Por qué los líderes empresariales deben pensar como científicos

Con frecuencia los líderes hablan acerca de la aplicación de las prácticas empresariales sensatas en las universidades y en otros sitios dedicados al servicio público. Yo quiero poner la conversación de cabeza y sugerir que una mentalidad científica puede informar y beneficiar el proceso de toma de decisiones fuera del laboratorio. Adoptar la mentalidad de un científico puede ayudarnos a todos a abordar el tema de un mundo cambiante.
¿Qué destrezas y mentalidad necesitarán nuestros líderes, fuerzas de trabajo, estudiantes y jóvenes para afrontar los problemas del siglo en curso? La información ubicua, la complejidad y las nuevas tecnologías han desafiado los métodos tradicionales de resolver problemas. La Internet y las tecnologías de comunicación han creado nuevos recursos de información y han hecho de esa información algo más accesible. Pero también nos han obligado a pensar más profundamente acerca de qué tipo de información puede ser confiable como base de toma de decisiones. Nuestros intentos de seguir procesos lógicos son constantemente desafiados por influencias nuevas y disruptivas.
Un área prometedora ha sido la creciente colaboración entre las empresas y las comunidades académicas. Esta colaboración ha fomentado la investigación, ha acelerado el movimiento de ideas y perspectivas del laboratorio al mercado y ha beneficiado a la sociedad en general. En este proceso, las empresas y las universidades han aprendido y obtenido mucho más respecto las unas de las otras.
¿Qué hace un científico?
Mientras que la mayoría de personas están de acuerdo en que la producción de la ciencia beneficia a la sociedad, gran parte del público en general no sabe qué es lo que hacen los científicos y con frecuencia a los científicos se les ve bajo el estereotipo de raros y peculiares. Es muy probable que la comunidad científica sea en parte responsable de esta errónea idea: Ipos MORI reporta que el 40% del público del Reino Unido cree que los científicos son comunicadores pobres y parecen personas herméticas.
La verdad es que la práctica científica moderna es altamente colaborativa. Por ejemplo, el departamento de química del Imperial College de Londres se ha unido a proyectos con casi todos los departamentos académicos de la universidad.
Los científicos, incluso cuando se dedican al descubrimiento o a la investigación motivada por la curiosidad, son profundamente conscientes de las futuras aplicaciones de su investigación y de cómo impactará a la sociedad. Los científicos que por décadas han trabajado incansablemente en CERN para ver y medir las partículas fundamentales del universo están, por ejemplo, extremadamente entusiasmados con la manera en la que la tecnología de los aceleradores de partículas puede crear nuevos diagnósticos médicos, como los escáneres para tomografías por emisión de positrones (TEP). También están motivados por la manera en que la caza del bosón de Higgs ha generado el interés público en la ciencia y elevado la participación de la comunidad mundial.
La ciencia es también una profesión que acepta el cambio. Estamos viendo que el epíteto “científico” se está aplicando a nuevas disciplinas fuera del laboratorio convencional, como al científico de los datos. A pesar de que no existe una definición estricta, los científicos de los datos podrían considerarse científicos debido a su capacidad de ir más allá del análisis y la programación y demostrar un entendimiento detallado de los problemas y sus contextos. Están surgiendo también nuevos científicos multidisciplinarios, como los bioingenieros y los biólogos sintéticos, que combinan el conocimiento científico y las técnicas con la ingeniería y el conocimiento médico.
Una profesión cambiante requiere una amplia y diversa gama de destrezas. El Consejo para la Ciencia del Reino Unido ha desarrollado áreas de competencia para la categoría de científico autorizado o “Chartered Scientist”, las cuales enfatizan el trabajo en equipo y la creatividad, además de las destrezas tradicionales del análisis y razonamiento. El Consejo para la Ciencia también ha identificado a 10 tipos de científicos en base a sus destrezas más que a disciplinas temáticas, los cuales incluyen científico emprendedor, científico empresarial y científico en política.
Por lo tanto, creo que los científicos tienen destrezas y maneras de trabajar relevantes y transferibles a problemas fuera de la ciencia. Otros comentadores están de acuerdo con esto. Por ejemplo, Sir John Beddington, el entonces asesor científico en jefe del gobierno del Reino Unido, propuso en 2013 que deberíamos “poner a científicos e ingenieros en el corazón del gobierno” debido a su gama de destrezas y cultura basada en la evidencia.
