¿Cómo podemos tener una conversación honesta sobre el cambio climático?

David Kenny
Executive Chairman, Nielsen

He aquí una estadística que le debería asustar: solo uno de cada tres estadounidenses dicen haber hablado a veces con su familia y amigos sobre el cambio climático durante el año pasado.  Esto ha bajado un 8% desde el 2008 según un estudio publicado por Yale en septiembre.

Mientras las capas de hielo se derriten, las especies son empujadas a la orilla y las comunidades del litoral se ahogan durante tormentas violentas, el público ha ignorado básicamente este problema. Tenemos que preocuparnos por Miley Cyrus y los Kardashians en Instagram. Estamos ocupados.

Pero existe un área que convierte el cambio climático en algo personal, urgente y cercano: el tiempo. Y todo el mundo habla sobre el tiempo.  El mismo estudio de Yale encontró que “los estadounidenses que experimentaron condiciones meteorológicas extremas durante el año pasado fueron más propensos a hablar de ello con otras personas”.

Está claro que el clima se ha vuelto extremo:  el huracán Sandy golpeó a Nueva York matando a casi 300 personas; la década del 2000 al 2010 fue la más calurosa que se ha registrado; sequías devastadoras en una gran parte de Estados Unidos; y en 2013 un tifón muy potente mató a más de 5000 personas y convirtió parte de Filipinas en un montón de palos de madera.

Evidentemente, ninguno de esos sucesos puede ser atribuido directamente al cambio climático.  Pero no sorprenden a científicos que han estado estudiando los modelos, y el pronóstico de grandes desastres causados por niveles elevados del mar y el aumento de las temperaturas es alarmante.

Es por eso que The Weather Company considera que tenemos un papel que desempeñar.  La empresa fue fundada hace 30 años con la misión de mantener a la gente a salvo en caso de condiciones meteorológicas extremas, y esto es todavía fundamental dentro de lo que hacemos.  Cada vez más es muy importante entablar conversaciones honestas con nuestros espectadores sobre los efectos del cambio climático en el mundo real.  Porque enterradas dentro del panorama general están las historias de millones de personas reales que no se pueden ver en mapas ni gráficos de satélite.

El año pasado, nuestros editores hicieron un reportaje sobre una tribu de nativos americanos para los cuales sus casas lo son todo pero están siendo empujados al mar por el desarrollo industrial, los huracanes y el cambio climático.  El experto en huracanes Bryan Norcross, quien hizo saltar la alarma durante el huracán Sandy, está en estos momento en Filipinas tratando de entender lo que él llama un “páramo nuclear”.  Y estrenamos Tipping Points, una serie de seis horas que lleva a los espectadores desde el Amazonas al Himalaya y hasta el desierto de Namibia, enseñándoles los lugares donde el cambio climático es alarmante al ser real.

Encontramos que los espectadores están dispuestos a hablar con nosotros sobre el cambio climático después de haber ganado su confianza reportando varias situaciones de clima extremo, enseñándoles breves escenas de un planeta cambiante pero todavía muy hermoso y explicando la ciencia detrás de la hipérbole.

Nada de esto viene sin polémica.  Los comentarios en nuestras páginas web están repartidos entre personas muy preocupadas por el cambio climático y personas preocupadas por la sensatez de los que creen en ello.  Claramente hay mucho trabajo por hacer.

Pero existe también un plan para conseguirlo.  Creemos que la narración de historias apoyada por la ciencia es la mejor manera de mover la conversación de la locura al sentido común y a soluciones creativas. Además, muchos editores y locutores, incluidos nosotros, están participando en la acción.

“Hacking the Planet”, una gran serie que emitimos el año pasado, examinó la ciencia extrema que usa a los volcanes para reducir la temperatura del planeta.  The Guardian describió recientemente los esfuerzos por convertir a Rotterdam en una ciudad que podrá absorber y adaptarse a los efectos del cambio climático.  Además Motor Trend nombró a un vehículo totalmente eléctrico como el coche del año.

La gran ironía es que la ciencia nos puso en esta situación de manera parcial.  Pero creemos que la ciencia y una gran cantidad de ingenio humano pueden sacarnos de ella.  Y esa es una historia que merece la pena contar.

Autor: David Kenny es presidente y director ejecutivo de Weather Company

Imagen: REUTERS/Denis Balibouse

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