Consumo, el motor de la recuperación de la economía española
Image: REUTERS/Albert Gea
Jordi Sevilla
Economista y vicepresidente de contexto económico de Llorente & Cuenca. , Ministro de Administraciones Públicas del Gobierno de España entre 2004 y 2007.El nuevo número de Economía En Concreto elaborado por el equipo de Contexto Económico analiza el modelo productivo de España tras la crisis económica y la situación del consumo, el motor de la actual recuperación. Además, estudia el importante crecimiento de las exportaciones de servicios no turísticos, reflejo de la internacionalización de las empresas españolas.
Diez años después, hemos recuperado el nivel de renta anterior a la crisis. El PIB de 2017, en términos corrientes, es prácticamente idéntico al de 2007. Pero lo hemos alcanzado con menos empleo, menos riqueza y más desigualdad social.
Además, existen otros dos rasgos distintivos en el ciclo económico actual: creamos menos empleo por unidad de producto y crecemos con menos recurso al crédito.
La pregunta que podemos plantearnos es si la crisis y las medidas adoptadas han provocado un cambio de modelo productivo. Aún es pronto para decirlo, pero ya vemos algunas tendencias.
”La pregunta que podemos plantearnos es si la crisis y las medidas adoptadas han provocado un cambio de modelo productivo. Aún es pronto para decirlo. La situación estructural no está consolidada.
Los cambios más relevantes que se han producido son el aumento de las exportaciones (9 puntos de PIB) y la caída de la inversión (FBCF, 11 puntos de PIB). Por lo tanto, una noticia buena y otra mala. El consumo y la importación, por su parte, mantienen prácticamente su mismo peso sobre el producto total. Sin embargo, la situación no está estabilizada.
Además, no se puede certificar aún que el incremento de las exportaciones en los últimos años sea un cambio estructural. Para ello tendrían que haber aumentado las exportaciones de alto contenido tecnológico (más valor añadido) y concentrarse en países destino con mayor potencial importador.
A medio plazo, si la inversión empieza a crecer como debería para aumentar la productividad, las importaciones crecerán más y el peso de las exportaciones nos devolverá a una estructura del PIB muy parecida a la de 2007.
Con todo ello, existe una alta probabilidad de que las exportaciones irán reduciendo su peso conforme se consolide la demanda interna y la inversión incrementará su peso sobre el PIB.
El consumo de los hogares está siendo el motor de la actual recuperación económica. El gasto final de las familias creció al mismo ritmo que el PIB (3,2 %) en 2016 y actualmente avanza al 2,5 % interanual.
Este impulso del consumo se debe al incremento de la renta, a la caída del ahorro y a la recuperación del crédito al consumo
”Este impulso del consumo se debe al incremento de la renta, a la caída del ahorro y a la recuperación del crédito al consumo. El aumento de la renta de los hogares se explica por el crecimiento de los ingresos y la disminución de los gastos. Por un lado, la recuperación del empleo y la bajada del IRPF ha permitido a las familias disponer de mayores ingresos. Por otro lado, los bajos tipos de interés y los bajos precios han supuesto una mayor renta disponible para el consumo.
Es probable que el cese de estos factores coyunturales desacelere el consumo en los próximos trimestres y, con ello, se ralentice el crecimiento económico.
En este análisis del modelo productivo actual destaca un factor al que no siempre se le presta atención. Mucho se habla de la importancia del turismo, pero el saldo en la balanza de pagos de los servicios no turísticos es casi igual de importante y ha crecido mucho más en la última década. En ellos se incluyen actividades como transporte, telecomunicaciones, informática e información o servicios empresariales.
Los ingresos por este tipo de actividades representan ya más de la mitad del total de las exportaciones de servicios. Desde el año 2000 han crecido un 8,2 % de media anual, pasando de 30.000 millones de euros a 70.000 millones en la actualidad. Este cambio, uno de los más significativos de nuestra economía, confirma la internacionalización de las empresas españolas.
El importante crecimiento de las exportaciones de servicios no turísticos refleja la internacionalización de nuestras empresas
”Por su parte, ocho de cada diez servicios importados son no turísticos. Este tipo de importaciones ha crecido menos que las exportaciones, un 3,8 % de media anual desde el año 2000, pasando de 30.000 millones a 50.000 millones.
Como resultado de este mayor incremento de las exportaciones, el saldo neto de los servicios no turísticos aumenta más que el saldo de los servicios turísticos, 3,1 % frente a 2,1 %. Con ello, aunque el saldo de los servicios turísticos es 10.000 millones superior, se ha reducido la brecha entre ambos tipos de comercio.
Mantener este crecimiento de los servicios no turísticos supondrá consolidar la presencia internacional de las empresas españolas y reducir nuestra dependencia del turismo.
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