2017: el año en que la atención médica se convierte en ciencia ficción
Más que nunca, la tecnología es clave para los cambios sociales y empresariales. Cada día se nos presentan las infinitas oportunidades que ofrecen las innovaciones para modelos tecnológicos y empresariales. Ahora conocemos cómo esto afecta el empleo, la cohesión social y la salud. La tecnología digital también será decisiva para ofrecer atención médica a los miles de millones que no tienen acceso hoy en día y brindarnos herramientas para democratizar el conocimiento médico.
La atención médica sigue siendo uno de los mayores desafíos, a medida que continúa exigiendo un porcentaje mayor de PBI en la mayoría de las ciudades, en especial en aquellas con poblaciones de edad avanzada. La atención médica afecta a todas las personas y sigue siendo un tema político candente. El Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido fue un tema importante para los votantes del brexit y en Estados Unidos la Ley de Cuidado de Salud Asequible se ve afectada. Entretanto, la atención básica no es accesible para todos y, donde está disponible, los resultados varían ampliamente. Es evidente que los actuales modelos de atención médica que se desarrollaron a mediados del siglo pasado ya no son efectivos para tratar las necesidades de cuidado crónico de la actualidad.
¿Cómo podemos marcar la diferencia en las vidas de miles de millones que sufren trastornos neurológicos, diabetes, insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar y cáncer? Las tecnologías que alguna vez fueron la base de películas de ciencia ficción se convierten rápidamente en realidad. Con el desarrollo cada vez mayor de las tecnologías de detección y en la nube, podemos integrar grandes cantidades de datos contextuales y de salud para ofrecerles a los profesionales de la atención conocimiento más profundo y predictivo acerca de la salud de una persona. Nos permite llevar la atención médica a lugares donde anteriormente estaba fuera de alcance.
En India, por ejemplo, la falta de instalaciones para el cuidado crítico y el personal en zonas alejadas del país se lleva muchas vidas cada año. La respuesta a la solución de este problema es permitir que la experiencia de los profesionales esté disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y a escala, mediante el uso de tecnología de telemedicina remota, respaldada por algoritmos que ayudan a identificar a los pacientes que necesitan de una intervención. Grandes proveedores como Fortis Health y Manipal operan con éxito centros de telemedicina. Debemos adoptar estas prácticas y permitir que nuestros sistemas con infraestructura para datos de salud y modelos de reintegro para que el llamado cuidado conectado llegue a todos.
La IA nos ofrece la oportunidad de dar un gran paso en el diagnóstico de precisión y el tratamiento altamente personalizado. Ya contamos con sistemas en producción que pueden leer e interpretar grandes conjuntos de datos de información histórica y actual de un paciente desde múltiples fuentes. La información que anteriormente se almacenaba en silos como estudios, observaciones, pruebas, imágenes y registros médicos electrónicos, ahora se puede recopilar para ser interoperable y comprensible. La IA puede filtrar miles de documentos académicos en segundos. Pero lo que es más importante, la IA puede ayudar a proporcionar la información correcta en el momento adecuado dentro de un contexto apropiado: el del paciente. Esto ayuda a brindar un primer diagnóstico correcto en vías de un tratamiento más personalizado y a reducir los desechos, todo con el objetivo de mejorar los resultados.
Ahora hay más oportunidades para los médicos de atender a pacientes de forma remota. Ya utilizamos tecnologías de voz interactivas basadas en IA y tecnologías de monitoreo mediante video para supervisar a distancia la salud mental y física. La IA se utiliza como una herramienta eficaz para obtener un diagnóstico y un tratamiento más veloz para el cáncer al interpretar imágenes médicas, descubrir biomarcadores en tejidos cancerígenos y realizar un análisis de ADN.
