Cómo responder a “¿cuánto ganaba en su último trabajo?”

Usted está preparado para la entrevista de trabajo o para la llamada telefónica de evaluación. Está entusiasmado por conocer más acerca de la oportunidad de trabajo. Después, llega la pregunta temerosa:

“¿Cuánto ganaba en su trabajo anterior?”

¡Tiene que estar preparado para responder eso!

Le brindaré una buena respuesta para esa pregunta con una condición: debe olvidarse de la relación empleador-postulante para poder usar la respuesta que le propongo.

Tiene que dejar de lado el prototipo estándar de postulante sumiso y darse cuenta de que usted es un par igualitario en el proceso de contratación. Usted no es una hormiga modesta que tiene que trepar montones de vidrios rotos para conseguir un trabajo.

Las personas que no lo contratan, no lo merecen. Como postulante con atractivos, lo pone feliz pasar tiempo con personas que lo comprenden. ¡Nunca podría encender su llama en un lugar donde no lo han hecho!

Usted primero debe reconocer la inadecuación de la pregunta “¿Cuál era su salario en su trabajo anterior?”, y después podrá usar nuestra respuesta sumamente atractiva.

Lo que usted ganaba en sus trabajos anteriores no es asunto de ningún empleador.

¡Le dirán que sí es asunto de ellos! Le dirán que está siendo una persona complicada al negarse a darles sus comprobantes de pago.

Los reclutadores inescrupulosos le dirán que DEBEN saber cuál era su salario anterior, y que será excluido del proceso de reclutamiento inmediatamente si no les brinda dicha información. Se quejarán y se enfadarán. ¡Lea los comentarios después de esta descripción si le agrada ver a los reclutadores quejarse y enfadarse!

Por supuesto que dicen que DEBEN obtener detalles de su salario. Quieren mantener la ventaja de negociación sobre usted. ¡Déjelos atrás! Los reclutadores despreciables disfrutan de no poder ayudarlo. Por supuesto, no necesitan saber cuál era su salario anterior. Todo lo que necesitan es el salario que pretende, y eso es lo que usted les dirá. El guión a continuación le mostrará cómo divulgar esa información.

Le dirán que es un mercado del empleador. ¡Es mentira! Busque en Google el término “falta de talento” y encontrará más de siete millones de resultados de búsqueda. Usted tiene solo el poder en la ecuación de contratación que cree que tiene.

Los reclutadores le dirán “Les hago esta preguntas a las personas todo el día. Es una pregunta totalmente razonable”. ¡Están mintiendo! Es posible que hagan la pregunta, pero no es razonable. Es sumamente indiscreta.

Si un reclutador no puede valuar sus habilidades sin saber lo que le pagaba otra persona, ¡entonces está frente a un mal reclutador!

Cuando caiga en la cuenta de que las personas no pueden preguntarse unas a otras acerca de sus cuentas bancarias o sus salarios, a menos que se trate de amigos cercanos, familiares o asesores fiscales, se dará cuenta de que está comenzando a ser víctima de la mentalidad de un postulante sumiso, posiblemente por varios años.

Usted puede hacer algo muy importante: sin hacer que el entrevistador se sienta irrespetuoso por haberle hecho una pregunta indiscreta, puede replantear la pregunta acerca del historial de salarios, por ejemplo, “¿Cuáles son sus pretensiones para comenzar a trabajar aquí, si hacemos una oferta?” y responder esa pregunta.

Seguramente quiera ser una persona servicial y fácil de tratar cuando se encuentre en el proceso de reclutamiento. Al mismo tiempo, no puede perjudicarse solo diciendo una cifra, incluso si la cifra que menciona es la que el entrevistador está esperando.

Apenas divulgue la cifra de un salario anterior, perderá todas sus posibilidades de sacar provecho de la negociación. La mayoría de los empleadores no lo contratarán por más del 10% más de su último salario, incluso si lo quieren mucho. Consideran que un 10% más es un tope de pago suficiente para cambiarse de trabajo.

