El crecimiento mundial se fortalecerá hasta ubicarse en el 2,7 % y mejoran las perspectivas

Asset Seisenbek, head of the commercial department at the Khorgos Gateway dry port, is seen in Khorgos, Kazakhstan May 17, 2017. Picture taken May 17, 2017. REUTERS/Sue-Lin Wong - RTX390KJ

Image: REUTERS/Sue-Lin Wong - RTX390KJ

El Banco Mundial prevé que el crecimiento económico mundial se fortalecerá hasta ubicarse en el 2,7 % en 2017 debido a que el repunte de las manufacturas y el comercio, el aumento de la confianza del mercado y la estabilización de los precios de los productos básicos permitirán restablecer el crecimiento en las economías en desarrollo y en los mercados emergentes exportadores de dichos productos.

De acuerdo con el informe del Banco Mundial titulado Perspectivas económicas mundiales, de junio de 2017, el crecimiento de las economías avanzadas se acelerará hasta llegar al 1,9 % en 2017, lo que beneficiará también a los socios comerciales de dichos países. Las condiciones de financiamiento en el ámbito internacional siguen siendo favorables, y los precios de los productos básicos se han estabilizado. En este contexto de mejora en el plano internacional, el crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo en su conjunto repuntará hasta situarse en un 4,1 % este año, mientras que en 2016 fue del 3,5 %.

Según las previsiones, el crecimiento en las siete principales economías de mercados emergentes se incrementará y para 2018 superará su promedio de largo plazo. Esta recuperación de la actividad debería provocar efectos positivos significativos en el crecimiento de otras economías emergentes y en desarrollo, y en el mundo en general.

No obstante, este panorama presenta también riesgos importantes. La implementación de nuevas restricciones podría coartar el apreciado rebote en el comercio mundial. La persistente incertidumbre normativa podría debilitar la confianza y las inversiones. Asimismo, si bien la volatilidad de los mercados financieros se encuentra en un nivel excepcionalmente bajo, una repentina reevaluación del mercado respecto de los riesgos vinculados con las políticas o del ritmo de la normalización de las políticas monetarias en las economías avanzadas podría provocar turbulencias financieras. Por otro lado, la debilidad persistente de la productividad y del aumento de las inversiones podría deteriorar las perspectivas de crecimiento en el largo plazo en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, fundamentales para reducir la pobreza.

“Durante demasiado tiempo, hemos visto cómo los bajos niveles de crecimiento impedían el avance en la lucha contra la pobreza, por lo que resulta alentador observar indicios de que la economía mundial está cobrando solidez”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “En vista de que se ha iniciado una recuperación frágil pero real, los países deberían aprovechar este momento para encarar las reformas institucionales y del mercado que permitan atraer inversiones privadas y contribuyan a sostener el crecimiento en el largo plazo. Los países deben también continuar invirtiendo en su gente y generar resiliencia frente a los diversos desafíos que enfrentan, entre los que figuran el cambio climático, los conflictos, el desplazamiento forzado, el hambre y las enfermedades”.

En el informe se ponen de relieve las inquietudes respecto del aumento del endeudamiento y de los déficits en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, lo que eleva las probabilidades de sufrir perjuicios en caso de que se incrementen abruptamente en las tasas de interés o se endurezcan las condiciones de los préstamos. A fines de 2016, más de la mitad de los mercados emergentes y las economías en desarrollo mostraban niveles de endeudamiento gubernamental que excedían en más de 10 puntos porcentuales del PIB los de 2007; asimismo, en la tercera parte de estos países, el equilibrio fiscal empeoró en más de 5 puntos porcentuales del PIB respecto de los valores de 2007.

“La buena noticia es que el comercio se está recuperando”, señaló Paul Romer, primer vicepresidente y primer economista del Banco Mundial. “La preocupación radica en que los niveles de inversión siguen siendo bajos. En respuesta, estamos modificando nuestras prioridades para favorecer el financiamiento de proyectos que puedan impulsar ulteriormente la inversión privada”.