Con una implementación a gran escala de los sistemas de registro médicos y el uso de la tecnología de seguimiento, la cantidad de datos que las organizaciones de salud recopilan crece a una velocidad exponencial. El potencial de utilizar esta riqueza de datos para mejorar los resultados aún no ha sido aprovechada en su totalidad. Carecemos de ciclos de retroalimentación para convertir cada encuentro de atención médica de una contribución a un conocimiento. Por ejemplo, aplicar los factores de riesgo del cáncer de mama para perfiles detallados de pacientes, incluidos atributos como historial familiar o aún mejor la información genética, nos ayudará a crear programas más personalizados. Podemos crear perfiles cada vez más detallados y realizar programas de visualización más personalizados, que producirán mejores resultados y costos reducidos. El caso de cada mujer nos ayudará a mejorar aún más los programas de visualización, detección y tratamiento.
Los dispositivos inteligentes y portátiles (incluso ingeribles e implantables) tienen un rol en la creación de acceso a la atención médica. Estos dispositivos aumentan la cantidad de usuarios y recopilan de forma continua datos contextuales y acerca de la salud, permitiendo a los proveedores de atención médica supervisar a los pacientes en cualquier lugar, logrando una atención más personalizada y proactiva. Eventualmente, estos datos y su contexto crean alertas si hay un cambio en la combinación de signos vitales, indicando una emergencia. La supervisión remota implica menor cantidad de readmisiones, respuestas más rápidas a emergencias y un cuidado más inmediato para evitar el deterioro o eventos adversos, como golpes o caídas. Desde la gran cantidad de estudios realizados en distintas partes del mundo, ha sido evidente que el cuidado conectado ofrece un mejor cuidado para el paciente a considerablemente menores costos para la atención continua de la salud.
Y las posibilidades no finalizan en la IA y los dispositivos portátiles. Philips acuñó el concepto de inteligencia ambiental hace 15 años y ahora, con la Internet de las cosas, su momento ha llegado. La inteligencia ambiental se refiere a dispositivos inteligentes sensibles y receptivos para sus usuarios y el entorno. La tecnología inalámbrica y los entornos inteligentes tendrán un rol importante en el ofrecimiento de atención médica al adaptarse a las necesidades de los pacientes y brindar a la persona a cargo del cuidado información útil acerca de ellos.
Permítame darle un caso de uso potencial: una persona mayor en su hogar usa un pendiente inteligente que dialoga con ella, le recuerda su medicación, la impulsa a alimentarse y rastrea su movimiento. Las luces se encienden automáticamente cuando se levanta por la noche. Cuando se detecta el deterioro, estará en contacto con la persona correcta que se ocupa de ella. En caso de una caída, se activa una atención de emergencia y se envía una ambulancia a su casa. Los paramédicos tienen total acceso a su historial médico y el monitor del paciente que llevan automáticamente se configura según sus especificaciones. La información se envía al hospital, donde se prepara la atención. Será automáticamente registrada y monitoreada al llegar, los dispositivos de ventilación se ajustarán de forma automática y detectarán sus signos vitales.
Estas tecnologías y enfoques promueven la calidad clínica y la eficiencia de la atención, mientras mantienen la independencia y la calidad de vida del paciente. Muchas de estas tecnologías no están a años luz, ya están siendo utilizadas por millones de personas. Necesitamos escalar aún más estos modelos eficaces.
Esto no representa algo de lo cual solo las economías occidentales se benefician: nuestro Índice del Futuro de la Salud de Philips descubrió que un tercio de las economías menos desarrolladas (30 %) ya se sienten más a gusto que casi la mitad (49 %) de sus contrapartes desarrolladas con relación al uso de tecnologías conectadas, donde los pacientes se pueden comprometer con profesionales de atención de formas alternativas. A esto se lo conoce como gran salto, donde el acceso remoto y poco frecuente a la atención médica lleva a las poblaciones a buscar nuevas rutas y de gran innovación para el problema al aprovechar la infraestructura móvil extendida. Con estas tecnologías en manos de quienes las necesitan, es un objetivo posible para el futuro y podría tener un impacto considerable.
Aunque no exista una rápida solución para la salud, al promover un diálogo sincero y colaboración, el progreso real puede priorizar estos problemas y finalmente lograr que el 2017 sea un año revolucionario para el cuidado conectado. Tenemos una responsabilidad con nuestros pares y debemos asegurarnos que todos se beneficien de las asombrosas oportunidades de la tecnología digital, sin dejar a nadie fuera del viaje para hacer efectivo el desarrollo digital.
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