Por qué el mundo necesita mejor seguridad nuclear
Durante los últimos cinco años, los líderes mundiales han prestado atención concertada para garantizar que ni terroristas ni otros actores malévolos no estatales puedan hacerse de material que pueda usarse para creación de un arma nuclear. Las Cumbres de la Seguridad Nuclear que el presidente Obama inició en 2010 y de las cuales la República de Corea y los Países Bajos han sido sede en ocasiones bianuales posteriores, han producido claras mejoras en la seguridad nuclear.
Pero incluso así, las mejoras se han enfocado primordialmente en el material nuclear del sector civil, el cual es tan sólo 15% del problema. Mientras tanto, el 85% del material nuclear que se considera de uso militar sigue fuera de los requisitos reportados en las regulaciones internacionales. Es decir, casi 1,440 toneladas de uranio altamente enriquecido y casi 250 toneladas de plutonio separado –lo suficiente para casi 100,000 armas en total– carecen de toda forma de supervisión internacional.
Peor aún, la producción de material nuclear para armas continúa en muchos estados, esto a pesar de los esfuerzos internacionales por casi dos décadas de negociar un tratado de cesación de material fisil para detener dicha producción. Se ha sugerido que cualquier tratado de este tipo también debería controlar los arsenales existentes y allanar el camino para futuras verificaciones del desarme nuclear. Muy por debajo de estos loables objetivos hay varios pasos que los estados pueden tomar para fortalecer la seguridad y el manejo del material nuclear de uso militar de maneras en las que no violen la soberanía nacional o que no revelen información sensible.
Pasos hacia una etapa en que se haya superado el peligro nuclear
Una buena manera de comenzar sería adherirse al principio de que los arsenales nucleares militares deberían de asegurarse con estándares no menores que los que se aplican a los materiales civiles. La siguiente, y quizá la última, Cumbre de la Seguridad Nuclear de 2016 debería adoptar este principio como primera orden. En práctica, dicho principio significa que los estados se comprometerían a aplicar a esos materiales las mejores prácticas de seguridad del sector privado así como las directrices aplicables del Organismo Internacional de Energía Atómica. Estados Unidos estuvo cerca de alcanzar ese compromiso unilateral en su declaración nacional en la Cumbre de Seguridad Nuclear 2014.
El simple hecho de que estos materiales estén supuestamente bajo protección militar no los hace más seguros. Presenciemos, por ejemplo, los muchos incidentes de violación de seguridad y accidentes reportados que han involucrado ojivas nucleares y material fisil de uso militar tanto sólo en Estados Unidos, incluyendo la violación del perímetro de las instalaciones que almacenan 400 toneladas métricas de uranio altamente enriquecido en 2012 por una monja de 82 años y otros dos activistas. Se puede asumir que otras fallas en la seguridad han ocurrido en estados menos transparentes que poseen armamento nuclear.
Afrontando el problema de la confianza
Un segundo punto de inicio para construir la confianza en la seguridad y el manejo adecuado de los materiales militares sería compartir la información respecto a ciertas categorías de materiales nucleares no civiles. La historia de 20 años de programas de cooperación para reducir la amenaza de forma cooperativa entre Estados Unidos y Rusia, algunos de los cuales también involucran a otros países, demuestra que los mecanismos cuidadosos de intercambio de información acerca de la protección y la contabilidad de armas nucleares y materiales pueden tanto construir confianza mutua como aumentar la seguridad y el manejo sensato de estos materiales y arsenales.
Además, los países con materiales militares nucleares podrían proporcionar información anual acerca del tamaño y las categorías de sus existencias, y colocar el material militar excesivo bajo acuerdos de verificación internacional bajo el auspicio del Organismo Internacional de Energía Atómica. Dichos acuerdos se desarrollaron a principios de la década del 2000 dentro del marco de la Iniciativa Trilateral de EU-Rusia-OIEA pero nunca se implementaron.
Un texto no oficioso preparado por la Iniciativa de la Amenaza Nuclear para su proyecto Diálogo Global acerca de las Prioridades de la Seguridad Nuclear ofrece una docena de sugerencias sobre cómo los estados pueden generar confianza en la seguridad de sus materiales militares a través de una variedad de compromisos y convenios unilaterales, bilaterales y multilaterales.
Como miembros del Consejo para la Agenda Global sobre la Seguridad Nuclear del Foro Económico Mundial, urgimos a la Cumbre de Seguridad Nuclear 2016 a que le dé prioridad similar al material nuclear no civil. Todos los estados que poseen dichos materiales deberían de tomar los pasos que le garantizarán al mundo que dichos materiales no son vulnerables a terroristas nucleares.
Autores: Mark Fitzpatrick es director del Programa de No Proliferación y Desarme del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos. Sir Malcolm Rifkind es el ex secretario del Exterior y ministro de Defensa del Reino Unido. Elena Sokova es directora ejecutiva del Centro de Viena para el Desarme y la No Proliferación.
Imagen: REUTERS/Yves Logghe/Pool.
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