Adoptar una mentalidad científica
Debemos integrar una mentalidad científica en la cultura empresarial. A continuación aparecen tres atributos que contribuyen al pensamiento del científico y las maneras en las que podrían aplicarse a contextos más amplios.
1. Curiosidad escéptica
Los científicos necesitan ser escépticos. Así como sus colegas en los negocios y en la industria, ellos también deben innovar. Conforme llevan a cabo su innovación, los científicos mantienen un delicado equilibrio entre la curiosidad, la intuición y el escepticismo. La curiosidad impulsa su trabajo, y éste es guiado por su intuición y su conocimiento previo, pero las técnicas como las revisiones por pares externas e internas y los ensayos controlados aleatorios también forman parte de su manera de pensar para evitar el optimismo ciego y la parcialidad.
Aplicación en un contexto más amplio: Invite a escépticos y a personas no expertas a su organización. Asegúrese de que alguien externo a su grupo verifique las iniciativas; podría ser incluso alguien fuera de su organización o industria.
2. Competitividad colaborativa
Los mejores científicos compiten y colaboran de buena gana el uno con el otro. Alguna persona en otro campo u organización podría tener la clave para comprender el problema en el que están trabajando. Cuando los problemas se ponen difíciles, los científicos optan por construir el mejor equipo, incluso si el compañero es un intenso competidor. En algún momento, la colaboración y el intercambio de información fueron el ámbito de la “gran ciencia”, como en el caso de los científicos del CERN. Ahora lo que vemos es una nueva colaboración siempre que es oportuno unir a diversos grupos, como en el Instituto Crick, o en áreas complejas como en el cambio climático o la salud pública de una población que está envejeciendo.
Aplicación a un contexto más amplio: Observe los problemas y oportunidades en su empresa u organización que no puedan resolverse de manera aislada. Áreas como la ciberseguridad, las fuerzas económicas y la política mundial o los requisitos tecnológicos importantes: todos estos se benefician de la colaboración a través de la industria y a través de los sectores. Cuando las corporaciones unen fuerzas, como lo hacen en Davos, pueden hacer que cosas importantes ocurran. Unir a la industria, el gobierno y la educación superior puede incluso ser algo más potente. Colaboren como los científicos.
3. Confianza frente a la incertidumbre y lo desconocido
El asunto del científico es lo desconocido. Cuando algo se desconoce, esto ofrece la oportunidad de seguir el tema más que de evadirlo. Esto requiere la capacidad de afrontar la ambigüedad y la incertidumbre, lo cual para la mayoría de las personas resulta algo difícil. En los experimentos, la falta de correlación impulsa la ciencia hacia delante de la misma manera que una correlación positiva. La información nunca está completa. Los científicos se sienten cómodos al avanzar con determinación al enfrentarse con conjuntos de datos incompletos o problemáticos. Por ejemplo, Michael Stumpf, profesor de biología de sistemas teóricos en el Imperial College, ha creado una metodología para utilizar múltiples modelos matemáticos cuyo fin es reducir las probabilidades de obtener una conclusión equivocada como resultado de simplificaciones o suposiciones. Incluso los problemas más grandes, como la propagación de malaria o la edad del universo, se pueden abordar desde una vertiente sistemática y racional.
Aplicación a un contexto más amplio: Divida los problemas en hipótesis más pequeñas para poder probarlas. Evalúe las probabilidades y la interrelación entre los factores que afectan la probabilidad y avance armado con ese conocimiento imperfecto. Construya un equipo que pueda bregar con la incertidumbre y la ambigüedad al compartir su conocimiento y adquirir confianza.
Ampliación del diálogo
En el Imperial College nosotros hemos aprendido mucho de nuestra relación con los líderes empresariales. Las prácticas empresariales sensatas son necesarias para que una universidad se mantenga fuerte. Asimismo, incorporar el razonamiento científico sensato en las decisiones empresariales puede ayudar a mantener las empresas más fuertes al pensar de una manera más atrevida y creativa.
La mentalidad científica de instituciones como Imperial me inspira. Espero que durante esta Reunión Anual del Foro Económico Mundial tenga la oportunidad de entablar un diálogo con ustedes e indagar sobre sus perspectivas acerca de los descubrimientos y destrezas que la sociedad necesita para el próximo siglo, y hacia dónde podemos dirigir nuestra mirada para encontrar senderos para avanzar.
Autora: Alice Gast es la presidenta del Imperial College London.
Imagen: REUTERS/Thomas Peter
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