Codificando el futuro
Los jóvenes de todo el mundo se encuentran entre los grupos con mayor riesgo de desempleo. En un momento en que el trabajo a nivel mundial debe cambiar con más rapidez que nunca antes, los centros de enseñanza se ven obligados a ofrecer una formación que prepare a los estudiantes de hoy para los empleos del futuro. Puesto que un 84% de los estudiantes de los países de renta alta llegan a la educación superior, resulta evidente que las soluciones no pueden venir del sistema escolar tradicional.
Las necesidades del trabajo industrial cambian rápidamente, al igual que las competencias prácticas necesarias para ocupar los empleos cada vez más técnicos de nuestra época. La tecnología, que antes era un sector por sí misma, ahora se ha convertido en la columna vertebral de casi todas las industrias del mundo. Como dijo el famoso inversor de riesgo Marc Andreessen: “el software se está comiendo el mundo”. Empresas como el New York Times han sido remplazadas por empresas más tecnológicas como Buzzfeed, mientras que sectores como la agricultura ven como sus modelos de negocio tradicionales se ven superados por los de competidores más pequeños con grandes habilidades tecnológicas.
Descifrar el código
Todo ello se traduce en la necesidad de un nuevo paradigma educativo, uno que avance con más rapidez que las instituciones tradicionales y enseñe las competencias que requieren los empleos de hoy. Afortunadamente existe un conocimiento fundamental que podemos enseñar a nuestros hijos, uno que no sólo les transmitirá competencias para hoy, sino que también les brindará el marco para aprender y adaptarse a las competencias del mañana: la programación.
La programación ha adquirido una gran importancia en los últimos años y ha pasado de ser un nicho con poca disponibilidad pública para convertirse, en algunos casos, en un mandato gubernamental. Este año, el Reino Unido se convirtió en el primer país que exige que se imparta un programa de estudios “informáticos” a todos y todas las estudiantes del país. La fe que el Reino Unido deposita en la programación no es una adaptación corta de miras a la moda de la época, sino una inversión prudente en el futuro. Al presentar el programa para transformar los requisitos escolares de su país, Michael Gove, Ministro de Educación británico, resumía esta dinámica de la siguiente forma:
“Aunque todas las tecnologías cambian día a día, se sustentan en conceptos y principios fundamentales que existen desde hace décadas. Mucho después de que los alumnos de hoy dejen la escuela y entren en el mundo laboral… los principios informáticos que hayan aprendido seguirán siendo válidos.”
La programación no es importante porque enseñe competencias modernas, sino porque enseña el pensamiento informático, un modo de pensar que ayuda a mejorar el pensamiento crítico y ayuda a los niños de hoy a aprender y reproducir sus competencias en el futuro.
Sin embargo, la programación no es tan solo para niños de primaria y secundaria. La necesidad de programadores en todo el mundo nunca ha sido tan aguda. Se estima que más de un millón de empleos de programación estarán vacantes en 2021 tan solo en los Estados Unidos.
La nueva formación profesional
A los centros de enseñanza les ha costado mantener el paso, a pesar de la demanda de aquellos programas que ofrecen formación en programación a públicos muy amplios, como el programa CS50 de Harvard, cuya matriculación aumentó a 800 estudiantes por semestre en los últimos años. Debido a ello han aparecido sistemas de formación alternativos. Algunos, en el entorno presencial de la formación (Dev Bootcamp y Galvanize son dos ejemplos de ello), forman a personas para que encuentren empleo en tres meses con talleres prácticos intensivos destinados a remplazar a los institutos de formación profesional de antaño Otros utilizan Internet y han creado formas ampliables para formar a millones de personas. Mi empresa, Codecademy, es un ejemplo de ello y abundan otras.
Los jóvenes de nuestros días se encuentran en una posición precaria, pues el desempleo es elevado y muchos luchan por aprender nuevas competencias para prepararse para el futuro. Desgraciadamente, la mayoría aprenderá competencias que quedarán desfasadas en pocos años. Por suerte, la tecnología creará un número cada vez mayor de oportunidades para que estos estudiantes aprendan competencias sin gastos excesivos y las apliquen a medida que crezcan y aprendan más a lo largo de su carrera profesional, independientemente del sector que hayan elegido. Me entusiasma un futuro en el que los estudiantes de hoy pueden aprender las competencias del mañana y, si así lo deciden, codificar dicho futuro.
Autor: Zach Sims es director general y cofundador de Codecademy, en los Estados Unidos.
Imagen: REUTERS/Ahmed Jadallah
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