Una idea para el futuro de la democracia

“Innovar no está en la naturaleza de los gobiernos”. Eso es lo que un representante de una agencia de desarrollo internacional dijo al escuchar una presentación acerca de la agenda para la innovación de uno de los estados en México. Yo no podría estar más de acuerdo con su declaración.

La innovación significa superar los modelos normativos, cambiar el status quo, alterar todo, desde la manera en la que las personas se comportan hasta la manera en la que los sistemas funcionan. A fin de innovar, debemos experimentar, iterar, aprender de los fracasos, dedicar tiempo a probar ideas y comprender que algunas funcionarán, mientras muchas otras no lo harán. La innovación es difícil. Requiere enfoque, apertura, asumir riesgos y, en ocasiones, un poco de suerte.

Tradicionalmente el papel del gobierno ha sido proporcionar estabilidad y mantener el statu quo. Eso es lo que hace que sea muy difícil que los gobiernos puedan asumir riesgos a fin de innovar. No obstante, vivimos en una era en la que hay un creciente reconocimiento de que las maneras antiguas de resolver problemas ya no están a la altura de los nuevos estándares. Actuar como si todo siguiera igual ya no es suficiente.

Hoy en día, el acceso a nuevas herramientas para conectar, generar y consumir información está creciendo exponencialmente. Tan sólo en México, por ejemplo, el número de personas que usan Internet subió 6 millones en 2013, un aumento del 13% respecto al año anterior.

La tecnología se mueve rápido, la democracia lentamente

Internet se ha vuelto un medio de difusión que amplifica la voz de las personas. Si no amplifica también la capacidad del gobierno para escuchar, entonces se corre el riesgo de que las instituciones estén desconectadas de los ciudadanos. Han crecido las exigencias por una mejor educación, por mejores y más eficientes servicios, por más seguridad y menos corrupción. Cada vez más estas exigencias provienen de ciudadanos organizados por medio de nuevos canales mientras que al mismo tiempo surgen nuevos retos. La tecnología se está moviendo rápidamente y la democracia muy lentamente: es por eso que debemos replantear las estructuras.

Debemos tener mentalidad de hackers hacia nuestras instituciones: comprenderlas desde dentro, desarmarlas y reformularlas con el fin de mejorarlas. Debemos enfocar nuestros esfuerzos en transformar nuestros gobiernos desde dentro para que sean más emprendedores y centrados en los ciudadanos. Debemos construir instituciones que aprovechen el conocimiento y la innovación de sus constituyentes a fin de resolver juntos los problemas cívicos y sociales. Debemos fomentar el cambio al interior para crear cambio en el exterior.

Burbujas de innovación

Con el fin de fomentar un gobierno más emprendedor e innovador, nos preguntamos qué ocurriría si, al interior del gobierno, pudiéramos crear espacios o burbujas donde pudiéramos detenernos y comenzar a pensar en problemas más que en soluciones, un espacio donde a los funcionarios se les permita “salirse del guión” y proponer nuevas ideas. ¿Qué ocurriría si uniéramos a las personas más innovadoras al interior del gobierno con los ciudadanos más innovadores fuera del gobierno y pedirles que juntos pensaran en los grandes problemas y que ofrecieran soluciones a los mismos? ¿Qué ocurriría si se les motivara a plantear muchas preguntas, a pensar libremente como ciudadanos y a priorizar el impacto a largo plazo por encima de la innovación a corto plazo?

Hace seis meses, la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de México lanzó un programa llamado “Agentes de Innovación”. El objetivo era abordar cinco desafíos públicos por medio de la innovación abierta y un diseño centrado en el ciudadano siguiendo estos pasos:

1. Empatizar al conectar con las personas que estén experimentando los desafíos públicos por resolver buscando sus historias, teniendo en cuenta sus emociones y creencias.

2. Sintetizar filtrando grandes cantidades de información en ideas cruciales.

3. Generar muchas ideas y combinar perspectivas diversas.

4. Crear prototipos para probar suposiciones con el fin de que, antes de invertir en una idea, se puedan identificar y probar suposiciones clave.

5. Probar los prototipos con los ciudadanos.

El primer paso fue identificar a un innovador o innovadora al interior del gobierno para que hiciera equipo con otro innovador o innovadora fuera del gobierno, para que de esta manera dos personas con diferentes experiencias pudieran enfocarse en un solo problema. Por medio de una serie de talleres de trabajo se les pidió que empatizaran con sus constituyentes y después plantear el problema que tendrían que resolver.

Por ejemplo, al principio un equipo estaba tratando de entender cómo arreglar las largas esperas en los hospitales públicos, y entonces hicieron una cita para que se les atendiera y esperaron ahí varias horas, perdiendo un día de trabajo. Si de verdad queremos plantear un problema y proponer una solución satisfactoria, necesitamos experimentarlo.

A todos los equipos se les exigió que no sólo examinaran los principales problemas de México, sino que también propusieran diferentes soluciones, que las probaran, que las descartaran, que las validaran, que las construyeran y una vez que las hubieran identificado, escalarlas con el fin de encontrar una solución a largo plazo que pudiera beneficiar a millones de mexicanos.

Cinco cambios sociales

Al programa Agentes de Innovación todavía le restan algunos meses y en esta etapa los cinco equipos están construyendo varios prototipos y preparándose para probarlos con los ciudadanos. Los retos que se abordarán por medio de este programa son:

1. La deserción escolar.

2. La mortalidad materna.

3. La participación ciudadana en la prevención de la violencia.

4. Ideas para un mejor diseño de programas sociales públicos.

5. Acceso transparente y eficaz a fondos gubernamentales para start-ups y

para emprendedores.

El rasgo común del proceso de todos los equipos hasta ahora es que deben deconstruir retos complejos y examinar sus causas profundas. Son retos que los gobiernos por sí solos no pueden abordar y que requieren de un método que incluya a múltiples partes interesadas. El programa “Agentes de Innovación” es un intento de democratizar la manera en la que la innovación puede usarse para resolver los problemas públicos.

Las dificultades de México son también una gran oportunidad para innovar. La tecnología por sí sola no resolverá los problemas que nosotros como sociedad no hemos podido resolver. Todos debemos ser parte del proceso para mejorar nuestra democracia. Ser ciudadano no es una función pasiva. Y, poco a poco, espacios y oportunidades como estas tendrán que reproducirse a diferentes niveles y en diferentes sectores.

Deberíamos tener el objetivo de construir un gobierno que comprenda que no puede funcionar si está aislado de sus ciudadanos u operando en una realidad paralela. La innovación y la creatividad provienen no sólo de la creación de nuevas ideas, sino también de la destrucción de viejos paradigmas.

Autor: Jorge Soto es el fundador de compañías que incluyen Citivox, Data4 y Miroculus, así como Pionero de la Tecnología del Foro Económico Mundial; además es también un Global Shaper. Anteriormente fue subdirector general de Innovación Cívica de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de México.

Imagen: REUTERS/Andrea Comas