Cada vez hay más personas que se sienten solas y esto es más serio de lo que parece

Sandra Sánchez

Laura tiene 31 años y un trabajo con bastantes buenas condiciones. Respecto a su vida... digamos que puede disfrutar de eso que llamamos estabilidad. Tiene pareja, familia y amigos en los que apoyarse. Eso sí, todos tenemos un pero (o varios), y el suyo es un hogar que en muchas ocasiones rezuma soledad por los cuatro costados.

Laura (por cierto, este nombre está modificado para guardar el anonimato) pertenece a ese 25% de personas que viven solas en España. Su pareja aún tiene problemas para emanciparse, por lo que ella está ya casi “acostumbrada” vivir ese sentimiento cada vez más expandido: la soledad.

A simple vista puede no parecer algo por lo que preocuparse. Pero el de Laura no es ni mucho menos un caso aislado. La soledad es una dolencia que no para de extenderse entre la población y aunque en muchas ocasiones no se le preste demasiada atención, sus consecuencias pueden ser más serias de lo que parece, desde enfermedades psicológicas hasta incluso la muerte.

Más de la mitad de la población española ha experimentado este sentimiento durante el último año

Así lo asegura el Informe Sobre el Estado Social de la Nación, que explica además que una de cada diez personas se siente sola con mucha frecuencia. Estas son situaciones de aislamiento y de auténtica exclusión social, que según el estudio, “en persona con algún tipo de diversidad funcional o ancianas, adquiere dimensiones de auténtico drama”.

Es también el caso de Carmen (nombre modificado) que lleva casi tres décadas viviendo sola. Exactamente desde que falleció su marido por enfermedad. A Carmen no le queda mucho para cumplir 80 años y reconoce que en los últimos meses ya ha tenido que contratar una persona para que de vez en cuando vaya a su casa. Hay situaciones de la vida cotidiana en las que ya empieza a necesitar ayuda. Sola no puede.

La situación de Carmen es también la que se vive cada vez más en España. Hablamos, sobre todo de una sociedad envejecida. Por lo que el problema es aún mayor. Ella, sin embargo, lo lleva como puede. Los miércoles, que es cuando le sale más barato, son su día de cine. Pero, ¿con quién vas?, pregunto. “Pues sola, con quien voy a ir, si ya sabes que no tengo a nadie”.

En España ya hay un 3,4% más de personas que viven solas que hace nueve años. Según los últimos datos de Eurostat correspondientes al 2016, un 25,2% de la población española no tiene ninguna compañía en su casa.

Porcentaje de personas que viven solas en España

Por ejemplo, para Laura lo peor de vivir sin compañía es cuando sufre algún malestar. "En una ocasión tuve que irme yo sola con el coche a urgencias de madrugada porque me estaba dando un cólico. A veces me da miedo pensar que me pueda pasar algo peor y que no haya nadie en casa", explica.

España, eso sí, se encuentra por debajo de la media europea. Y es que un 32,2% de personas la población de la UE vive en soledad. Porcentaje que ha bajado desde 2007 en casi 10 puntos porcentuales.

Porcentaje de personas que viven solas en Europa

Las consecuencias pueden ser mortales

Según el libro La Soledad En España de Juan Díez Nicolás y María Morenos Páez, este sentimiento es ya uno de los problemas más relevantes en la actualidad. Entre sus páginas, lo define como "una de las dolencias más silenciosas y difíciles de detectar".

Y es que así es. Silenciosa en todos los sentidos. También en el físico. Los casos de Carmen o de Laura son hoy de lo más cotidiano, pero a veces la soledad se convierte en una espiral de la que es muy difícil salir. Y es entonces cuando todo se torna más serio de lo que parece y los problemas se agravan.

Según los investigadores, se han identificado hasta tres vías por las cuales las relaciones y/o habilidades sociales pueden afectar a nuestra salud. La soledad y el aislamiento social conducen a la inactividad física, alcoholismo y/o tabaquismo (que luego puede generar obesidad). Y todo ello queda ligado a una autoestima cada vez más mermada y una disminución de la autoeficacia. Es por tanto, un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.

Estas son enfermedades psicológicas que si bien pueden derivar en fisiológicas. Y en la mayoría de los casos es lo que ocurre. Según varios estudios, la soledad también está ligada a enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y así un aumento de la muerte prematura.

Hace no mucho la Universidad de Chicago y la Universidad de California también detectaron que la soledad incidía en el cuerpo de las personas de tal forma que las hacían enfermar. John Capitanio, del Centro de Investigaciones de la Universidad de California, lo deja bien claro: "En los seres humanos la soledad implica una hipervigilancia de amenaza social". ¿Qué ocurre entonces? Que la sensación de estrés, ansiedad y depresión afecta a una mayor producción de glóbulos blancos. El siguiente paso pues, es la aparición de enfermedades crónicas que acaban en una muerte más temprana.

Es hasta un factor de riesgo para algo tan común como un simple resfriado. Un estudio de Health Psychology, detalló como personas que estaban solas sufrían un 38,5% de síntomas más severos en un simple constipado, que el resto.

La soledad en tiempos de Facebook

“En fechas señaladas es cuando peor lo paso. Miro Facebook, Instagram… luego me veo a mí sola en casa y se me hace un poco cuesta arriba”, cuenta Laura quien detalla que esos momentos como por ejemplo la Navidad son los más duros. “Es cierto que luego yo tengo a mi gente, pero para las personas que vivan solas de verdad y que no tengan a nadie, esos días serán todavía peor”.

Casualidad o no. El incremento de esta dolencia ha surgido al mismo tiempo que las redes sociales han ido tomando carrerilla, hasta el asentamiento del nuevo medidor de popularidad basado en el número de followers.

Los primeros estudios sobre Internet y la soledad ya atestiguaron que, pese a que el uso de Internet era comunicativo, éste venía también acompañado de un incremento de la depresión y la soledad (sobre esto puedes leer más en el especial de soledad y redes sociales en Xataka).

El caso es que en tiempos de Facebook y donde se supone que las redes sociales han ayudado a una mejor sociabilización, alrededor de un 6% de la población europea asegura que no tiene a nadie en quien apoyarse o a quien contarle sus problemas, según datos de Eurostat.

Porcentaje de europeos que no tienen a quien hablar de sus problemas

El país peor parado es Francia que dobla la media de Europa, con un 12,3%. Le siguen Italia y Luxemburgo.

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