México: orgullosa cuna de civilizaciones
México ha sido la orgullosa cuna de varias civilizaciones avanzadas. La ciencia y el arte maya, por ejemplo, fueron particularmente sofisticadas, mientras que los aztecas construyeron un vasto imperio. Hoy día, es posible que México esté progresando hacia una nueva era dorada, esta vez en la atención médica. Si el país adopta la digitalización, las asociaciones y la prevención, un sistema de salud renovado le brindará bienestar y prosperidad a generaciones de mexicanos.
Con una población de 125 millones de habitantes y la 15ª economía más grande del mundo, México es un peso pesado regional, si es que no es también una fuerza global. El Banco Mundial proyecta que su crecimiento se acelerará a 3.5% en 2017 después de algunos años de lento crecimiento. La salud pública necesita noticias igualmente positivas: las enfermedades no contagiosas como el cáncer y la diabetes son causas principales de muerte, aproximadamente el 30% del país padece de obesidad y el 22% de la población tiene presión arterial elevada.
Esto limita la habilidad de las personas para vivir vidas felices y productivas y pone una gran presión económica en el gobierno. Un estudio de la Organización de la Salud Panamericana encontró que la pérdida cumulativa del PIB a causa de enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y diabetes en Argentina, Brasil, Colombia y México entre 2006 y 2015 fue de 13.45 mil millones de dólares.
Grandes avances
No obstante, el sistema de salud en México ha logrado grandes avances. Antes de la introducción del programa de salud pública conocido como Seguro Popular en 2004, sólo aproximadamente la mitad de la población contaba con seguro médico. Para el año 2013, más de 55 millones de personas se habían inscrito al programa y 23 millones habían recibido exámenes preventivos para la diabetes y la presión arterial elevada. A pesar de este éxito, se estima que un cuarto de la población todavía no cuenta con acceso a la atención médica y los hospitales privados siguen estando significativamente mejor equipados que los públicos.
A fin de cerrar esta brecha, México debe trabajar estrechamente con su sector privado, adoptar tecnologías innovadoras y enfocarse en la prevención. Philips, por ejemplo, recientemente colaboró con las autoridades mexicanas y brasileñas para instalar una solución de TI integrada en más de 700 hospitales. El sistema, que combina el flujo de trabajo clínico y administrativo y ofrece más de 70 diferentes módulos (que incluyen Expedientes Médicos Electrónicos), ayuda a aumentar la productividad y la provisión de una mejor atención a los pacientes. Y en Bahía, uno de los estados de Brasil, un consorcio de compañías de atención médica colaborará con el gobierno local para conectar los sistemas de 12 clínicas y modernizar su equipo de imágenes diagnósticas. Las soluciones integradas reducirán los costos y aumentarán la productividad en esas clínicas.
Cómo potenciar la cooperación
En efecto, ese tipo de asociación público-privada ofrece numerosos beneficios. Potencia a diferentes actores del sistema de salud para cooperar y compartir información, lo cual significa que la prevención se vuelve más sencilla y los tratamientos se pueden optimizar para cada paciente de manera individual. Mientras tanto, los costos organizacionales se reducen significativamente y la productividad general del sistema de salud aumenta. Las asociaciones público-privadas también pueden resolver los reducidos impuestos gubernamentales: el uso más eficaz de gastos de capital y los indicadores claros de desempeño de los resultados le permiten al gobierno proporcionar mejores servicios de atención médica a menores costos.
Las asociaciones público-privadas son también un potente instrumento para la adopción rápida de una nueva generación de tecnologías médicas. La digitalización y los avances en los grandes datos, por ejemplo, les permiten a los médicos compartir información digital en todo el mundo. Y estamos viendo que algunos médicos están realizando consultas con mujeres embarazadas que se encuentran a cientos de kilómetros de distancia gracias a que una enfermera pudo llevar consigo un equipo de ultrasonido conectado y portátil hasta un área rural. Dichas tecnologías se están desarrollando a un ritmo extremadamente rápido y México necesita del sector privado a fin de mantenerse al día.
Grandes expectativas
Pero no es sólo cuestión de posibilidades: también es cuestión de expectativas. Como en otras partes del mundo, las tecnologías digitales están cambiando la manera en la que los mexicanos y latinoamericanos trabajan, juegan y aprenden. Se estima que el 10% de los usuarios de Internet de todo el mundo proviene de América Latina y que en 2015 el número de teléfonos inteligentes en la región aumentará 21% y alcanzará una cifra de 152.6 millones. Cada vez más, estos usuarios esperan poder manejar su salud o comunicarse con sus proveedores de servicios médicos desde la comodidad de su propio dispositivo.
La gran mayoría de estos usuarios serán los jóvenes que tendrán la tarea de materializar el potencial de México. A fin de ayudarlos a lograrlo, el gobierno debe colaborar con el sector privado para desarrollar un sistema de salud pública que sea económico, efectivo y accesible para todos. Si México puede canalizar el genio de sus antepasados mayas y aztecas, esto sólo será cuestión de tiempo.
Autor: Henk de Jong, jefe ejecutivo de Philips LATAM
REUTERS/ Handout
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