¿Por qué la ONU debe hablarle a las empresas?
Hacer negocio no está peleado con hacer el bien, pues hacer el bien es el mejor y más estratégico negocio. Image: REUTERS/Brendan McDermid
Hace apenas unas semanas tuve la oportunidad de participar en la Cumbre Global de Líderes de Pacto Mundial, Leaders Summit 2016: Making Global Goals Local Business, en Naciones Unidas Nueva York.
Más de 600 empresarios de prácticamente todo el mundo se concentraban en uno de los recintos más emblemáticos de la humanidad, la Sala de la Asamblea General de la ONU en Manhattan. Entre intercambios de tarjetas de presentación oleaban banderas de algunos empresarios orgullosos de representar a sus países, cuando en punto de las 15 horas un silencio abrupto interrumpió la típica dinámica empresarial en miras de un networking, cuando arribó a la sala el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon.
Tras el emblemático pódium principal, Ban Ki Moon miró fijamente a la audiencia y con sorpresa expresó: “Este edificio no fue creado para ustedes, la ONU fue pensada para propiciar el diálogo entre países para perpetuar la paz y discutir tipos de gobiernos, no para empresas y discutir modelos de negocios”.
¿Por qué hoy la ONU debe hablar a las empresas?
Solemos pensar que el único medio para que un Estado alcance el Desarrollo es su gobierno, el cual la mayoría de las veces se ve limitado por los tiempos de su administración. E independientemente de lo completa que sea la agenda global de desarrollo, solo ejecuten aquellas iniciativas sociales con resultados inmediatos.
“No dejar a nadie atrás” es uno de los principales lemas de la Agenda 2030; es así como toma un poco más de sentido que Naciones Unidas se refiera ahora al sector privado también para hablar de desarrollo. Empresas, organizaciones que en teoría son creadas para perpetuar los tiempos y crear riqueza a través sus operaciones, generan también tanto oportunidades laborales como tecnologías que reducen la brecha de la desigualdad, generan desarrollo urbano y social. En pocas palabras, la empresa genera prosperidad.
Hacer negocio no está peleado con hacer el bien, pues hacer el bien es el mejor y más estratégico negocio. El desarrollo económico comprende también al desarrollo social. Entender el valor compartido significa identificar las problemáticas actuales como oportunidades sin precedentes. Esto quiere decir hay que cambiar completamente el “mind set” de la forma en que se han llevado a cabo los negocios en la historia, no significa únicamente cambiar una mentalidad, ni siquiera una cultura completa, sino un paradigma histórico.
Sin duda esto no se dará de un día a otro, hoy somos ambiciosos en querer lograrlo en 15 años, sin embargo, para cambiar globalmente hay que empezar a hacerlo localmente. Nadie puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo.
Seguramente Ban Ki Moon tenía razón, las Naciones Unidas en un inicio no fueron pensadas para esto, pero hoy el mundo está cambiando, con estas líneas para nada pretendo eximir de la responsabilidad que por naturaleza poseen los Estados, todo lo contrario, es ahora el momento de trabajar juntos. Los gobiernos pueden y deben luchar por la igualdad, mientras que las empresas pueden y deben ejecutarla.
El autor es MBA, Psicólogo, Coordinador del Pacto Mundial de Naciones Unidas en México. Columnista y Profesor en la Universidad Anáhuac. New runner, convencido de que no hay imposibles.
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