Por qué debes emprender a través de la economía colaborativa

Frederic Mazzella (C), Founder and Chief Executive Officer of French ride-sharing start-up BlaBlaCar, Nicolas Brusson (L), Co-Founder and COO of BlaBlaCar, and Francis Nappez (R), Co-Founder and CTO of BlaBlaCar, poses at the company's headquarters in Paris, France, September 28, 2016. REUTERS/Philippe Wojazer  - RTSPVRZ

Image: REUTERS/Philippe Wojazer

Georgy Llorens

La economía colaborativa ofrece la posibilidad de iniciar un negocio sin tener que financiar la totalidad de las inversiones necesarias y se vale que los participantes aporten sus activos, que pueden ser su tiempo, conocimiento, voluntad, dinero, bienes físicos, por mencionar algunos.

Muchos de quienes quieren emprender me preguntan cómo partir, en qué mercado participar y de qué forma pueden diseñar un modelo de negocio que les permita vivir de su emprendimiento. En este sentido, la economía colaborativa ofrece excelentes oportunidades.

Básicamente, la economía colaborativa se trata de un sistema de redes y mercados que se organizan para utilizar recursos subutilizados, los cuales van desde asientos vacíos en los automóviles, habitaciones desocupadas, herramientas, habilidades de personas, tiempo, etcétera.

La tecnología facilita el funcionamiento de este sistema, en particular las tecnologías móviles. Ésta ha eliminado las fricciones del mercado, las barreras, aquello que impedía que dos personas pudieran transar o intercambiar lo que uno tenía de sobra con otro que necesitaba de ello. Este intercambio puede tener un precio de intercambio, pero también funciona como el clásico trueque, donde las personas intercambian bienes, servicios, ideas o intereses.

La ventaja de la economía colaborativa es que las personas ya no necesitan poseer los bienes y abordar el costo que esto significa. Sr. Lector, responda lo siguiente: ¿estaría dispuesto a pagar por un bien que no ocupa el 90% del tiempo?, eso pasa con su automóvil, y ¿por qué no pagar sólo por el 10% del tiempo en que sí lo ocupo? La eficiencia de los recursos inutilizados es la base de la economía colaborativa.

La economía colaborativa se basa en los conceptos básicos que empleaban nuestros antepasados cuando vivían en tribus, donde se utilizaban los recursos que realmente se necesitaban y no los sobreexplotaban: compartir, colaborar, reutilizar y reciclar. Unos sitios que ayudan a entender sobre este concepto son Consumocolaborativo y Ouishare.

Con base en estos conceptos, es posible diseñar emprendimientos exitosos que se basen en compartir, y para ello, la tecnología es fundamental. El primer paso para partir es: identificar un recurso que esté subutilizado y sobre éste diseñar un modelo que permita utilizar al máximo este recurso juntando a las personas que lo necesitan con quienes poseen este recurso.

Algunos ejemplos

Todos hemos escuchado de Uber o BlaBlaCar en transporte, Airbnb en alojamiento, Ideame en crowdfunding, Freelancer en freelance o MandarinaHub en coworking, sin embargo, existen muchos otros espacios donde cada uno de nosotros puede emprender utilizando este concepto.

En la agricultura: Existen muchos lugares donde hay tierra disponible para cultivar y no son utilizadas, incluso existen espacios dentro de las ciudades en edificios y parques donde se puede impulsar una idea de huertos urbanos colaborativos. Imagina lo siguiente: identificas un espacio que no está siendo ocupado, podrías administrar esos metros cuadrados, subarrendando cada metro para que las familias puedan cultivar sus vegetales. Por otro lado, también puedes ofrecer la experiencia de plantar, por ejemplo, en vez de arrendar un metro cuadrado, puedes reservarlo (para el fin de semana) para que una familia con niños pueda vivir la experiencia de cultivar, sentir la tierra, plantar, etcétera, y tu empresa puede ofrecerles el servicio del cuidado de ese cultivo hasta que sea el tiempo de cosecha. Adicionalmente, puedes comercializar los productos cosechados entre las familias que son socias (por una módica membresía anual) del huerto a precios con un porcentaje de descuento. Puedes incluso ofrecer servicios complementarios como cursos para cultivar en el hogar, vender los insumos necesarios, etc.

En el cuidado de animales: Un excelente ejemplo de colaboración es Borrowmydoggy, en esta plataforma se unen los dueños de perros con los amantes de los perros y comparten el cuidado de las mascotas. Si alguien quiere disfrutar de una mascota el fin de semana, pero no es capaz de asumir el cuidado permanente, este sitio es ideal, ya que puedes reservar un tipo de perro que te gusta y te lo enviarán a casa para que compartas con él por el tiempo que estimes conveniente y luego pasarán a recogerlo.

En lavado de ropa: Existen miles de personas que están dispuestas a lavar la ropa de terceros por un pequeño monto. ¿Por qué no facilitarles el acceso a través de tecnología para que se puedan juntar?, esto es lo que hace la empresa brasileña Wairon, que recoge la ropa, la entrega a quienes la lavan y luego las regresa a sus dueños.

En estacionamiento: Si tienes un estacionamiento que no ocupas, puedes arrendarlo en las horas que está desocupado, ese es el espíritu del sitio español Parkfy.

En banco de tiempo: Si tienes un espíritu social y no sabes cómo ayudar, un excelente camino es crear un banco de tiempo, donde puedes solicitar que personas puedan donar su tiempo y habilidades con el objeto de dar forma a tu negocio. Este es el caso del Bdtonline, donde las personas pueden ayudar a la comunidad en base a sus habilidades y conocimientos.

En supermercado: Un excelente ejemplo es lo que han hecho en Londres con el “Supermercado de la Gente”. Basado en el concepto de una cooperativa de alimentos, donde los miembros de esta corporativa pagan una membresía anual de 25 libras, trabajan 4 horas mensuales en la tienda y como recompensa reciben un 20% de descuento por las compras que ellos hagan en la tienda. Por otro lado, ellos se abastecen de productores locales, orgánicos y se basan en el comercio justo. Cualquier productor que reúna los requisitos puede ofrecer sus productos en el supermercado. En este modelo todos ganan, los clientes al acceder a productos sanos, sin pesticidas, y a precios mucho más económicos. Por otro lado, los socios que son aquellos que pagan una membresía anual tienen un 20% de descuento en su compra, los productores obtienen mejores precios ya que pueden vender directamente sin grandes intermediarios y la cooperativa obtiene beneficios para seguir creciendo.

Para emprender, sólo necesitas identificar una ineficiencia en el mercado y luego definir el modelo de negocio que permita que todos ganen. Desde ahora deberás mirar tu entorno con otros ojos, los ojos de la colaboración.

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