Cómo los servicios financieros pueden ser una fuerza positiva
La crisis económica mundial, la degradación medioambiental, la pobreza, la desigualdad, la corrupción y las inquietudes sobre la salud son sólo algunos de los desafíos mundiales clave que la sociedad enfrenta en la actualidad. Estos son retos que se han vuelto tan complejos que ni el gobierno ni el sector público los pueden abordar solos. Pero las empresas, como principales impulsoras de la globalización, pueden jugar un papel clave al atender estos importantes temas. El sector privado juega un papel fundamental al encontrar soluciones sostenibles para los problemas sociales y medioambientales tanto de hoy como de mañana.
En la comunidad de servicios financieros, depende de nosotros invertir de manera responsable. No sólo tenemos la responsabilidad de entregarles a nuestros accionistas fuertes retornos sobre sus inversiones, sino que también debemos garantizar que la manera en la que llevamos a cabo los negocios impacten positivamente las comunidades y el medio ambiente natural en el que operamos. Es posible invertir con el propósito doble de lograr tanto un impacto positivo en las comunidades como retornos sostenibles a largo plazo para los accionistas.
Los servicios financieros pueden ser una genuina fuerza para el impacto positivo, y una fuerza mucho mayor en el futuro: pero sólo si contamos con líderes valientes que guíen con su ejemplo y acepten sus verdaderas responsabilidades.
Transformación del sector financiero
Ser parte de la solución a los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad va a requerir un cambio revolucionario en nuestro sector. No podemos esperar que las normativas cambien la conducta; a fin de inculcar la cultura y los valores correctos al interior de nuestros negocios, debemos cambiar nosotros mismos desde ahora. Los líderes deben ser la brújula moral que nuestras organizaciones necesitan urgentemente a fin de crear un compromiso vinculante para hacer lo correcto.
Los negocios de gestión de activos invierten en compañías globales, así que podemos tener un gran impacto: podemos usar nuestra influencia para ayudar a crear un mejor futuro por medio de estrategias responsables e integradas. Invertir en compañías que estén tratando de hacer nuestras vidas más sanas, desarrollar soluciones innovadoras a los problemas medioambientales a los que nos enfrentamos y encontrar maneras de hacer más con menos de nuestros finitos recursos. Desafiar a y participar con otros negocios en todo el mundo, alentar las prácticas empresariales éticas y actuar cuando los derechos humanos básicos como la libertad personal y las libertades civiles se vean impactadas.
Hay que acompañar nuestras palabras con dinero
Esto no es cuestión de palabras: preferimos actuar. Por ejemplo, mi compañía, Alliance Trust, jugó un papel importante después del colapso de la Plaza Rana en Bangladesh en 2013. Muchas de las personas que murieron eran empleados de la industria textil, una industria que provee las prendas que terminan en nuestros principales centros comerciales y marcas cuyas acciones terminan en nuestras pensiones y cuentas de ahorros. Las mujeres que murieron ganaban 11 centavos de dólar al día. Como inversionistas, creemos que esta manera de operar es inaceptable. Deseamos que nuestras inversiones en marcas de menudeo puedan producir el más alto retorno posible sobre nuestra inversión y creemos que la mejor manera de lograrlo es por medio de una cadena de suministro segura y decente.
En respuesta a esto trabajamos de cerca con otros inversionistas para abogar por el Acuerdo de Seguridad sobre los Incendios y la Seguridad de Instalaciones de Bangladesh, reclutando el apoyo de accionistas cuyos activos representan más de un billón de dólares, y con el fin de garantizar que todas las fábricas textiles de Bangladesh sean lugares de trabajo seguros.
Como muchas cosas en la vida, hay seguridad en los números. El poder de la innovación y la colaboración son una fuerte combinación. Lo más probable es que este sea el inicio de una tendencia en la que se verá a más compañías trabajar de la mano con las ONGs y gobiernos para impulsar un cambio a nivel nacional y mundial. En esencia, todas las partes de la sociedad tienen un papel que desempeñar para que ésta funcione mejor.
Nuestro más valioso recurso
¿Y qué hay de la naturaleza, de los ecosistemas naturales que nos rodean y en los que nuestras vidas dependen literalmente? Con mucha frecuencia, el valor de la naturaleza se subestima y se ignora. Cómo valuar y manejar el capital natural es un problema complejo, y sigue sujeto a debate. A pesar de que muchas compañías están abordando los temas que directamente confrontan sus negocios, como el agua y la biodiversidad, la contabilidad del capital natural es un tema significativo que requiere más trabajo coordinado entre compañías, gobiernos y ONGs.
Vemos el potencial para el sector de las finanzas para ayudar a identificar y, a final de cuentas, valorar la contribución que los ecosistemas naturales hacen a nuestros negocios, economías y sociedades. Como industria, debemos arrojar luz sobre la “invisibilidad económica de la naturaleza”. Es un paso que se aleja de los informes de las ganancias trimestrales, que se aleja de las “filtros de sostenibilidad” Es un paso hacia modelos de valuación integrada, los cuales confieren un valor más alto en las empresas con mejor desempeño integrado en su capital financiero, natural y social combinados. Si nuestros analistas le ponen atención a las externalidades sociales y medioambientales, todas las empresas seguirán ese sendero. El valor de la naturaleza probablemente difiera de empresa a empresa, así que identificar el riesgo material y las oportunidades de la naturaleza a un modelo de negocios particular, conducir un análisis de escenario de estos riesgos y oportunidades y participar con compañías para debatirlos será clave para que los analistas puedan medir el valor de la naturaleza. Este es el tipo de solución sostenible que hará de las finanzas una fuerza positiva.
Las acciones hablan más fuertemente que las palabras
A final de cuentas, si se quiere tener un impacto duradero, se tiene que hacer algo: las palabras no son suficientes. Muchas organizaciones dependen de una red de seguridad de un informe de responsabilidad social bien redactado, pero eso se queda corto para demostrar un verdadero y duradero impacto. A fin de ganarnos el derecho a un futuro más próspero, debemos ser socialmente útiles hoy día. Esto significa hablar menos y actuar más: ya que, después de todo, las acciones hablan más fuerte que las palabras. El matrimonio perfecto de los ingresos y el objetivo no es una relación que pueda construirse de la noche a la mañana y ciertamente no ocurre al azar. Es el resultado de ardua labor continua, una misión compartida, junto con un esfuerzo colectivo e inquebrantable.
Autora: Katherine Garrett-Cox es jefa ejecutiva de Alliance Trust. También es copresidenta de la Reunión Anual 2015 del Foro Económico Mundial.
Imagen: REUTERS/Adam Stepien/Agencja Gazeta
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