Un nuevo escenario económico mundial para el negocio de la banca

Seis años después de la crisis económica mundial, un nuevo medio mundial se percibe en el horizonte. El crecimiento moderado pero robusto se ha reanudado en Estados Unidos, mientras que China se ha desacelerado. Una economía estadounidense más fuerte significa que probablemente el Sistema de Reserva Federal de los Estados Unidos pronto comenzará un ciclo de restricción monetaria, absorbiendo la abundante liquidez disponible para las economías emergentes. Es probable que el menor crecimiento de China ocasione que el ciclo del auge de las materias primas y productos básicos llegue a su fin. En este contexto, la industria de la banca debe adaptarse a las restricciones adicionales impuestas sobre las instituciones financieras por el nuevo entorno posterior a 2008.

¿Qué significa la recuperación de Estados Unidos para el resto del mundo?

La economía estadounidense se ha recuperado de su desaceleración posterior a 2008. Ha podido alcanzar tasas de crecimiento moderado pero robusto y reducir el desempleo de manera sostenida. Esas son buenas noticias para el resto del mundo, el cual se beneficiará de una creciente demanda de bienes y servicios de la economía más grande del mundo. No obstante, existe otro aspecto. Con la recuperación económica, el Sistema de Reserva Federal ha comenzado a eliminar gradualmente el estímulo económico y es probable que eleve las tasas de interés en los siguientes meses. El rendimiento de los bonos de Tesoro de Estados Unidos –hasta el momento todavía a bajos niveles históricos– tiene el potencial de elevarse mucho más rápido de su valor actual en el mercado.

Si eso ocurre, las condiciones financieras para las economías emergentes se restringirán súbitamente. Es probable que las monedas de los mercados emergentes se devalúen aún más, y sus tasas de interés domésticas –tanto a corto como a largo plazo– se elevarán, disminuyendo la demanda interna. Para los mercados emergentes que dependen más del financiamiento extranjero, es posible que esto genere un drástico ajuste de balances.

El fin del auge de las materias primas y los productos básicos

La economía de China se ha desacelerado y es probable que no crezca de manera tan rápida como lo ha hecho en el pasado reciente. La desaceleración se percibe generalmente como estructural y permanente. Por consiguiente, los legisladores no están dispuestos a introducir políticas agresivas para elevar de nuevo el crecimiento a niveles vistos durante la década pasada. En lugar de eso, la política ahora tiene como objetivo mejorar la calidad del crecimiento, desviando la demanda de la inversión, dirigiéndola hacia el consumo y reduciendo el daño al medio ambiente. En nuestra opinión, la demanda de crecimiento de China no sostendrá los precios de las materias primas y los productos básicos como lo ha hecho en el pasado.

La madurez de la inversión en los sectores de los recursos naturales añade mayores presiones  que conducen a la baja en los precios de las materias primas. Esto es particularmente evidente en el mercado del petróleo –que durante los últimos meses ha sido el de peor rendimiento entre las materias primas importantes– pero los precios de otros productos clave como el mineral de hierro y la soya también han caído. A pesar de que todavía es muy pronto para tener conclusiones definitivas, creemos que el declive de los precios de los productos básicos y las materias primas es permanente, por lo menos en parte.

Así, los exportadores de productos básicos y materias primas perderán ingresos de manera permanente. A pesar de que es posible que la devaluación de las monedas amortigüe el impacto para aquellos que tengan regímenes de cambio flotante, es probable que el declive de la inversión en el sector de la fabricación de productos tenga un impacto negativo en la demanda interna. Por otro lado, los importadores de productos se beneficiarán –sobre todo aquellos con altas facturas de importación energética– y las materias primas más baratas ejercerán una presión a la baja en la inflación global.

Condiciones mundiales más difíciles

Aquellas economías que construyeron amortiguadores durante los buenos años ahora se encuentran listas para un entorno mundial más desafiante. En estos países, la deuda pública como proporción del PIB se redujo significativamente y su perfil mejoró considerablemente: la madurez de la deuda aumentó y la porción de la deuda denominada en dólares se redujo. Cuando las cuentas corrientes estaban en déficit, el financiamiento provenía principalmente de la inversión exterior directa, y los bancos centrales acumularon reservas internacionales, así que el endeudamiento externo neto es ahora mucho más bajo. Por último, la adopción de las monedas flotantes y metas de inflación creíbles aumentaron la capacidad de recuperación de los marcos de política monetaria.

Aparte de los fundamentos macroeconómicos, también observamos un importante papel en el que las microeconomías impulsan la diferenciación de los países: aquellas economías con marcos más favorables para las empresas y el mercado tienen más probabilidades de ser recompensadas a medida que el capital extranjero se vuelve más escaso y “selectivo”.

Un sector bancario más fuerte

La industria bancaria enfrenta importantes desafíos en el ámbito regulador en este nuevo entorno mundial. Las regulaciones adicionales impuestas en la industria después de 2008 implicaron restricciones importantes al negocio de la banca en general. El impacto provocó la reducción heterogénea de la rentabilidad afectando a algunas líneas de negocios así como la prohibición absoluta de ciertas actividades. Esto llevó a una revaluación de todas las líneas de negocios, de tal forma que muchas de ellas tuvieron que replantearse y transformarse para encajar bajo una nueva serie de restricciones a la vez que mantenían su rentabilidad.

En este nuevo entorno, los beneficios bancarios, la liquidez en los mercados de valores y el alcance del sector bancario se reducirán. No obstante, esperamos que la industria de la banca emerja de este proceso con una mayor capacidad de recuperación. También estará más capitalizada y se adherirá a mejores estándares de liquidez.

Los siguientes años traerán desafíos, pero también oportunidades para los negocios en general, y para la industria de la banca en particular. Es importante estar preparados para la volatilidad y el riesgo, pero también mantener la mirada y la mente abiertas a las nuevas tendencias y a las buenas perspectivas de inversión.

Autor: Roberto Egydio Setubal es jefe ejecutivo y presidente de la Junta de Directores de Itaú Unibanco. Es también copresidente de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2015 en Davos.

Imagen: REUTERS/Toby Melville

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