podría estabilizarse por debajo de los 1,20 dólares al revaluar las expectativas sobre la política monetaria.
Irlanda, Portugal y España se han convertido en algunas de las economías de un mayor crecimiento dentro de la Eurozona, después de que recibieron ayuda de los acreedores para equilibrar su situación financiera. Con este repunte del euro se podría poner en dañar parcialmente estas recuperaciones.
Países como España o bien Portugal deben gran parte de su recuperación al avance de sus exportaciones. Si nos centramos en España, las exportaciones han sido incluso superiores a las de Alemania, Francia e Italia (las mayores economías de la Eurozona).
También hay que tener en cuenta que una moneda fuerte actua como una presión deflacionista en un momento en el que la autoridad monetaria quiere un mayor grado de inflación subyacente.
Las últimas previsiones en materia de inflación determinan que para este ejercicio la Eurozona cerraría con una inflación del 1,5% (niveles actuales) y del 1,3% en el año 2018. Si estas previsiones se cumplen, no habría prisa alguna para alterar la política monetaria sustancialmente.
En relación a la inflación, debería ser la clave para predecir los futuros movimientos en materia de política monetaria ya que recordemos que la meta del BCE son unos niveles de inflación cercanos pero por debajo del 2%, por lo que el dato del 1,5% de la inflación entraría dentro de este objetivo.
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