Como elemento positivo del panorama actual, cabe mencionar la recuperación del crecimiento del comercio, que se ubica ahora en el 4 % después de registrar el año pasado, tras la crisis financiera, un valor bajo del 2,5 %. En el informe se hace hincapié en un área clave del comercio internacional que muestra debilidad: las transacciones entre empresas que no están ligadas entre sí por relaciones de propiedad. En los últimos años, este tipo de intercambios, realizado a través de canales de tercerización, se ha reducido mucho más marcadamente que el comercio dentro de las compañías. Esto nos recuerda la importancia que reviste una red de comercio mundial sólida para las empresas menos integradas, que representan la mayor parte de las compañías.

“Después de una desaceleración prolongada, el reciente repunte en la actividad de algunos de los mercados emergentes más importantes es un cambio muy bienvenido para el crecimiento de sus respectivas regiones y para a la economía mundial”, afirmó Ayhan Kose, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial. “Ahora es el momento en que los mercados emergentes y las economías en desarrollo tienen que evaluar sus vulnerabilidades y consolidar las políticas que permitan amortiguar los efectos adversos de las crisis”.

Perspectivas regionales:

Asia oriental y el Pacífico: Según las proyecciones, el crecimiento de esta región se atenuará hasta situarse en un 6,2 % en 2017 y un 6,1 % en 2018, a medida que la desaceleración gradual de China se vea contrarrestada por repuntes en otros países de la región, impulsados por la recuperación de los exportadores de productos básicos y la aceleración del crecimiento en Tailandia. Se prevé que en China, el crecimiento disminuirá hasta el 6,5 % este año y 6,3 % en 2018. Si se excluye China, la región progresará a una tasa más elevada, del 5,1 % en 2017 y 5,2 % en 2018. Asimismo, se espera que Indonesia repunte hasta ubicarse en el 5,2 % en 2017 y 5,3 % en 2018, a medida que se disipen los efectos de la consolidación fiscal y se recupere la actividad privada, respaldada por un modesto aumento en los precios de los productos básicos, la mejora en la demanda externa y el aumento de la confianza como consecuencia de las reformas emprendidas. En Filipinas, se prevé que el crecimiento se mantenga firme, en un 6,9 %, durante este año y el próximo, producto de la recuperación en la inversión pública y privada. De modo similar, Tailandia debería mantener un crecimiento del 3,2 % en 2017 y acelerarse al 3,3 % durante el año próximo debido al aumento de la inversión pública y la recuperación del consumo privado.

Europa y Asia central: El crecimiento de Europa y Asia central se acelerará en general, según las previsiones, al 2,5 % en 2017 y 2,7 % en 2018, respaldado por la sostenida recuperación de los países exportadores de productos básicos y la disipación de los riesgos geopolíticos y de la incertidumbre respecto de las políticas internas en las principales economías de la región. Se espera que, tras una recesión de dos años, Rusia crezca a una tasa del 1,3 % en 2017 y 1,4 % en 2018, ayudada por un incremento en el consumo. Según las proyecciones, Kazajstán crecerá a un ritmo del 2,4 % este año y 2,6 % el próximo, puesto que la consolidación de los precios del petróleo y la política macroeconómica acomodaticia respaldan la actividad económica. Entre las economías importadoras de productos básicos, se espera que Turquía crezca un 3,5 % en 2017 gracias al apoyo de una política fiscal acomodaticia, y un 3,9 % en 2018, a medida que la incertidumbre se atenúe, el turismo se recupere y se restablezcan los balances de las empresas.

América Latina y el Caribe: Se prevé que en 2017 el crecimiento en América Latina y el Caribe aumentará al 0,8 %, a medida que Brasil y Argentina salgan de la recesión y el aumento de los precios de los productos básicos favorezca a los países exportadores de bienes agrícolas y energía. Según las previsiones, Brasil se expandirá un 0,3 % en 2017 y alcanzará una tasa del 1,8 % en 2018, mientras que el crecimiento en Argentina aumentará a un ritmo del 2,7 % este año. En 2017, en México el crecimiento se atenuará hasta ubicarse en el 1,8 %, debido principalmente a la contracción de las inversiones derivada de la incertidumbre en torno a la política económica de Estados Unidos, y se acelerará al 2,2 % el año próximo. Se espera que las proyecciones favorables respecto de los precios de los metales resulten beneficiosas para Chile, donde la producción de cobre debería recuperarse tras la huelga. En dicho país, el crecimiento se acelerará moderadamente este año hasta ubicarse en el 1,8 % y en un 2 % el año próximo. En el Caribe, el aumento de la demanda turística impulsa una aceleración del crecimiento que se prevé será del 3,3 % en 2017 y del 3,8 % en 2018.

