¿Cómo puede encarar Europa un futuro digital?
El Foro Económico Mundial se ha enriquecido con las aportaciones de personas innovadoras en el ámbito digital y con una mentalidad global. Por ello, no sorprenderá a nadie que, para mí, las tecnologías digitales y los servicios prestados digitalmente sean algo esencial para fomentar la competitividad de Europa. Al aceptar la nueva era digital, gobiernos, empresas y personas abren la posibilidad de impulsar la innovación con nuevos productos, procesos y servicios.
También posibilitan una participación más integradora y democrática de todos los ciudadanos europeos en la economía.
Recibir un impulso económico desde la era digital no es un lujo; es esencial para garantizar que Europa siga creciendo y ofreciendo un nivel de prosperidad que satisfaga las crecientes expectativas de sus ciudadanos. Como destacan el Informe de Competitividad Global del Foro y el Informe de Competitividad Europa 2020, Europa muestra unas diferencias considerables en innovación, tanto internamente entre Estados miembros como externamente en comparación con otras grandes economías. En muchos casos, la aplicación concertada de la tecnología digital —que ofrece nuevas fuentes de datos y métodos de análisis, nuevos medios de diseño o de construcción, nuevas oportunidades para controlar la calidad y nuevos canales para acceder a clientes o proveedores— ayudará a los innovadores y emprendedores europeos a impulsar un crecimiento integrador y sostenible.
Aunque muchos Estados miembros europeos, como Finlandia, Alemania, Suecia y Países Bajos, se encuentran realmente “en la vanguardia” de la innovación, lo cierto es que esta frontera se mueve continuamente, y no deja margen para la complacencia. Al mismo tiempo, otros países y regiones avanzan también rápidamente, acercándose y poniendo en peligro la posición de Europa como productor de bienes y servicios innovadores y de gran calidad. El futuro de Europa no depende de que consigamos permanecer en la vanguardia de la innovación, sino de que esta posición avance. Y para ello necesitamos la investigación básica, que amplía nuestra comprensión del mundo, y lo que es más importante, la comercialización de nuevas aplicaciones de tecnologías que mejoren la productividad y creen mercados totalmente nuevos.
El liderazgo de algunos en Europa no ha hecho que la cultura innovadora se expanda por todo el continente. Muchas economías europeas están obteniendo resultados bastante por debajo de la media en términos de cómo utilizan las tecnologías digitales y la innovación para impulsar el crecimiento. Dada la naturaleza integrada de los mercados de Europa y la unión monetaria, deben resolverse esas diferencias en competitividad. En la mayoría de los países europeos que muestran un índice de desempleo elevado, con el oportuno nivel de aptitudes y de estructura organizativa las tecnologías digitales podrían crear puestos de trabajo y constituir una ruta alternativa para que los jóvenes sin empleo y otros grupos obtuvieran nuevas cualificaciones y accedieran al mercado laboral.
Cómo sacar el máximo provecho del futuro digital de Europa
El Foro Económico Mundial seguirá instando a los máximos responsables políticos para que adopten un futuro digital. Hasta hace poco, la innovación digital se consideraba un nicho especializado, o simplemente se dejaba para los emprendedores. Dado que ahora toda la economía funciona en un entorno digital, esa actitud ya no es sostenible. Ahora las cuestiones digitales son cuestiones políticas; toda la economía se basa en redes y servicios digitales. Por lo tanto, los dirigentes deben participar plenamente en esa transformación.
Para hacer realidad la promesa y la prosperidad de una Europa digital se requiere que los responsables políticos europeos, los empresarios y demás personas influyentes coordinen sus políticas y prácticas en tres ámbitos.
En primer lugar, los ciudadanos de todas las edades deben poder participar en la economía digital y, siempre que sea posible, en la creación de nuevos servicios y plataformas. La investigación continua sobre el futuro del empleo se dirige hacia el vínculo cada vez más importante que existe entre las cambiantes tendencias de la tecnología, la actividad del mercado laboral y la demanda de cualificaciones. Como destaca la Gran Coalición para el Empleo Digital, un conocimiento profundo de las herramientas digitales será una ventaja cada vez mayor tanto para las empresas como para las personas que buscan empleo.
Los “nativos digitales” ya están muy familiarizados con esas tecnologías, pero Europa debe ir más allá; necesita que los ciudadanos de todas las generaciones puedan moverse en un entorno digital. Una profunda comprensión de los principios de la codificación y el conocimiento de varios lenguajes de programación pueden llegar a convertirse en el dialecto más importante para los ciudadanos europeos de todas las edades en la era digital. Como escribía hace poco Neelie Kroes en su blog, Europa necesita asegurarse de que “está codificando su propio futuro”.
En segundo lugar, hace falta una nueva mentalidad en Europa, para que las organizaciones del sector público y del sector privado adapten sus actividades diarias y sus modelos de negocio para captar los recursos más eficientes y el crecimiento que prometen las tecnologías digitales. Uno de los proyectos más recientes del Foro, «Fomentando el emprendimiento por medio de la Innovación en Europa», ponía de manifiesto la necesidad de que tanto las grandes empresas europeas como las más pequeñas adopten modelos y prácticas de negocio digital, desde el uso ya relativamente habitual de sistemas para gestionar los recursos de la empresa hasta la colaboración más innovadora entre emprendedores y empresas establecidas. Como ha demostrado el Plan de Acción sobre Emprendimiento 2020 de la Comisión Europea, las pequeñas y medianas empresas que adoptan las nuevas tecnologías digitales tienden a crecer de dos a tres veces más rápido. La Comisión ha trabajado para acelerar la transformación del paisaje empresarial europeo con campañas como «Watify» y «Startup Europe Partnership», preparando a las empresas y a los emprendedores de Europa para la próxima ola de crecimiento económico impulsado digitalmente.
