¿Cuál es la mejor manera que las empresas pueden combatir el cambio climático?

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Al inicio de 2014 queda claro que los próximos dos años serán de crucial importancia en la lucha para combatir el cambio climático. De hecho, gran parte de lo que vendrá este año será parte de la historia que por dos años ha estado guiando el anhelado acuerdo sobre el clima del COP 21 que se llevará a cabo en París, así como el desarrollo de una serie de Metas Globales Sustentables que reemplazarán las Metas del Milenio, lo cual se acordará también en el 2015.

El progreso dependerá en gran medida de qué tan comprometida, ambiciosa e innovadora sea la participación del sector privado. Queda claro que, incluso años después de la crisis financiera, la continua lentitud económica ha erosionado la ambición de los gobiernos. Ellos siguen enfocados en lo que perciben como las preocupaciones inmediatas de los votantes. Así, cuando se trata de la acción decisiva sobre el cambio climático, el sector empresarial no lo puede hacer todo, pero sin dicho sector nada podrá lograrse.

Conforme nos preparamos para el 2015, la estrategia empresarial sobre el clima debe incluir múltiples dimensiones. La Acción Sobre el Clima 2.0 tiene que ir más allá del simple enfoque en la eficacia de recursos. Las empresas podrán tener mayor éxito al pensar cuál es la manera en la que se puede alcanzar un cambio sistemático, y cuál es su labor para poder lograrlo.

El plan de acción para el sector empresarial cuenta con tres dimensiones clave: 1) innovación empresarial; 2) participación del consumidor; 3) influencia sobre la política. Juntos, estos tres elementos tienen un gran potencial para crear nuevas oportunidades de negocio, ofrecer la creación de productos bajos en carbono e impulsar una infraestructura política que pueda alinear incentivos con la urgente necesidad de progreso.

Innovación: el punto de partida para las empresas es la innovación. Ofrecer nuevas tecnologías, oportunidades para los consumidores y modelos empresariales es lo que mejor saben hacer las empresas. Aplicado todo esto al reto de una economía en base a bajas emisiones de carbono, la innovación debe ser parte de la solución. De hecho, existen enormes oportunidades para las empresas que definen lo que significa operar en un mundo de clima contenido, de la misma manera que la economía conectada y la economía globalizada han desatado olas de innovación transformadora. Las compañías que acepten el reto serán las ganadoras; las que no lo hagan quedarán rezagadas.

Participación del consumidor: con mayor frecuencia es evidente que las empresas juegan un papel esencial al motivar a las personas a integrar la sustentabilidad en sus vidas. El sector empresarial todavía no ha desatado su potencial mercadotécnico para comunicar la urgencia de la acción en pro del medio ambiente. En el pasado, el sector empresarial ha jugado un papel importante para concientizar a la gente para que no tire basura y para cambiar opiniones acerca de la imagen corporal. Tomemos por ejemplo la campaña de Dove sobre la verdadera belleza. No hay motivo por el cual el sector empresarial no pueda usar su voz para ayudar a los consumidores a tomar acciones inteligentes respecto al cambio climático. En efecto, esto está ligado con la agenda de innovación a través de la cual el sector empresarial puede ayudar a plantear de nuevo el reto del cambio climático como una manera nueva y apasionante de construir la nueva economía del siglo xxi.

Influencia sobre la política: por último, el sector empresarial tiene un papel esencial en motivar a los gobiernos a tomar acción de manera más decisiva respecto al clima. Mi experiencia me dice que muchos altos ejecutivos están muy al tanto de la necesidad de una política de infraestructura sólida que pueda recompensar a las compañías que tomen en cuenta el medio ambiente. No obstante, con mucha frecuencia trabajan en silencio o lo hacen a través de asociaciones comerciales que bloquean políticas sensatas respecto a la energía y al medio ambiente. Ha llegado el momento de construir nuevas coaliciones que resulten decisivas en la acción en pro del medio ambiente. Sin ellas, el éxito en el 2015 es muy poco probable.

Durante los últimos años ha habido un progreso claro en varios frentes. Pero no ha sido suficiente para poder alcanzar la acción necesaria. Los riesgos para el sector empresarial son enormes: el progreso económico que por los últimos 30 años ha incrementado el bienestar humano y las oportunidades empresariales está en riesgo de perderse.

El cambio climático es un reto nuevo, pero las soluciones empresariales pueden aprovechar los valores tradicionales del sector privado. Las compañías que puedan aplicar su talento al innovar, comunicar e influenciar la política serán las líderes en esta materia, y crearán las condiciones necesarias para un éxito continuo al asegurar y ampliar el círculo de prosperidad para todos.

Autor: Aron Cramer, Presidente y Director Ejecutivo de Business for Social Responsibility

REUTERS/Suzanne Plunkett

 

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