¿Eres líder de la generación sándwich?

Los Jóvenes Líderes Globales (JLGs) del Foro Económico Mundial somos un grupo de jóvenes trotamundos políticos, administradores, pensadores y bienhechores. Lo que nos une es que hemos avanzado en nuestros respectivos campos lo suficientemente rápido para atraer cierta atención y que pensamos que nuestro mundo debería –y puede– cambiar y ser mejor. ¿Pero, en términos más amplios, qué lugar ocupamos en nuestra generación?¿Somos idealistas retrógradas? ¿Guías? ¿O somos simplemente representantes de lo que a menudo se conoce como Generación X, personas que ahora se encuentran en sus treinta o cuarenta años?
Ofrezco una disculpa por adelantado: mis reflexiones se relacionan a las personas que vivimos en Europa y ciertas partes de Norteamérica. Nuestros colegas JLGs de otros continentes tendrán sus propios trasfondos y perspectivas fascinantes, y quizá muy diferentes.
Las encuestas, estadísticas y evidencia anecdótica acerca de la Generación X nos ofrecen sólo una imagen granulada y un tanto borrosa. Hemos tratado de descartar las certidumbres tradicionales y aspiraciones de nuestros padres (los llamados baby boomers), pero no hemos construido una nueva identidad distintiva para nuestra generación, a diferencia de aquellos que nacieron una o dos décadas después (los “mileniales” o Generación Y). A continuación aparecen algunos datos estilizados acerca de mi generación:
Estamos bien educados
Tres cuartas partes de nosotros (en los países miembros de la OCDE) tienen por lo menos una educación de bachillerato y un tercio de nosotros tiene título universitario. Estas partes son mucho menores en el caso de las personas mayores de 55 años: 60% y 25% respectivamente. Claro, los mileniales poseen un nivel de educación incluso mejor que el de nosotros.
Hemos adoptado la tecnología
Fuimos la primera generación en tener consolas de videojuegos en nuestras recámaras, Internet en las bibliotecas de nuestras universidades y teléfonos móviles en las mochilas. A diferencia de las generaciones más viejas, nosotros adoptamos estas novedades. Y algunos de nosotros las desarrollamos aún más (Google, Amazon y YouTube son invenciones de la Generación X). Pero también fuimos la última generación que no creció con Internet, telecomunicaciones móviles y redes sociales. Nunca seremos tan expertos en tecnología como los mileniales.
Hemos manejado nuestras carreras
A principios de la década de los noventa, cuando muchos de nosotros ingresamos al mercado laboral, las tasas de desempleo en Estados Unidos y la Unión Europea estaban tan altas como hoy día. El desempleo juvenil era menor, pero no por mucho. Mi generación fue probablemente la primera en la que un título universitario no garantizaba un empleo. Tuvimos que encontrar maneras de sobresalir, por medio de un segundo título universitario, haciendo trabajo como voluntarios o por medio de experiencia internacional. Lo que nosotros tuvimos que luchar para lograr ahora se ha vuelto el estándar: en la actualidad, los egresados universitarios a menudo tienen un curriculum vitae tan saturado que nos preguntamos cómo se las arreglan para que todo eso quepa ahí. Lo que tenemos en común con los mileniales es que ya no comparamos el tener una carrera con ascender los peldaños de una organización. Para nosotros, ver a nuestros padres perder sus empleos en las crisis económicas de las décadas de los setenta y los ochenta –a pesar de una fidelidad de toda una vida con un solo empleador– pudo haber sido una experiencia formativa. Para los mileniales de hoy, encontrar su lugar en cualquier tipo de jerarquía es algo difícil. Y muchos de ellos ingresan al mundo laboral en una era de mayor incertidumbre.