Los gobiernos también pueden conseguir ventajas de eficiencia si adoptan las tecnologías digitales. Se ha hablado mucho de la exitosa iniciativa de gobierno electrónico de Estonia, que ofrece servicios en línea a los ciudadanos, pero todavía no tiene imitadores. La investigación de la OCDE indica que los Estados miembros de Europa pueden aumentar la eficiencia y el impacto de sus servicios públicos, aplicar mejor sus agendas de reforma y aumentar el nivel de compromiso de los ciudadanos con el uso de las tecnologías digitales. Con un nivel elevado de deuda pública, falta de confianza en las instituciones de Europa por parte de los ciudadanos, y una necesidad urgente de reformas, la inversión en la gobernanza digital no ha sido nunca tan importante como ahora.
En tercer lugar, una Europa impulsada digitalmente es también una Europa en la que todos los ciudadanos europeos tienen acceso a unos bienes públicos digitales mejorados, y, lo que es más importante, una infraestructura digital sólida que sigue el ritmo de la tecnología más avanzada y las demandas de banda ancha, junto con unas políticas cohesionadoras e inteligentes que fomenten la creación y el crecimiento de una verdadero mercado único digital. Por ejemplo, el Consejo de la Agenda Global sobre Europa del Foro Económico Mundial trabaja para mejorar la sensibilización respecto a la importancia que tiene para la región adoptar la infraestructura digital más novedosa, y apoya encarecidamente la llamada de Neelie Kroes para que Europa desarrolle conjuntamente el 5G. El Servicio de Investigación del Parlamento Europeo ha estimado que no tener un mercado único digital costaría a Europa 260.000 millones de euros al año en pérdida de eficiencia; tener un mercado único digital mejoraría el PNB a largo plazo en al menos un 4%. Es una oportunidad de crecimiento que los responsables europeos no pueden ignorar.
De Europa al mundo
Personalidades competentes de todos los ámbitos y de todas las regiones deben dar un paso adelante para afrontar el reto digital, tanto mejorando lo que ya se ha creado como inventando el futuro digital. Esto significa establecer marcos globales para la gobernanza digital y cerrar la brecha digital que existe entre países y dentro de cada país.
Tomemos, por ejemplo, la nueva iniciativa globalNET. Basándose en los principios establecidos por la iniciativa NETmundial bajo el liderazgo del Gobierno del Brasil, el Foro desempeñará un papel destacado para garantizar que Internet siga siendo una plataforma abierta para la libre expresión y la innovación, a través de un mejor sistema de gobernanza con múltiples participantes. Internet no puede convertirse en víctima de la inercia o en el juguete de determinados dirigentes estatales. Aprovechando que en el Foro participan comunidades interdisciplinarias múltiples y de alto nivel, la iniciativa globalNET pretende favorecer un amplio diálogo político sobre las principales cuestiones relativas a la gobernanza digital, captando a los principales expertos de ministerios, industrias, académicos y de la sociedad civil, más allá de los especialistas del sector de las TIC, y participando en foros tradicionales sobre Internet.
Actividades como globalNET son importantes precisamente porque los aspectos conflictivos que en la actualidad obstaculizan el futuro digital de Europa, temas como la privacidad y la protección de datos, los protocolos de ciberseguridad, la amenaza de la censura, las leyes de propiedad intelectual, entre otros, deberían negociarse seriamente a escala global. De hecho, Europa debería situarse al frente de estas cuestiones, demostrando a los demás que es posible llegar a un acuerdo sobre unas normas viables y razonables, desarrollar conjuntamente tecnologías punta que requieren una inversión importante y, en definitiva, demostrar el poder y los beneficios de una economía digital a través de un renacimiento digital europeo.
Esta visión del futuro digital de Europa no será una realidad si los líderes mundiales de todos los sectores no están dispuestos a aprovechar las posibilidades que trae consigo la economía digital. Un acceso rápido, omnipresente, a la información y la capacidad de modelar contextos en línea, de formas innovadoras más allá de los límites tradicionales, no solo transformará nuestra forma de consumir y compartir datos sino también la forma como estructuramos nuestra economía y vivimos nuestras vidas. La era digital crea unas plataformas completamente nuevas para la actividad económica, como las que vemos en la economía colaborativa de tan rápido crecimiento, y plataformas que todavía no hemos imaginado, y mucho menos construido. Ofrece la oportunidad de que personas y grupos marginados participen en actividades que crean valor en entornos donde la raza, el género y la discapacidad son totalmente irrelevantes. Ofrece la oportunidad de que las nuevas empresas y las ya establecidas sean más productivas, abiertas, globales y estén mejor conectadas y, por lo tanto, tengan mayor impacto. Y ofrece a los Estados miembros europeos y a la Comisión Europea la oportunidad de ser más transparentes, responsables, eficientes y efectivos a la hora de prestar los servicios y los bienes públicos que los ciudadanos europeos exigen y merecen.
Veo que el futuro digital de Europa será competitivo, innovador, integrador y sostenible. Con la actitud adecuada, inversiones y una actuación política correcta, este futuro puede llegar a ser realidad. Ya estamos avanzando hacia ese futuro, y me complace en gran manera poder formar parte del mismo.
Publicado en colaboración con la Comisión Europea como parte de la serie: Mentes digitales para una nueva Europa.
Autor: Profesor Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial.
Imagen: REUTERS/Jorge Silva
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