Riesgos Globales 2023: Cómo deben responder las organizaciones a las múltiples crisis actuales

En 2022, el mundo se enfrentó a riesgos políticos, económicos y sociales muy conectados, complejos y dinámicos, como la recuperación de la pandemia COVID-19, el conflicto entre Rusia y Ucrania, las altas tasas de inflación y los devastadores fenómenos del cambio climático. Las perturbaciones de la seguridad alimentaria, energética, cibernética, de la cadena de suministro, económica y mundial pusieron a prueba las respuestas y estrategias a corto y largo plazo de las empresas. El éxito en este año turbulento dependió a menudo de enfoques adaptables e innovadores de gestión de riesgos y resiliencia.

Dadas las amenazas a la seguridad nacional, empresarial y personal identificadas en el Informe de Riesgos Mundiales 2023, las organizaciones deben reorientar sus enfoques de gestión de riesgos y resiliencia para superar las crisis actuales y prepararse para los riesgos futuros. Pensando de forma creativa y colaborativa sobre el riesgo, las empresas, los gobiernos y las partes interesadas de la sociedad pueden desarrollar una resiliencia estructural y a largo plazo eficaz.

La resiliencia ante el riesgo a nivel ejecutivo, directivo y de gestión de riesgos hace hincapié en la toma proactiva de mejores decisiones basadas en el riesgo, en lugar de reaccionar ante las crisis o los acontecimientos. Las cuestiones críticas para las organizaciones en 2023 incluyen:

En esencia, la resiliencia al riesgo debe ser práctica y puede exigir que una organización amplíe su conjunto de herramientas, incluido el refuerzo, el aumento y el suministro de nuevas métricas. Debe centrarse en una mentalidad que tenga en cuenta cómo interactúan los riesgos y cómo pueden "agravarse" unos a otros.

Esta mentalidad debe guiar la implantación de capacidades estándar que aborden áreas como los clientes, las cadenas de suministro, los balances y los empleados.

En 2023, tres áreas en las que las organizaciones deberían considerar centrar sus esfuerzos de resiliencia son:

La incapacidad para mitigar el cambio climático se considera una grave amenaza a corto plazo para la que las organizaciones están menos preparadas.

Este riesgo se vio agravado en 2022 por la vuelta temporal a niveles más altos de dependencia de los combustibles fósiles como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania y decenas de catástrofes meteorológicas de miles de millones de dólares que devastaron muchas comunidades.

Seis de los 10 principales riesgos por gravedad a largo plazo están relacionados con el medio ambiente y el cambio climático.

El efecto agravante de otros riesgos -como las pandemias, el conflicto en Europa, las amenazas a la seguridad energética, la inflación y las dificultades económicas- puede obstaculizar los avances en la mitigación del cambio climático a corto plazo y durante la próxima década, provocando la pérdida de biodiversidad y la degradación del medio ambiente.

Acelerar las inversiones tanto en la transición hacia la energía verde como en las estrategias adaptativas de mitigación de riesgos es esencial para la resiliencia climática a largo plazo.

A pesar del aumento de la inversión mundial en energías limpias -se prevé que supere los 1,4 billones de dólares a finales de 2022-, siguen existiendo obstáculos para la transición a una economía neta cero. Sin embargo, nuevos enfoques de modelización, evaluación y asignación de riesgos podrían ayudar a empresas, gobiernos y mercados financieros a superar estas barreras y acelerar la transición. Estos enfoques pueden aplicarse a proyectos más recientes de seguridad y sostenibilidad energéticas que aprovechen los incentivos ecológicos destinados a estimular las economías.

Mantener a los empleados sanos en medio del coste de la vida, las enfermedades infecciosas y las crisis políticas y ambientales es crucial para la resiliencia a largo plazo. Las empresas que entienden y atienden las necesidades laborales y personales de sus empleados tienen más probabilidades de salir mejor paradas en la competencia por el talento y en su capacidad para responder eficazmente a una crisis.

