Estados Unidos, México y el TLCAN. ¿Acercando o alejando posturas?

Tras más de dos siglos de vecindad y pese a intentos intermitentes de México por distanciarse de su vecino del norte motivados por el temor a su hegemonía política, económica y cultural, una constante presente a lo largo de este tiempo en las relaciones de México y Estados Unidos (EEUU) ha sido la consolidación de un proceso progresivo de integración económica y social, el cual se expresa actualmente elevados flujos comerciales, financieros y laborales entre ambos países.

Desde una perspectiva de política interna el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) suscrito en 1994 entre EEUU, México y Canadá, tuvo una significación histórica para dos de sus miembros: México y EEUU. Conforme a la perspectiva mexicana el tratado representaba un giro en la política exterior de México hacia EEUU y Canadá, países con los que siempre había mantenido una relación distante y de desconfianza, o prácticamente inexistente. Mientras que para EEUU resultó el acuerdo comercial más controvertido en su historia reciente.

De manera que pocas fronteras dividen y a la vez vinculan dos países de manera tan intensa y tan distante como la de México y Estados Unidos, siendo desde la elección de Donald Trump como 45 presidente de los EEUU un claro ejemplo de ello, la renegociación del TLCAN. Trump no puede ignorar hechos tan relevantes como los que ofrece que ofrece el tratado, convertido en uno de los más dinámicos del mundo. De hecho, México es con mucho el primer socio comercial en materia de mercancías, el segundo destino comercial de Estados Unidos después de Canadá y el tercer socio comercial después de Canadá y China.

Los acuerdos alcanzados en el TLCAN dieron como resultado un proyecto regional de trascendencia histórica, no solo por el hecho de que vinculaba por primera vez a dos países avanzados con uno en desarrollo en un área de libre comercio sobre bases de plena igualdad y reciprocidad, lo que de por sí resultaba un hecho sin precedente, sino porque el TLCAN estableció el acuerdo regional más ambicioso, después de la Unión Europea, para la liberalización e integración del comercio y la inversión entre los países miembros del GATT (actualmente la OMC).

Con el TLCAN se estableció lo que por entonces resultó la segunda área de libre comercio más gran del mundo. La alta significación histórica es que representaba una reversión de la sabiduría convencional que se adoptó en la teoría de la integración económica desde 1950, que asumía que las áreas de libre comercio entre los países desarrollados y en desarrollo no serían del interés de los últimos.

EEUU y México están trabajando en la renegociación que deben afrontar ambos países. Por parte de EEUU, la estrategia que llevará a cabo el presidente y su equipo no está plenamente definida. Sin embargo, son bien conocidas las posturas de Trump, que parten de posiciones basadas en el nacionalismo económico y el proteccionismo comercial.

A pesar de tener la economía más industrializada del mundo, la más productiva y la más avanzada tecnológicamente, Trump piensa que Estados Unidos no puede competir sin erigir elevadas barreras arancelarias a las importaciones. El secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross, ha calificado de "basura" las críticas de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) al proteccionismo de EEUU y otros países desarrollados. Las declaraciones de Ross publicadas en la primera página del Financial Times, se produjeron después de que Lagarde hubiese demostrado su desacuerdo con "la espada del proteccionismo" que se cierne sobre la economía mundial. Por lo cual Ross aprovechó la ocasión para acusar al FMI de defender el proteccionismo de la UE, China, y Japón. Cada vez que hacemos algo para defendernos, dijo Ross, "lo llaman proteccionismo".

El proteccionismo comercial y el nacionalismo económico solo lograría cerrar las fronteras entre ambos países empobreciendo a los consumidores, pero sin devolver a EEUU los puestos de trabajo perdidos. Por tanto, no se debe hacer al tratado responsable directo del desempleo y del cierre de fábricas en EE.UU. Lo mismo que no se debe esperar, que un nuevo acuerdo, haga que las fábricas y los empleos regresen.

México cuenta con una estrategia donde su mayor fortaleza se encuentra en la unidad nacional y en su posición negociadora constructiva. Así lo expreso el secretario de relaciones exteriores de México; Luis Videgaray: “México enfrentará con ánimo constructivo la negociación del tratado, para adecuarlo a los nuevos tiempos, estando absolutamente abierto a una revisión que lo modernice y actualice, pues ahora hay temas que no existían cuando se negoció, hace más de veinte años".

Ahora bien, durante su visita a Madrid, manifestó como una prioridad absoluta "que el libre comercio siga siendo libre comercio y que el TLCAN conserve su esencia, lo que significa que no vamos a aceptar, porque sería contrario al interés nacional, una modificación al tratado que implicara por ejemplo establecer aranceles o establecer cuotas".