Energy 4.0 o cómo el sector energético se revolucionará usando los datos como materia prima

Commercial towers light up in the evening at the financial Central district of Hong Kong, China August 8, 2017.  REUTERS/Bobby Yip - RC1C71DE6BB0

Image: REUTERS/Bobby Yip

DerBlaueMond

Desde que la energía se ha industrializado, se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de cualquier economía, puesto que de su distribución y provisión dependen tanto los consumidores, como cualquier tipo de industria, y por supuesto incluso nuestro modo de vida en el sentido más amplio de la palabra. Sin la energía industrial apenas hay nada de nuestro mundo que funcione.

Es por ello por lo que debemos prestar especial atención a la transformación de la industria energética que viene con la irrupción de las nuevas tecnologías en el sector, que van a cambiar radicalmente esta industria hasta el punto de que no la reconoceremos en apenas unos años, y que desde estas líneas hemos dado en llamar Energy 4.0. En las entregas anteriores de esta serie de artículos sobre el 4.0 o la transformación digital, que tuvieron como temática el sector industrial y también el sector del transporte, en los que había denominadores comunes como el Cloud Computing, la Internet de las cosas (IoT), el Big Data o la Inteligencia Artificial (AI). En el caso de la energía la transformación digital tiene un nombre propio: Blockchain.

¿Cuál es la potencialidad de las nuevas tecnologías para el sector energético?

No se puede negar que las otras nuevas tecnologías que citábamos antes tendrán también un papel destacado en el futuro del sector energético. Es inevitable que el Cloud, el Big Data o la AI acabe transformando cualquier aspecto de nuestra vida, y lo mismo ocurrirá con cualquier empresa: también con las energéticas. Tener contadores inteligentes con una precisión nunca vista hasta el momento, que reporten el consumo de cada usuario con una gran granularidad, poder utilizar todos esos datos con sistemas de Big Data para alimentar modelos de previsión de la demanda (uno de los principales riesgos de la industria), aprovecharse del Cloud Computing para simplificar la infraestructura IT y tener acceso asequible a nuevas herramientas, etc. Todos éstos son sin duda vectores de cambio que van a jugar un papel muy importante en el futuro que va dibujando el sector energético.

Pero estos elementos (muy) disruptores no tendrán ni punto de comparación con lo que va a traer la contabilidad distribuida de Blockchain a las empresas energéticas (y a los consumidores). El grueso de la transformación que sufrirá el sector energético, y la que aportará el elemento más disruptor para esta industria, es efectivamente Blockchain por los motivos que analizamos hoy para ustedes.

Las razones por las que Blockchain es el zorro en el gallinero del sector energético

Para los lectores que no estén aún familiarizados con Blockchain, simplemente les introduciré que esta tecnología es una de las principales ventajas en las que se basa la crypto-moneda digital Bitcoin y otras como Ethereum. Blockchain es la aproximación más inteligente a la Seguridad Informática que ha visto un servidor desde que nació internet y sus riesgos cibernéticos. Blockchain se llama también contabilidad distribuida porque registra y permite consultar todas las transacciones que cualquier usuario realiza en la red Blockchain. La premisa fundamental es que, ante la imposibilidad de hacer que un ordenador sea 100% seguro y esté a salvo de intrusiones de cyber-delincuentes, cambiemos el enfoque y hagamos que la información resida en innumerables nodos, y sólo será considerada como confiable aquella información que una mayoría verifique como veraz. La seguridad de Blockchain viene pues de la imposibilidad material de hackear cientos (sino miles) de ordenadores a la vez, que son todos los nodos que componen la red Blockchain. Ya les escribimos más en detalle sobre este protocolo en "No, los contratos inteligentes de Ethereum no han sido hackeados, y más Blockchain es la solución" y en este artículo de Xataka.

Los motivos por los que Blockchain está llamado a representar el papel de protagonista en la transformación en concreto de la industria energética es precisamente por su característica más fundamental: la contabilidad distribuida (o Distributed Ledger Technology). Uno de los grandes retos de la empresa energética del futuro es sin duda poder garantizar de forma confiable tanto el consumo como… como también la aportación de energía a la red por parte de los consumidores (que acabarán siendo también generadores) finales. Y tratándose de la necesidad de veracidad y confiabilidad, de transacciones energético-económicas, y de registro de información, Blockchain no tiene hoy por hoy competidor en el panorama tecnológico-empresarial. Es más, no es que Blockchain no tenga competidor al respecto, es que Blockchain literalmente ha inventado el futuro que va a permitir éstas y otras muchas aplicaciones, algunas de las cuales ni siquiera conocemos todavía a día de hoy.

