El argumento económico de la anticoncepción

Los encabezados de la India el pasado noviembre parecían anacrónicos: “Red de incentivos en esterilizaciones fatales en la India” y “Fallecimientos ponen de relieve los campos de esterilización de la India”. Seguro que los días de esterilización forzada deben haber quedado atrás, ¿no es así? ¿La presión demográfica no está encargándose de sí misma en el siglo XXI por medio del crecimiento económico y del desarrollo? Si es que algo nos preocupa, ¿no es acaso el declive de la población en las economías del Grupo de los 7, en lugar de lo contrario en otros lugares?

No precisamente. La División de Población de la ONU ofrece proyecciones respecto a la población mundial, las cuales a menudo se confunden con predicciones. No lo son. Las tendencias de la población mundial se revisan cada vez que se reciben nuevos datos y, por lo general, la revisión de las proyecciones tiene una tendencia hacia arriba. Según los datos del 2012, la variante media de la proyección de la ONU pondría la población mundial en aproximadamente 11 mil millones de personas para el año 2100. Pero la variante alta que la acompaña reporta más de 16 mil millones –más del doble del nivel poblacional de la actualidad– en base a la simple suma de medio niño por mujer en edad reproductiva. Es posible que estas sean proyecciones conservadoras.

“Cosas sobre las que no se puede hacer mucho”

Con frecuencia los temas de la población son consignados a la lista de las cosas acerca de las cuales “no podemos hacer mucho”. La demografía opera en horizontes a largo plazo, e incluye decisiones privadas acerca del sexo y la reproducción. Pero la verdad es que la demografía no se le puede dejar a los demógrafos. Minimizar nuestra capacidad para ayudarles a las mujeres, a sus familias y a las sociedades a lidiar con los presiones de la población es un error y es peligroso.

La planificación familiar había desaparecido de la conversación internacional acerca del desarrollo durante las últimas décadas hasta que el gobierno del Reino Unido y Melinda Gates revivieron el tema en la Cumbre sobre la Planificación Familiar en Londres en 2012. Ahí, jefes de estado y líderes de fundaciones se comprometieron a ayudar a satisfacer la necesidad incumplida de anticonceptivos modernos para más de 200 millones de mujeres en todo el mundo en la actualidad, mujeres que quieren limitar el tamaño de sus familias o decidir cuándo quieren tener hijos pero que no cuentan con los medios modernos para lograrlo. El compromiso de la Cumbre de Londres “FP2020” tiene como objetivo ayudar a 120 millones de mujeres a volverse usuarias de anticonceptivos modernos para el año 2020.

Lecciones de Singapur, Túnez y Ruanda

¿Esto es simplemente lo que se debe hacer? No: es algo mucho mejor. El declive de la fertilidad es un importante precedente para el crecimiento económico y el desarrollo, los cuales pueden iniciar cuando las políticas correctas y la inversión social existen. Esto lo hemos observado en diferentes periodos en Corea, Singapur, México, Túnez y Ruanda, así como en otros lugares. Lo contrario ocurre en los países del Sahel, desde Mali hasta el norte de Nigeria a Chad a la República Centroafricana, donde la alta fertilidad persistente es un reto para el crecimiento y hace del desarrollo algo más difícil. ¿Es una coincidencia que la ingobernabilidad y la alta fertilidad parezcan ser fatídicas gemelas? Probablemente no.

La tragedia de la India nos conduce precisamente en dirección equivocada al pensar sobre las soluciones a este problema. No se les debe engañar a las mujeres para que se sometan a una esterilización, ni tampoco se les debe tratar como meros puntos demográficos de medición. En lugar de eso, nos debemos enfocar en las mujeres como consumidoras de salud con la capacidad de tomar decisiones y con dignidad. Como las buenas campañas de mercadotecnia en cualquier lugar, el mejor método para satisfacer las necesidades de la audiencia debe comenzar prestándole atención y comprendiendo a la audiencia como consumidores. Las mujeres se atraviesan con barreras para adoptar los anticonceptivos modernos que van desde el acceso, al precio, al estigma, a la calidad deficiente de los proveedores de servicios médicos o una combinación de todos estos. ¿Cómo podemos ayudarlas a superar estas barreras?¿Cómo podemos ayudarlas a tomar una decisión informada acerca de una gama de métodos anticonceptivos que puedan satisfacer sus necesidades y gustos?

La relación entre la fertilidad, la salud y el desarrollo

Ayudarles a las mujeres que ya han expresado el deseo de tener acceso a anticonceptivos modernos es todo lo que se necesita para poder hacer que esta tendencia negativa se vuelva positiva. Satisfacer la necesidad incumplida para la planificación familiar de más de 220 millones de mujeres podría prevenir una cifra estimada de 26 millones de abortos por año (de acuerdo con el Instituto Guttmacher), y podría también poner al mundo al día respecto a uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el ODM 5 que más se ha retrasado: mejorar la salud materna.

También mejoraría la supervivencia de los niños nacidos en familias que desean limitar los nacimientos o tener hijos cuando así lo decidan. Y, en una era en la que la conservación de los recursos naturales del mundo es más importante que nunca antes, deberíamos reconocer que responder a un llamado existente tendría el mismo efecto en el medio ambiente que frenar toda la deforestación ilegal en el mundo.

El dividendo demográfico

Responderles a las mujeres como consumidores de salud con opciones no sólo las elevará a ellas, a sus familias y a sus economías: también les ayudará a los países que se debaten por aprovechar el poder de sus poblaciones, en lugar de verlo como una maldición del subdesarrollo. A esto se le conoce como el dividendo demográfico, cuando el declive de la fertilidad crea una abundancia de personas de edad laboral que pueden aumentar de manera considerable la generación de ingresos nacionales siempre y cuando se les pueda potenciar con las inversiones sociales adecuadas en educación y estrategias de creación de empleo.

Todos tenemos un papel que desempeñar para satisfacer las necesidades de anticonceptivos para las mujeres. En primer lugar, los gobiernos son los responsables de establecer el marco político y hacer de la inversión en los sistemas de salud una prioridad a fin de satisfacer las necesidades de salud de sus poblaciones de manera amplia. Las organizaciones no gubernamentales pueden emplear mercadotecnia social u otras estrategias para apoyar los esfuerzos gubernamentales para alcanzar en particular a los consumidores pobres o vulnerables. Las organizaciones internacionales, comenzando con la ONU y las agencias especializadas como el Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés), pueden ayudar a movilizar a otros donantes y canalizar los recursos necesarios en lugares requeridos como la salud y los productos para la planificación familiar.

Fundaciones, como la Bill and Melinda Gates Foundation y muchas otras que por años han estado interesadas en ayudarles a las mujeres y niños a sobrevivir y a prosperar, ahora ven el poder de la planificación familiar como un sendero hacia ese progreso. El sector privado suministra anticonceptivos modernos e innovación anticonceptiva como parte de su misión comercial.

Ideas estratégicas, no aflicción del corazón

El ejemplo de la India nos aflige el corazón pero también debería impulsar nuestro pensamiento estratégico. Tanto por la salud de muchas economías en el Sur Global como para la salud del planeta mismo, un ecosistema de apoyo que ponga la salud reproductiva de las mujeres como tema central salvará a mujeres, mejorará vidas y construirá economías más fuertes. El primer paso de una estrategia exitosa consiste simplemente en escuchar las necesidades de las mujeres.

Autor: Karl Hofmann es presidente y jefe ejecutivo de Population Services International.

Imagen: REUTERS/Carlos Barria