Oriente Medio y Norte de África: Según las previsiones, el crecimiento de la región caerá al 2,1 % en 2017 debido a que los impactos adversos que generaron en los países exportadores de petróleo los recortes a la producción establecidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo exceden las modestas mejoras experimentadas por las economías importadoras de dicho producto. Se espera que en 2018 el crecimiento repunte y se ubique en un 2,9 %, pues se da por supuesto que las tensiones geopolíticas se moderarán y los precios del petróleo se incrementarán. En Arabia Saudita, la economía más grande de la región, el crecimiento se atenuará hasta ubicarse en el 0,6 % como resultado de los recortes en la producción, para luego acelerarse al 2 % en 2018. La República Islámica del Irán desacelerará su crecimiento hasta un ritmo del 4 % antes de repuntar moderadamente y ubicarse en un 4,1 % en 2018, debido al peso que tendrán en el país la escasa capacidad inutilizada en la producción petrolera y las dificultades para acceder al financiamiento. De acuerdo con las previsiones, la economía de Egipto moderará su crecimiento durante el ejercicio actual pero mejorará de manera sostenida en el mediano plazo, respaldada por la implementación de reformas que buscan generar un clima más favorable para los negocios y el aumento de la competitividad.

Asia meridional: Las previsiones indican que el crecimiento de esta región repuntará hasta situarse en un 6,8 % en 2017 y se acelerará en 2018 hasta el 7,1 %, reflejo de la fuerte expansión de la demanda interna y las exportaciones. Si se excluye India, se espera que el crecimiento regional se sostenga en torno al 5,7 % y se incremente al 5,8 %, resultado de la aceleración de Bhután, Pakistán y Sri Lanka y la atenuación en Bangladesh y Nepal. El crecimiento en India se acelerará, según las previsiones, al 7,2 % en el ejercicio de 2017 (que abarca del 1 de abril de 2017 al 31 de marzo de 2018) y al 7,5 % en el ejercicio siguiente. Pakistán, por su parte, incrementará su ritmo de crecimiento al 5,2 % en el ejercicio de 2017 (que va del 1 de julio de 2016 al 30 de junio de 2017) y al 5,5 % en el ejercicio siguiente, como reflejo de la expansión de las inversiones privadas, el aumento en el suministro energético y la mejora de la seguridad. En Sri Lanka se prevé una aceleración del crecimiento, que alcanzará una tasa del 4,7 % en 2017 y del 5 % en 2018, como consecuencia de la implementación de programas de las instituciones financieras internacionales que respaldan las reformas económicas e impulsan la competitividad del sector privado.

África al sur del Sahara: Según las proyecciones, en África al sur del Sahara el crecimiento repuntará y se ubicará en un 2,6 % en 2017 y un 3,2 % en 2018, consecuencia del moderado incremento de los precios de los productos básicos y de las reformas dirigidas a abordar los desequilibrios macroeconómicos. No obstante, se espera que el producto per cápita se contraiga un 0,1 % en 2017 y se incremente un modesto 0,7 % en 2018-19. Con esos índices, el crecimiento será insuficiente para cumplir con los objetivos de reducción de la pobreza en la región, en particular si persisten las limitaciones que impiden un crecimiento más vigoroso. Se espera que Sudáfrica crezca un 0,6 % en 2017 y un 1,1 % en 2018. Según los pronósticos, Nigeria pasará de la recesión a un crecimiento del 1,2 % en 2017, que se intensificará al 2,4 % en 2018. En los países que no son ricos en recursos, se anticipa que las tasas de crecimiento seguirán siendo sólidas, respaldadas por la inversión en infraestructura, la resiliencia de los sectores de servicios y la recuperación de la producción agrícola. Según las previsiones, en 2017 Etiopía se expandirá un 8,3 %, Tanzanía un 7,2 %, Côte d’Ivoire un 6,8 % y Senegal un 6,7 %.

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