El sistema alimentario mundial ya no satisface nuestras necesidades de salud. Estos 4 cambios son necesarios

Cualquier persona nacida en 2024 puede esperar vivir una media de 73 años, lo que supone un enorme aumento con respecto a los nacidos en 1950, cuya media se acercaba a los 46 años.

Sin embargo, aunque la mejora de la esperanza de vida global es innegable, la esperanza de vida saludable se está deteriorando en términos generales y la nutrición es la responsable, según un nuevo informe del Foro Económico Mundial y Accenture.

A continuación se explica por qué es necesario cambiar el sistema alimentario mundial, y cuatro formas fundamentales de ayudar a la gente a elegir alimentos más sanos y reducir la brecha entre la esperanza de vida y la salud.

Las necesidades alimentarias del mundo están cambiando. Tras la Segunda Guerra Mundial, el sistema alimentario global se centró en suministrar alimentos baratos y ricos en calorías para alimentar a una población creciente.

Pero, hoy en día, las afecciones relacionadas con el exceso de peso corporal matan a más personas en el mundo occidental que el hambre, afirman los autores del informe Transforming the Global Food System for Human Health and Resilience (Transformando el sistema alimentario mundial en pro de la salud humana y la resiliencia).

Las tasas de obesidad entre los adultos se han duplicado desde 1990, según un estudio publicado en The Lancet el 1 de marzo de 2024, y se han cuadruplicado entre los niños de 5 a 19 años. En 2022, una de cada ocho personas padecía obesidad en todo el mundo.

Las dietas poco saludables son uno de los cinco principales factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, como el cáncer y la diabetes, responsables de tres cuartas partes de las muertes en el mundo.

En concreto, los alimentos ultraprocesados (aquellos que suelen tener más de cinco ingredientes) se relacionaron con 32 efectos nocivos para la salud, como enfermedades cardiacas, cáncer y diabetes de tipo 2, en un estudio publicado en el British Medical Journal en febrero de 2024.

El sistema alimentario actual es también una amenaza para el planeta, según el informe. La agricultura contribuye a cerca de un tercio de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y las prácticas agrícolas actuales pueden afectar negativamente a la fertilidad y productividad del suelo.

El coste de la mala nutrición y todas sus repercusiones se acerca a los 20 billones de dólares, más del doble del coste directo del consumo mundial de alimentos.

El informe concluye que el sistema alimentario mundial requiere una rápida evolución, pues ya no satisface las necesidades de salud o sostenibilidad del mundo.

No hacerlo "compromete a la comunidad mundial a muertes evitables, enfermedades, destrucción de ecosistemas y efectos a largo plazo del cambio climático", afirma el informe.

He aquí cuatro recomendaciones que, según el informe, crearán mejores incentivos para convencer a los consumidores de que compren y coman más sano.

Los distribuidores y productores de alimentos están colaborando con los minoristas para reimaginar su espacio y oferta de productos a fin de dar prioridad a los alimentos sostenibles y saludables. Los estudios sobre el comportamiento de los consumidores demuestran que colocar opciones nutritivas en areas de gran afluencia de consumidores puede influir en los hábitos de compra.

Un estudio reciente de la Universidad de Southampton descubrió que poner los productos no alimentarios cerca de las cajas y al final de los pasillos, y las frutas y verduras a la entrada de las tiendas, resultaba en la venta adicional de 10 000 porciones de frutas y verduras por tienda, por semana. En comparación, las ventas de alimentos poco saludables disminuyeron en 1500 porciones.

Ofrecer una gama más amplia de frutas y verduras también puede reportar beneficios como mejores economías de escala, menos desperdicio, mayor diversidad de cultivos y una selección de productos más sostenible y nutritiva.

Los minoristas utilizan cada vez más la tecnología para influir en la experiencia en la tienda. En Estados Unidos, por ejemplo, los supermercados utilizan aplicaciones digitales de nutrición y dietistas en las tiendas para enseñar a los clientes técnicas de preparación y almacenamiento de alimentos, fomentar la elección de alimentos más sanos y aumentar las visitas de los clientes y su fidelidad a la tienda.

Los gobiernos pueden pagar a los agricultores para que cultiven productos sanos y biodiversos para animar a la gente a gastar menos eligiendo alimentos más sanos.

Como en el caso del alcohol y el tabaco, los gobiernos también pueden gravar a las empresas que fabrican productos poco saludables para hacerles pagar por los problemas de salud que causan sus productos.

En 2014, la Nación Navajo empezó a gravar con un 2% los alimentos poco saludables y utilizó el dinero para financiar proyectos de salud elegidos por la comunidad.

Un etiquetado claro, que muestre a los consumidores información importante, como el contenido de azúcar, grasa y sal, es vital para permitirles elegir opciones más sanas. El informe también pide definiciones más estrictas de lo que constituyen productos "naturales" y "bajos en grasa" (low-fat, light), así como información sobre la sostenibilidad del producto.

La tecnología digital como el blockchain, los códigos QR o las apps pueden proporcionar más información e incluso mejorar la trazabilidad de los ingredientes.

Los pequeños minoristas, como restaurantes, tiendas de conveniencia o gasolineras, tienen una gran influencia en lo que eligen los consumidores. Crear opciones de menú saludables y sostenibles que sean tan tentadoras y comercializables como las poco saludables puede cambiar el dial de lo poco saludable a lo saludable.

Productos como el Unicorn Latte de Starbucks o los tacos de Doritos de Taco Bell fueron populares y crearon excitación en Internet, así que ¿por qué no crear productos sanos igualmente excitantes?, se preguntan los autores del informe.

Estas recomendaciones pueden ayudar a allanar el camino hacia un sistema alimentario más sostenible y saludable. Las asociaciones público-privadas son fundamentales para mejorar la nutrición mundial, según el informe, que cita la innovación y medición de las carteras de inversión y los modelos empresariales de vanguardia como motores clave para ello.

"Para lograr este objetivo, es necesario movilizar a las partes interesadas de diversos sectores, incluidos los gobiernos, los inversores, las industrias de consumo, la sanidad y la educación, entre otros, para que colaboren en el avance de la nutrición como prioridad mundial clave."

Facilitada en colaboración con Accenture, la iniciativa New Frontiers of Nutrition (Nuevas Fronteras de la Nutrición) del Foro reúne a un conjunto diverso de partes interesadas para mejorar la nutrición mundial, mantener la salud de las dietas y aumentar la resiliencia de la salud humana.

Para garantizar una transición holística hacia dietas sanas y sostenibles, este proyecto avanza bajo los auspicios del Centre for Health and Healthcare (Centro para la Salud y la Asistencia Sanitaria) en colaboración con la iniciativa Food Systems Initiative del Foro.