Somos más libres, pero nos sentimos apretados
El aumento en las tasas de divorcio durante las décadas de los setenta y los ochenta tuvo como resultado que más mujeres ingresaran al mercado laboral. Muchas de ellas tuvieron que bregar duro para ser plenamente aceptadas y justamente remuneradas. Ahora la mayoría de mujeres de nuestra generación trabajan, y en muchos lugares la brecha de género se está reduciendo o incluso cerrando. Sin embargo, hemos descartado la idea de “tenerlo todo”. En Estados Unidos, las mujeres con educación universitaria tienen su primer hijo a los treinta años de edad; en algunos países de Europa, las mujeres en promedio esperan incluso más. Eso significa que los años más difíciles para criar bebés y niños pequeños a menudo coinciden con los años más ajetreados de las carreras de los padres de familia. Este es un motivo (pero sólo uno) por el cual un cuarto de las mujeres altamente educadas en Estados Unidos y el Reino Unido no tienen niños. El “gran apretón” a la mitad de la vida también contribuye a la caída en el nivel de felicidad y satisfacción de las personas que tienen de treinta a cuarenta años y de aquellos que tienen un poco más de cuarenta, lo cual ha quedado bien documentado.
Estamos un poco confundidos
Ya no estamos seguros que dedicarse al trabajo y las familias tradicionales sean todo lo que la vida tiene que ofrecer. Somos menos materialistas y donamos más de nuestro dinero y tiempo a buenas causas. Pero también deseamos estabilidad. Quizá no en la forma de un empleo de por vida sino por medio de relaciones y estilos de vida estables. Nos preocupa mucho ser pobres y estar enfermos cuando seamos viejos. No es de extrañar: somos la primera generación de quien se espera que ahorre para su edad mayor a la vez que pagamos también la jubilación de nuestros padres (así como la educación de nuestros hijos). También somos la primera generación desde la Gran Depresión que es más pobre que sus padres. Es difícil encontrar las cifras europeas, pero en Estados Unidos los bienes de la Generación X son mucho menores que los de los baby boomers y, sin embargo, sus deudas son mayores. Ciertas encuestas indican que los mileniales son incluso más independientes que nosotros y están menos interesados en las carreras tradicionales. A pesar de cuánto les atraigan el estatus y el dinero, también quieren oportunidades para poder cambiar el mundo. Una explicación podría ser que la generación que nos sigue ha aceptado la incertidumbre de mejor manera y han descartado la noción tradicional de que toda nueva generación debe ser más rica que la anterior.
La imagen que tenemos ahora es la de una Generación X como un grupo de personas apretujado entre dos generaciones distintas y, de muchas maneras, diametralmente opuestas la una a la otra: los baby boomers y los mileniales. En todo tipo de medida –actitudes sociales, objetivos, destrezas y consciencia de elecciones difíciles– la Generación X representa una transición. Son intermediarios, el medio, los-que-todavía-no-logran-su-objetivo. La mayoría de ellos ni siquiera creen que son una generación única, a diferencia de los mileniales y baby boomers, que se saben verdaderamente especiales.
En todas estas medidas, el grupo de Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial está más cerca de los mileniales que de los baby boomers. Nos gusta considerarnos más idealistas, independientes, conocedores de la tecnología, y estamos más preparados que la persona promedio de la Generación X para adaptar (e impulsar) el cambio. Así que quizá podríamos considerarnos los precursores de lo que podría ser la siguiente “gran generación”.
Este artículo es parte de una serie de blogs que marcan el aniversario 10 de la comunidad de Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial.
Autor : Katinka Barysch es Directora de Relaciones Políticas , Allianz SE, Alemania . Ella es también una Joven Líder Global y miembro del Global Agenda Council.
No te pierdas ninguna actualización sobre este tema
Crea una cuenta gratuita y accede a tu colección personalizada de contenidos con nuestras últimas publicaciones y análisis.
Licencia y republicación
Los artículos del Foro Económico Mundial pueden volver a publicarse de acuerdo con la Licencia Pública Internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, y de acuerdo con nuestras condiciones de uso.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Foro Económico Mundial.
La Agenda Semanal
Una actualización semanal de los temas más importantes de la agenda global