La naturaleza más intrínseca a Blockchain, su descentralización y su trazabilidad, coincide exactamente con la potencial configuración de un futuro energético donde los clientes sean a su vez productores de energía en ciertos momentos con sus paneles solares doméstico al estilo Tesla, que no son un futurible, sino un presente que ya es adquirible e instalable en el propio tejado de su casa según pueden ver en este enlace de la revolucionaria empresa Tesla del magnate de origen sudafricano Elon Musk.

Y hay otras iniciativas que incluso permiten a los consumidores de energía conocer exactamente la procedencia y tipo de generación de la energía que están consumiendo en cada momento. Una de estas iniciativas digna de mención es la (por cierto) española Megavatio Control, que creó su prometedor Green Energy Tracker (GET) con este cometido, y que se basa (de nuevo) en Blockchain: el que se confirma de nuevo como auténtico elemento revolucionario del sector energético.

Los jugadores del sector energético se están posicionando en iniciativas Blockchain

Como una de las empresas a la vanguardia de estas tecnologías, al igual que ya vimos en el análisis sectorial del Industry 4.0, volvemos a encontrar al grupo alemán Siemens. No es de extrañar, puesto que el negocio con el sector energético del gigante azul germano es muy importante, y obviamente quiere tener algo que decir (y que vender) en el futuro de la industria. Como documentan en este enlace de los colegas de criptonoticias, Siemens está participando en varias prometedoras iniciativas que pueden estar dibujando la Energy 4.0.

Según habrán leído, Siemens está involucrada en un proyecto piloto llevado a cabo en una comunidad de propietarios de Nueva York: el conocido como Brooklyn Microgrid. En el marco de esta experiencia piloto, se ha implantado en la comunidad una microred eléctrica alternativa a la red principal de la compañía suministradora de energía eléctrica. Uno de los elementos fundamentales de esta red son los paneles solares que la alimentan, y que crean en el sistema la necesidad de que los usuarios con paneles solares puedan vender energía a los que no los tienen, y a su vez, que éstos últimos puedan comprarla. Obviamente hay de por medio baterías que hacen las veces de acumuladores de energía para aportar una necesaria capacidad de almacenamiento al sistema, especialmente importante al tratarse de energía solar (sólo generada durante ciertas horas/días).

La interfase de este sistema particular con la red eléctrica de la distribuidora es otro punto clave del sistema. El rol de Blockchain en esta red también es esencial, y no podía ser otro más que el de permitir la comercialización particular descentralizada sin necesidad de intermediarios.

Por otro lado, ante la visión de las orejas del lobo, o de un futuro pastel que repartirse, como nos detallan en el artículo anterior, se están formando ya una suerte de consorcios en torno al universo Blockchain de la Energy 4.0. Esta tendencia es la mejor demostración del futuro (y el riesgo en caso de no abordarlo) que ven en esta Energy 4.0 los principales jugadores actuales del sector. Uno de este tipo de consorcios es la Energy Web Foundation, formada por importantes multinacionales del sector de la energía, y uno de cuyos motivos fundacionales es el desarrollo e implementación del protocolo de cadena de bloques, o Blockchain, en lo que a la energía se refiere.

Estos consorcios han supuesto una primera aproximación del sector más tradicional al nuevo y disruptor elemento tecnológico de la Energy 4.0, y su veredicto no pudo ser más alentador: declararon que la transacción de energía entre los diferentes elementos de la red (incluyendo los usuarios) era implementable con Blockchain. Sin ir más lejos, la propia Endesa en España ha creado su propio Endesa Blockchain Labs, cuyo principal cometido es investigar Blockchain y sus aplicaciones para la compañía y para el sector en general.

El rol de las actuales empresas distribuidoras de energía deberá ser necesariamente aportar a la red la energía deficitaria, algo que seguirá ocurriendo durante mucho tiempo, hasta que las instalaciones solares (o de otro tipo) domésticas permitan el autoabastecimiento y la autonomía al completo. Por otro lado, hoy por hoy, empieza a haber varias implementaciones de Blockchain orientadas a mercados empresariales, y por qué no, podrían encajar también a niveles sectoriales.

Es por ello por lo que no se puede descartar que el futuro Blockchain de la energía tenga naturaleza descentralizada en su concepción hacia sus clientes/usuarios finales, pero requiera de una cierta gestión centralizada en la que evidentemente aportarían y desempeñarían un rol destacado las actuales distribuidoras eléctricas. Estamos dibujando el futuro del sector, y está por ver qué papeles encontrarán para los actuales actores de esta película, y a quién se los irá asignando el director del film, que mucho me temo que es un director de progreso tecnológico-socioeconómico "dirigido", en el cual a veces el mundo tal y como lo conocemos y el libre mercado tienen poco que decir.