Ante la pandemia de COVID-19, las organizaciones se adaptaron rápidamente al trabajo a distancia y a los nuevos protocolos de salud y seguridad. Estos cambios pusieron de relieve la importancia del bienestar de los empleados, tanto en su salud física como mental. La pandemia también puso de relieve la importancia de elementos básicos como el acceso digital a la atención sanitaria.

Para promover y proteger el bienestar y la productividad de los empleados, las organizaciones deben tener en cuenta el valor de los acuerdos laborales flexibles; la disponibilidad de medidas sanitarias preventivas, como vacunas y cribados; las iniciativas de salud mental de los empleados; y el desarrollo de una cultura general de la salud.

La innovación impulsada por la tecnología es vital para el éxito de las organizaciones en el panorama empresarial actual. A medida que las empresas desarrollan e implantan tecnologías transformadoras -desde el blockchain a la inteligencia artificial (IA), pasando por la ingeniería genética y mucho más-, deben proteger su propia propiedad intelectual y sus procesos, así como los datos confidenciales recabados de proveedores, empleados y clientes.

Esto incluye el desarrollo de la resiliencia a los ciberriesgos, que evolucionan tan rápidamente como las nuevas tecnologías. Entre los cinco principales riesgos para 2023, según los encuestados en la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales, se encuentran los ciberataques a infraestructuras críticas. A más largo plazo, la ciberdelincuencia y la ciberseguridad generalizadas se sitúan entre los diez primeros riesgos. Se calcula que en 2025 el coste total de la ciberdelincuencia rondará los 10,5 billones de dólares en todo el mundo.

Prepararse y responder eficazmente a los riesgos cibernéticos requiere un enfoque empresarial, así como una visión amplia de las redes de proveedores y la gama de amenazas.

Los órganos de investigación y los gobiernos también desempeñan un papel a la hora de establecer la agenda política en materia de ciberseguridad y de colaborar con empresas, aseguradoras y otras partes interesadas para identificar amenazas, inculcar buenas prácticas y proteger a ciudadanos y clientes.

Para los ciber delincuentes, la capacidad de lanzar un ciberataque se ha vuelto más fácil, debido a herramientas como el ransomware y más puntos de entrada y vulnerabilidades. Una estrategia de resiliencia que incluya la concienciación, el compromiso y la cooperación en materia de ciberseguridad puede proporcionar una mejor protección frente a las amenazas activas.

Las organizaciones pueden dar un paso en la dirección correcta instituyendo controles cibernéticos basados en las mejores prácticas, que pueden mitigar los riesgos cibernéticos, mejorar la resiliencia cibernética y prepararse para futuros ataques.

La capacidad de resiliencia en el actual entorno de riesgo acumulado y "policrisis" requiere medidas y acciones dinámicas.

Esto significa seguir la evolución de las tendencias mundiales de riesgo y las amenazas estratégicas emergentes para comprender cómo pueden afectar a las personas, las cadenas de suministro y otros ámbitos. Significa un compromiso activo en toda la organización - no sólo por parte de los profesionales del riesgo - para prepararse para las grandes transformaciones ambientales, económicas, industriales y sociales. Además, debe incluir medidas en los ámbitos de la tecnología, las finanzas, los recursos humanos, los procesos operativos, las partes interesadas y otros.

En esencia, la mentalidad de resiliencia emplea el análisis basado en escenarios y herramientas similares. Plantea preguntas sobre los riesgos que podrían perturbar la estrategia o los problemas del entorno externo, como:

Una mentalidad resiliente ayuda a desarrollar estrategias que nos sitúen en una posición de ventaja ante los riesgos a largo plazo y los cambios estructurales, de modo que podamos reducir las incertidumbres y tomar mejores decisiones sobre dónde invertir unos recursos limitados.

Centrarse en una mentalidad de resiliencia ayudará a las empresas a responder con mayor agilidad a los riesgos agravados actuales y a las policrisis emergentes, y a crear un mundo más seguro y sostenible.