7 mensajes clave de la Semana del Clima de Nueva York 2024

Cada septiembre, los líderes que trabajan en la vanguardia de la crisis climática y de la naturaleza acuden a Nueva York para celebrar la Semana del Clima.

Este año, el evento de ocho días se inició con la Cumbre del Futuro, a la que asistieron líderes de alto nivel, y fue seguido de diversas actividades por toda la ciudad, como en Solutions House bajo el lema "Solo respuestas" y las Reuniones de Impacto sobre el Desarrollo Sostenible, por nombrar algunas.

Estas son mis siete conclusiones de la semana.

Activista, emprendedora social, Global Shaper y cofundadora de la Academia de Creadores en Brasil, Kamila Camilo habló elocuentemente sobre cómo las acciones no son siempre adecuadas para todos durante la sesión: Desencadenar colectivamente puntos de inflexión positivos.

Camilo -que trabaja en primera línea con comunidades locales e indígenas como puente entre los que no tienen voz y los que sí la tienen, incluidos los líderes mundiales que quieren hacer el bien- destacó que es necesario un enfoque mesurado, ya que no todas las acciones serán adecuadas para todos. Es fundamental comprender mejor las consecuencias previstas y no previstas de las decisiones en las comunidades de base.

Vivimos en la era de la mala información y la desinformación, que antes alimentaba la narrativa del "engaño climático". Sin embargo, ahora los propagandistas han pasado de sembrar la duda sobre la existencia de la crisis climática a poner en duda soluciones probadas, por ejemplo, diciendo que "los paneles solares son peores para el medio ambiente que los combustibles fósiles."

Debemos ser capaces de identificar esas narrativas, lo que a su vez nos ayudará a formar a las generaciones futuras para que hagan lo mismo. Por ejemplo, aunque los paneles solares requieren minerales de tierras raras, el coste social y medioambiental de su extracción y uso es muy inferior al de la quema de combustibles fósiles, cuyo calor está impulsando los puntos de inflexión del sistema terrestre hacia estados de no retorno.

Tras 20 años de trabajo, los científicos pueden por fin evaluar el impacto climático de tormentas como el huracán Helene, que tocó tierra en Orlando (Florida) a mediados de semana. Pueden indicar en tiempo real el grado en que se ven potenciadas por el calentamiento global y los amplificadores de frecuencia y gravedad. Esto ayuda a informar a las comunidades afectadas de manera que puedan tomar decisiones diferentes en su vida cotidiana, incluidas sus decisiones en las urnas.

En audaces colaboraciones, académicos y expertos en marketing están determinando qué mensajes resuenan más eficazmente entre el público y cómo establecer lazos de entendimiento sobre la crisis climática, creando hubs de recursos de código abierto.

Los pueblos indígenas y las comunidades locales de todo el mundo han compartido esta semana un mensaje unificado que representa sus necesidades colectivas: Somos un solo pueblo viviendo en nuestro único hogar, el planeta Tierra. La vida de los seres humanos y de nuestros parientes naturales está en peligro. Esta es la sexta extinción masiva y los humanos no somos inmunes a sus efectos.

Estas comunidades necesitan acceso directo a la financiación a largo plazo para pacientes que aún no ha llegado a ellas. Necesitan un asiento significativo en la mesa de los foros mundiales, incluida la Conferencia de las Partes (COP) sobre el clima, la naturaleza y la desertificación para representar a casi 500 millones de personas de las Primeras Naciones que deberían tener una voz destacada en la configuración de las políticas que afectan a sus tierras y sus vidas.

Su resistencia histórica y su profunda conexión con la naturaleza sitúan a estas comunidades como líderes vitales a la hora de abordar los retos medioambientales. Durante la reunión, compartieron historias desgarradoras, como la de los aldeanos indígenas que luchan contra los incendios forestales con sandalias y el relato del defensor de Hopi y Akimel O'odham Jacob Johns, que sobrevivió a un disparo durante una manifestación pacífica. Nos instó a transformar este dolor en acciones significativas.

