Por qué la innovación es clave para desbloquear más inversión en capital natural

El capital natural sustenta todas las actividades socioeconómicas, pero está infravalorado en los modelos económicos, según un nuevo informe del Foro Económico Mundial en colaboración con UpLink, la plataforma de innovación abierta del Foro.

La reserva mundial de recursos naturales -el capital natural- proporciona una serie de beneficios vitales a la humanidad, desde alimentos hasta valor cultural. De hecho, más del 50% del PIB mundial depende moderada o altamente de la naturaleza, y los expertos presionan cada vez más a los responsables políticos y líderes empresariales para que reconozcan que la sociedad depende totalmente de la naturaleza para su sustento y protección esenciales.

A pesar de su importancia crítica, los modelos económicos no contabilizan sistemáticamente este valor, "creando incentivos perversos para destruir el capital natural a costa del crecimiento económico", según el informe Invertir en Capital Natural: Innovaciones Que Apoyan el Financiamiento Tan Necesario para la Naturaleza.

El informe destaca la necesidad de un cambio de enfoque, el apoyo a la innovación y un ecosistema de inversión para hacer crecer estos modelos de negocio positivos para la naturaleza.

El término "capital natural" proviene de la ciencia ecológica y se refiere al conjunto de recursos naturales del mundo, tanto renovables como no renovables, que generan un flujo de beneficios para la humanidad. Es fundamental para el PIB global y, como tal, la salud del capital natural está directamente relacionada con la salud económica y social.

Sin embargo, los modelos económicos no han tomado en cuenta el valor del capital natural y en su lugar han priorizado el crecimiento a su costa. Se estima que entre 1992 y 2014, la reserva global de capital natural per cápita disminuyó en casi un 40%, mientras que el capital producido per cápita casi se duplicó. Los flujos financieros negativos para la naturaleza ascendieron a casi 7 billones de dólares en 2022, mientras que la inversión en soluciones basadas en la naturaleza apenas alcanzó los 200 000 millones de dólares.

Los autores del informe argumentan que, como resultado, "seguir como hasta ahora ya no es viable". Pero, ¿qué necesita que cambiar?

En resumen, inversión e incentivos para invertir.

La economía positiva para la naturaleza necesita 2,7 billones de dólares de inversión de capital cada año hasta 2030. Sin embargo, la financiación actual está muy por debajo de estos niveles. La inversión directa en la protección, mantenimiento y mejora de la naturaleza, que es un componente de la cifra total de inversión, está actualmente rezagada en más de 700 000 millones de dólares anuales.

El principal inversor en la naturaleza es el sector público, con flujos de financiación privada muy limitados. Se estima que estos fueron de solo 35 000 millones de dólares el año pasado, una pequeña fracción de los mercados privados globales, que superan los 10 billones de dólares en valor, y una fracción aún más pequeña de los mercados globales de instrumentos de renta fija o de renta variable, que superan los 100 billones de dólares cada uno.

Las barreras a los flujos de capital privado hacia el capital natural incluyen la falta de motivación y factores de atracción. También existe la percepción de perfiles de rentabilidad bajos. Igualmente, como los datos sobre el capital natural y los costos de la degradación de la naturaleza no se incluyen sistemáticamente en los balances, el valor y los beneficios de mantener la naturaleza intacta no se incluyen en los cálculos.

Pero hay señales positivas: la innovación en toda la cadena de valor de la inversión ofrece oportunidades e incentivos para que los inversores privados inviertan en la naturaleza. El informe destaca cuatro áreas clave donde ya se está produciendo innovación y se están abriendo oportunidades para los inversores:

Es vital aprovechar estos factores para fomentar y permitir aún más la inversión en modelos de negocios positivos para la naturaleza. De lo contrario, el impulso que han generado corre el riesgo de perderse. Como destacan los autores del informe: "En última instancia, estas innovaciones no pueden producirse, ni se producirán, en el vacío; se necesita un ecosistema de innovación para fortalecer y ampliar su impacto".

Para concluir, el informe identifica cinco áreas críticas que pueden desarrollarse para apoyar esta mayor inversión en capital natural:

Como organización internacional de cooperación público-privada, el Foro Económico Mundial está comprometido a movilizar esta financiación para la naturaleza.

Esto se refleja en las iniciativas UpLink e iniciativas de financiación para la naturaleza, que ofrecen plataformas de colaboración. Por ejemplo, el Ecosistema de Innovación de UpLink está ayudando a impulsar el progreso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y ha realizado 17 desafíos de innovación relacionados con la naturaleza desde 2020. En ellos han participado más de 200 ecoemprendedores, que sitúan el medio ambiente en el centro de su modelo de negocio.

El propio informe ofrece nueve estudios de casos que dan vida a innovaciones en la cadena de valor de la inversión en la naturaleza. En ellos participan inversores de todo el espectro del capital, desde inversores institucionales y grandes administradores de activos hasta fondos de capital riesgo, inversores de capital privado e inversores de impacto. Entre los ejemplos de los estudios de casos se incluyen el trabajo de Pivotal en la agregación de datos sobre la naturaleza, de ARC Marine en apoyo de la biodiversidad marina y de Funga en la reposición del microbioma forestal.

Sin embargo, es esencial una mayor colaboración. Los inversores, ecologistas, innovadores tecnológicos, empresarios, financieros y comunidades locales tienen una oportunidad única de redireccionar la economía global hacia una en la que ecología y economía vayan de la mano.