Pero las nuevas tecnologías, y más concretamente Blockchain, tienen toda la pinta de que van a cambiar radicalmente éste y otros aspectos actuales del sector. Esto va a ocurrir sí o sí, sin que el director ni los actores vayan a poder hacer mucho más que apostar por la innovación y abrazar por fin el progreso socioeconómico (algo más) desinteresado y pragmático.

Otras nuevas tecnologías que también aportarán su granito de arena al futuro del sector

El mix energético actual y la menor capacidad de anticipación hace que nuestro sistema energético actual sea poco flexible manteniendo un precio razonable. Por ejemplo la energía nuclear es el máximo exponente de esta poca flexibilidad porque, en términos de generación, una central nuclear no se puede parar, sino que genera permanente e ininterrumpidamente energía que debe verter a la red sea necesaria o no en ese momento.

Por el contrario, las centrales de ciclo combinado son mucho más flexibles (pero caras), y pueden ser puestas en marcha de ex profeso durante picos de demanda, sirviendo como capacidad de respaldo. Por otro lado, la energía hidroeléctrica también es algo más flexible, pudiendo embalsar más agua, e incluso llegando a poder poner a funcionar las turbinas en sentido contrario para consumir masivamente energía de la red, y así evitar una sobrecarga eléctrica si el consumo es bajo y la generación alta.

Pero este modelo tiene sus (muchas) limitaciones y riesgos, siendo uno de ellos (y realmente de los menos peligrosos para el sistema en su conjunto) el alto coste de la energía que se dispara en los picos de demanda como ha ocurrido repetidamente en los últimos meses. El Big Data aportará una granularidad nunca vista a la hora de trabajar con los modelos predictivos, y ayudará a poder prever con precisión picos de demanda y también valles, optimizando el equilibrio entre el aporte y el consumo energético de todos los participantes conectados a la red de distribución eléctrica.

El futuro que se dibuja en el sector de la energía tras la llegada de Blockchain

Algunos ven negros nubarrones formándose sobre las cabezas de los actuales conglomerados energéticos. Un servidor sólo los ve en los casos de las empresas del sector que no sepan transformarse en tiempo y forma, con Blockchain como gran catalizador. La verdad es que el futuro del sector no creo que esté (por ahora) en entredicho, no al menos con la adopción masiva del coche eléctrico y otros vectores de cambio en el horizonte, lo cual supone a la vez un reto en un sector que va a tener que multiplicar sus servicios y capacidades, pero que también tiene en este nuevo tipo de propulsión una (futura) fortaleza y motivo de supervivencia del sector.

Y la otra gran fortaleza del sector viene, como decíamos antes, de aprender a utilizar los datos como nueva materia prima de su negocio, sin que se pueda pasar por alto la imperiosa necesidad de regular la "data economy", tal y como abordamos desde en el análisis "Nuestros datos son la nueva materia prima de la economía, regular la 'data economy' es esencial".

Lo que está claro es que, sea como sea, tras la inevitable transformación que la Energy 4.0 está a punto de traer, al sector energético le queda gasolina (o electricidad) para rato. Si es ya una energía “colaborativa” en la que aportemos todos, o una mera generación y distribución centralizadas como ha sido hasta el momento, es algo que dejo a la libre (o no libre) elección de los reguladores. No obstante, han de tener en cuenta que la transformación digital no es un “lo tomas o lo dejas”, sino más bien “o lo tomas o lo toma otro en tu lugar”, y si una empresa o sector no se transforma, lo harán otros grandes jugadores globales del sector, que acabarán entrando a comerse el mercado nacional con la tecnología (y una gran ventaja competitiva) de su parte.

Realmente hay sectores en los que más que de transformación digital, deberíamos hablar de la “Metamorfosis digital”, y el sector eléctrico es uno de ellos. Esta metamorfosis digital es el proceso socioeconómico más disruptor que ha sufrido la humanidad hasta el momento, y es un proceso indudablemente global: nuestro mundo se ha globalizado, para lo malo, y también para lo bueno. Aprovechemos todo lo que de positivo tiene este proceso, y tratemos de anticiparnos a lo negativo para, en la medida de lo posible, tratar de paliar sus riesgos: sólo así tal vez consigamos cambiar el curso de la historia de este particular proceso de metamorfosis, y, al contrario que Gregorio Samsa en la novela “La Metamorfosis” de Kafka, podamos evitar acabar transformándonos en metafóricas cucarachas digitales.

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