A medida que se acercan la COP16 de 2024 en Colombia y la COP30 de 2025 en Brasil, las voces indígenas abogan por una toma de decisiones centrada en la naturaleza, haciendo hincapié en que la mitad del producto interior bruto (PBI) mundial depende moderada o altamente de la naturaleza. Sus soluciones, basadas en siglos de gestión ecológica, son esenciales para forjar un futuro sostenible para todos.

Otro efecto secundario de la batalla entre la información creíble y la falsa es que las empresas tienen aversión al riesgo. En un contexto cada vez más fracturado en el que serán atacadas por cualquier cosa que hagan, prefieren evitar la divulgación a arriesgarse a ser atacadas.

Los recursos de los departamentos de comunicación se están desviando de la narración de historias a la comprobación de hechos. En este contexto, las acusaciones de «greenwashing» han dado lugar al «greenhushing» (ocultamiento verde), en el que las empresas no hablan públicamente de sus proyectos, aprendizajes e historias de éxito. Se trata de un grave peligro para la información: sin transparencia sobre los progresos y las vías de aprendizaje, las empresas caen más profundamente en el pozo de las acusaciones, mientras que otras eluden la rendición de cuentas.

También hemos experimentado un cambio radical en la naturaleza y la escala de la innovación en la Semana del Clima de la ONU de esta semana. Una Directora General de Sostenibilidad dijo que se sentía muy alentada al ver lo maduros que se han vuelto los "proyectos piloto" y las "pruebas" de años anteriores. Están ganando tracción mundial y ofreciendo servicios públicos de interés general a una escala que aún no habíamos visto. La confianza, la transparencia, la precisión y el código abierto de las nuevas herramientas de información y comunicación son perspicaces a escala mundial.

Las empresas con visión de futuro y comprometidas con la transparencia están llevando a cabo acciones ambiciosas para hacer frente a la crisis climática, caminando por la senda del optimismo informado. La Alianza de Líderes Climáticos CEO (Alliance of CEO Climate Leaders), tras años de seguimiento, ha informado de una reducción del 10% de las emisiones absolutas de 2019 a 2022, superando los objetivos fijados por la iniciativa Objetivos Basados en la Ciencia ( Science Based Targets, SBTi) y superando a las principales economías mundiales.

Durante este mismo período, la alianza también redujo la intensidad de las emisiones en un 12%, al tiempo que logró un crecimiento del 18% en los ingresos, superando significativamente el PBI mundial. Estos resultados demuestran que las empresas que hacen el bien también pueden prosperar.

Cada vez más empresas reconocen la necesidad de integrar la naturaleza y las estrategias climáticas, y que las soluciones basadas en la naturaleza pueden aportar beneficios climáticos e impactos positivos para las comunidades locales.

Están potenciando a los Jefes de Sostenibilidad (Chief Sustainability Officers), compartiendo las lecciones aprendidas de sus contratiempos para orientar a los demás y promoviendo la colaboración entre sectores y regiones. Al ser transparentes tanto sobre los éxitos como sobre los retos, estas empresas están liderando la creación de estrategias sostenibles y rentables para el futuro.

Cuando pensamos en la evolución, la frase común que nos viene a la mente es "la supervivencia del más fuerte". Mi última conclusión de esta semana es que la biología evolutiva nos recuerda que los más colaboradores han sobrevivido históricamente.

Desde las hierbas hasta los hongos, pasando por nuestro propio microbioma, la simbiosis es el principal motor de la salud. Y aunque la competencia es dura, los que triunfan a largo plazo son los que saben ver más allá de sus propios intereses a corto plazo, ser valientes en sus valores y hacer realidad su visión a pesar de la resistencia.

En lugar de la tragedia de los bienes comunes, estamos construyendo la administración de los bienes comunes. Es nuestro imperativo no desaprovechar esta crisis, sino hacer lo que nuestros antepasados han hecho antes que nosotros y evolucionar aún más rápidamente para descarbonizarnos colectivamente, apoyar a la naturaleza y aumentar nuestra resiliencia común en estos tiempos de cambio.