Si vendiera una casa y una persona le pregunta “¿Qué otras ofertas ha recibido por la casa y por cuánto?”, le diría que se largue de inmediato. Esa es su información privada y nadie que tenga esa información tiene una ventaja de negociación.

El empleador no le dirá cuánto le pagaban a la persona que ocupaba ese puesto de trabajo. Esa información es confidencial. ¡También lo es su historial de salarios!

¿Puede adoptar un nuevo prototipo, ser una persona agradable y respetuosa en todo momento, y también establecer límites con relación a lo que compartirá y lo que no? Si puede hacerlo, le garantizo que los gerentes de contratación lo valorarán más.

Lo respetarán más. Resístase a la necesidad de rebajarse, ceder y retorcerse en forma de pretzel para complacer a los reclutadores y gerentes de contratación. Esto no hará que lo quieran más si lo hace, todo lo contrario.

Enfréntese al miedo de decir “¡Vaya! Como puede imaginarse, mi historial de salarios es información personal”, anímese y diga eso de una vez. A continuación, el guión completo:

ENTREVISTADOR: ¿Cuánto ganaba en su trabajo anterior, Derek?

USTED: En esta búsqueda de trabajo, estoy enfocado en trabajos en los que pueda ganar alrededor de $50 mil. ¿Eso se aproxima a la cifra que ofrece para este puesto?

ENTREVISTADOR: Pienso que sí. Creo que es posible, pero no soy el gerente, por supuesto. Debo preguntarle cuánto ganaba en su trabajo anterior.

USTED: Comprendo. Sé que tiene preguntas que debe hacerles a los postulantes. Supongo que el salario de $50 mil que mencioné es la cifra que debería anotar en su formulario, eso es lo que pretendo ganar para comenzar a trabajar aquí.

ENTREVISTADOR: Bueno, pero se suponía que debía averiguar cuánto ganaba específicamente en su trabajo anterior.

USTED: Mi contador se enfadaría si divulgo mi información financiera, usted puede entenderlo. Si afortunadamente por este trabajo pagan alrededor de 50 mil, entonces tendrá sentido seguir hablando.

ENTREVISTADOR: Bueno, voy a anotar eso.

Los entrevistadores insisten en conocer su historial de salarios porque la cifra que aparece en la casilla de la hoja de recopilación de datos, o en el formulario web, permite que el proceso de filtración de personas sea fácil. Eso es todo lo que buscan en una primera conversación de evaluación.

No ahondarán con usted sobre la estrategia de la empresa o el sentido de la vida. Solo seguirán un proceso comercial de reiteración. Ellos quieren que sea fácil y, por lo tanto, usted también, entonces dígales una cifra que lo conforme y continúe.

¿De dónde provendrá su salario pretendido? Lo obtendré de la escala de salarios y pagos, de preguntarles a los reclutadores qué tipos de ofertas tienen para personas como usted y de sitios como SimplyHired, que le permiten buscar puestos vacantes por salario.

La mayoría de las revistas y sitios web de comercio también tienen una edición anual de encuestas de salarios.

Esta técnica y toda esta metodología de Human Workplace no son trucos de salón. El guión es menos importante que el modo de pensar, o la sensación en su cuerpo, que usted es una persona digna e íntegra y que no necesita mendigar trabajo.

No tiene que disculparse por no divulgar información sobre su salario anterior, el saldo de su tarjeta de crédito, su peso o detalles de su vida sexual. Es una espantosa violación de buenos modales decirle a alguien que le cuente esas cosas.

Solo porque nos dedicamos al trabajo no significa que no seamos responsables de mostrar los buenos modales que nuestros padres nos enseñaron.

¿Se siente más poderoso ahora? Sus músculos crecerán de la misma manera en que crecen las plantas y las flores, cada vez un poco más.

¡Practique el dicho “Estoy enfocado en trabajos en los que pueda ganar alrededor de $__mil” frente al espejo y vea cuánto más poderoso se sentirá!

En colaboración con Linkedin. 

Autor: Liz Ryan es la Directora Ejecutiva y fundadora de Human Workplace.

REUTERS/Susana Vera