China podría salvar la industria automovilística mundial

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Algo curioso está sucediendo en los Estados Unidos. Por primera vez en su historia, la gente está conduciendo menos.

Según el Departamento de Transportación de los Estados Unidos, el número de millas viajadas en vehículo – un indicador de los niveles de tráfico per cápita en el sistema de carreteras – disminuyó de 10,100 en el 2004 a 9,400 millas en el 2013. Sin embargo, esta disminución de nueve años no se debe al aumento en el precio de la gasolina o a la difícil economía. Es el resultado de dos factores principales: el envejecimiento y la urbanización.

La urbanización y el envejecimiento están teniendo un impacto significativo en el uso de automóviles, porque la clientela urbana y de mayor edad tiene distintas preferencias de movilidad. En mercados desarrollados, los clientes urbanos conducen menos y las probabilidades de que tengan un vehículo son menores. Los clientes de mayor edad están más interesados en la conveniencia y el acceso que en el desempeño automovilístico. Los clientes mayores del mañana son los clientes jóvenes de hoy. Alrededor del mundo, también estamos viendo unos cambios interesantes en cuanto las preferencias del consumidor dentro de la generación más joven, particularmente los adolescentes y los que están en los veinte.

En los Estados Unidos hay evidencia de que los clientes más jóvenes están menos interesados en tener un vehículo que lo que estaban sus padres. Algunos consumidores jóvenes simplemente se conforman con conectar con sus amistades virtualmente a través de las redes sociales, tal y como lo hacían sus padres físicamente utilizando sus automóviles. Ciertamente, los americanos más jóvenes están menos propensos a obtener una licencia de conducir. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Michigan en el 2011 mostró que la proporción de gente joven que tienen una licencia de conducir – particularmente aquellos en sus veinte – bajó significativamente entre 1983 y el 2008.

En China la tendencia parece ser lo opuesto, porque allí las ventas de automóviles están aumentando gracias a una creciente clase media con más renta disponible, y porque allí poseer un automóvil sigue siendo un símbolo de estatus. Pero me pregunto cuánto durará eso. ¿Empezará a mermar en China ese amor por las autos, tal y como está pasando en América? Los líderes de la industria automotriz china astutamente están mirando de cerca a los mercados desarrollados, ya que pueden proveer un presagio del futuro automotriz de China.

Globalmente, la industria automotriz cambiará porque el automóvil y el sistema bajo el que opera cambiará. Esta transformación de la movilidad automotriz se suscita principalmente por fuerzas externas a la industria automotriz – tecnología, demografía, cambios en el comportamiento y las preferencias del consumidor. Pero también se suscita gracias a una realidad fundamental: el modelo actual de la movilidad automotriz simplemente no es sostenible para el planeta. No hay que mirar más allá de China, donde las crisis de la contaminación del aire y la incesante cogestión del tráfico ahora son parte de la cotidianidad.

En el 2011, Bill Ford – presidente ejecutivo de la Ford Motor Company y bisnieto de Henry Ford – nos advirtió sobre el impacto del “atasco global”. La congestión es significante porque sofoca el alma económica de las ciudades, y las ciudades son el alma económica de las naciones. Cuando las ciudades se congestionan, la cantidad de talento disponible para un trabajo en una localización particular disminuye, lo cual a su vez disminuye la competitividad económica.

Por muchos años, los presidentes y líderes de la industria han hablado sobre como las compañías de autos pasarán de ser manufactureros de vehículos a ser proveedores de servicios de movilidad. Parece que ahora esa transformación verdaderamente está empezando a suceder, ya que el automóvil está utilizando cada vez más una variedad de tecnologías avanzadas: software, sensores inteligentes, comunicaciones avanzadas de vehículo a vehículo y de vehículo a infraestructura, materiales avanzados y almacenamiento de energía. Ninguna de estas tecnología son el fuerte tradicional de los manufactureros de vehículos y sus suplidores.

La tecnología está jugando un papel transformador en todas las industrias – y la industria automotriz no será la excepción. Los vehículos autónomos tienen el potencial de ser un verdadero agente de cambio para la movilidad personal – particularmente cuando se combina con el transporte compartido, los vehículos eléctricos, materiales avanzados y otras innovaciones.

Mi intuición me dice que veremos un cambio de una industria automotriz a un ecosistema automotriz. Las demarcaciones claramente definidas entre la industria de automóviles – suplidores, manufactureros de vehículos, concesionarios – y todos las demás – compañías de energía, proveedores de infraestructura, el gobierno en todos los niveles – cada vez se harán menos discernibles.

Y de esta imprecisión veremos nacer más asociaciones dentro de la industria y más asociaciones entre compañías automotrices y no automotrices. No es casualidad que compañías como Qualcomm, Huawei, Panasonic y IBM estén cada vez más interesadas en el sector automotriz e invirtiendo en unidades de negocio automotriz diseñadas para proveer soluciones – no para vender piezas.

La verdadera pregunta para los líderes de la industria automotriz global es la siguiente: ¿Quieren moldear su futuro y quieren que otros se lo moldeen? Yo digo que moldeemos el futuro para satisfacer las necesidades de las próximas generaciones.

Autor: John Moavenzadeh es jefe de industrias de movilidad en el Foro Económico Mundial, Estados Unidos

REUTERS/Carlos Barria

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