Tecnología avanzada para proteger la Amazonía

Debido a varias razones económicas, sociales y ambientales, el modelo de desarrollo rural que ha predominado en la Amazonía durante los últimos cincuenta años –talar bosques para reemplazarlos con fincas de cultivo y ganadería– ya está obsoleto.
En Brasil, por ejemplo, el producto agrícola bruto de la Amazonía representa menos del 0.5% de su PNB. La conclusión es inevitable: medio siglo de deforestación no ha producido ganancias financieras ni una mejor calidad de vida para los residentes de la Amazonía: los amazônidas.
Teniendo en cuenta que casi un millón de km2 de los bosques tropicales de la Amazonía han sido talados mientras que otra porción del mismo tamaño se encuentra en proceso de degradación, es imprescindible detener la deforestación. Hay evidencia alentadora que señala que la tasa de deforestación ha disminuido en los últimos años. Esta disminución se puede apreciar en la Amazonía brasileña, donde las tasas de deforestación se han reducido por casi un 80% desde 2005. Es importante notar que a pesar de ello la producción agrícola de la región ha aumentado significativamente. Hay amplia evidencia que hace cada vez más evidente que el crecimiento económico no está vinculado a la deforestación.
Sin embargo, el panorama económico continúa conspirando en contra de la Amazonía al atribuirle más valor a productos agrícolas como la soya y la carne que a los bosques. Para que las políticas de anti deforestación tengan éxito a largo plazo, además de implementar medidas para evitar la deforestación ilegal, se deben crear bases de desarrollo más sólidas.
El reto, por ende, es reconciliar el modelo actual con una nueva visión de uso óptimo y sostenible de recursos naturales renovables. Un corolario de este enorme reto es la urgente necesidad de adoptar un enfoque de alta tecnología e innovación expandible para que sirva de base como un nuevo modelo de desarrollo regional sostenible para la Amazonía.
Transformar el modelo de desarrollo regional actual representa varios retos multidimensionales que no se pueden lograr solo mediante la ciencia y la tecnología. Sin embargo, nuevas innovaciones y modelos de empresas público-privadas son esenciales si pretendemos desarrollar y expandir a plenitud cadenas de valor innovadoras basadas en la biodiversidad, y si queremos darle su debido valor a los servicios ambientales. Es vital instigar una verdadera revolución científica, innovadora y de alta tecnología en la Amazonía.
En términos prácticos, esto requiere el desarrollo de un nuevo modelo que reconozca, por un lado, el valor económico de la biodiversidad del bosque y de los servicios que su ecosistema provee y que, por otro, se base en sus recursos terrestres y acuáticos. Hoy en día hay muy pocas cadenas de valor basadas en los productos naturales de la Amazonía que alcanzan los mercados globales u ofrecen beneficios a través de los estratos sociales. De hecho, el caso es todo lo contrario. Cada vez se usan más productos importados en la Amazonía que reemplazan los productos tradicionales amazónicos.
Nuestra visión sugiere que la transición a este nuevo modelo de desarrollo sostenible requerirá un ecosistema de innovación de alta tecnología que incluiría una red distribuida regionalmente de nuevas instituciones de investigación y desarrollo con un enfoque específico en los recursos naturales renovables, la productividad de recursos y la biodiversidad. Esto proveería una base sólida para nutrir un modelo innovador bioindustrial para la región capaz de atraer laboratorios privados de investigación y desarrollo, alianzas público-privadas, empresarios, capital de inversión y compañías innovadoras, como se logró hacer en el Valle del Silicio.
Hay un enorme potencial sin explotar para las innovaciones que por medio de los avances científicos y el desarrollo tecnológico en América Latina y a nivel industrial ponen énfasis en la biotecnología industrial, la agricultura sostenible, la minimización de riesgos de los recursos, la biodiversidad genómica y la nanotecnología basada en la biomímesis (por ejemplo, la reproducción de sistemas biológicos complejos para ser aplicados de un modo práctico a problemas de una escala nano molecular). Plataformas de “big data” y redes de investigación de alta calidad –aplicadas a una serie de nuevos mercados, nuevos procedimientos (como las biorefinerías) y nuevos productos de valor agregado– posibilitarían todo esto.
Estimamos que es viable desarrollar un número de cadenas de valor de productos derivados de la biodiversidad capaces de alcanzar un mercado global con una estrategia diferenciada única. En una década o dos esto podría dar lugar a una nueva economía basada en recursos acuáticos y forestales con el uso intenso y sostenible económico de la biodiversidad y un fuerte valor agregado local por medio de la industrialización, es decir, por medio del surgimiento de una bioindustria robusta en la Amazonía. Este nuevo modelo económico tiene el potencial de crecer mucho más que el actual que se basa en el talado y la explotación destructiva del bosque.
Autores: Carlos Nobre es Secretario Nacional de Políticas de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación de Brasil y miembro del Consejo de la Agenda Global para la Medición de la Sostenibilidad.
Juan Carlos Castilla-Rubio es Director Ejecutivo del Instituto de la Piel Planetaria (PSI, por sus siglas en inglés) y Presidente del Consejo de la Agenda Global para la Medición de la Sostenibilidad.
Imagen: Una vista de un lago natural alimentado por un manantial en el río Amazonas REUTERS / Ivan Canabrava
No te pierdas ninguna actualización sobre este tema
Crea una cuenta gratuita y accede a tu colección personalizada de contenidos con nuestras últimas publicaciones y análisis.
Licencia y republicación
Los artículos del Foro Económico Mundial pueden volver a publicarse de acuerdo con la Licencia Pública Internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, y de acuerdo con nuestras condiciones de uso.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Foro Económico Mundial.
La Agenda Semanal
Una actualización semanal de los temas más importantes de la agenda global