Financiar la innovación en tecnologías verdes: Lecciones de China

Según el último informe del IPCC, hemos batido un récord mundial de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al bombear a la atmósfera lo equivalente a 57,4 gigatoneladas de dióxido de carbono. El año pasado, 2023, fue el más caluroso jamás registrado, con 1,45 ± 0,12 °C por encima de la media preindustrial. En lugar de reducir las emisiones, seguimos avanzando en la dirección equivocada, pero eso puede cambiar.

Las cadenas de suministro de la alimentación, la construcción, la moda, los bienes de consumo rápido, la electrónica, la automoción, los servicios profesionales y el transporte de mercancías representan más del 50% de las emisiones mundiales. Por tanto, la descarbonización de la cadena de valor industrial ofrece una oportunidad clara de reducir las emisiones.

Una transición exitosa exige una profunda transformación económica, que requiere la movilización de financiación privada a gran escala. Según las estimaciones, lograr emisiones netas de carbono cero en los mercados emergentes y las economías en desarrollo requerirá inversiones de al menos 1 billón de dólares en infraestructuras energéticas para 2030 y de entre 3 y 6 billones de dólares anuales en todos los sectores para 2050, con el fin de mitigar el cambio climático reduciendo sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Un factor clave a lo largo de la cadena de valor es la tecnología de baja emisión de carbono, desde las fases anteriores hasta las posteriores. La tecnología de bajas emisiones de carbono en diferentes fases requiere herramientas financieras a medida. Las fases de investigación y desarrollo necesitan una asignación presupuestaria fiscal y capital filantrópico. Las tecnologías comercialmente viables y casi comerciales necesitarán otra fuente de capital.

China está bien situada para ayudar a suministrar y ampliar las tecnologías bajas en carbono y fomentar las cadenas de innovación hacia las economías emergentes y en desarrollo. Como principal socio comercial de más de 140 países, es uno de los países mejor ubicados para definir el ritmo y la velocidad de la transición verde de la cadena de suministro mundial.

En China, esta labor ya está en marcha. Más de 800 grandes empresas chinas se han fijado objetivos de neutralidad de carbono para 2060. Especialmente en los sectores de las TIC, textil y manufacturero, las empresas intentan alcanzar la neutralidad de carbono antes de los objetivos climáticos nacionales.

Para 2050, China necesita unos 26 billones de dólares de inversión verde. Se espera que el 14º Plan Quinquenal destine 6 billones de dólares a inversiones relacionadas con el cambio climático y el apoyo a la economía digital. El Banco Popular de China ha creado una línea especial de préstamos por valor de 500 000 millones de yuanes (unos 70 470 millones de dólares) para apoyar la innovación en ciencia y tecnología, la transformación técnica y la renovación de equipos. La tasa de interés de la línea a un año es del 1,75%.

Las empresas de tecnología verde que operan en cualquier mercado, incluido el chino, no sólo tienen que impulsar las cadenas de valor industrial que mejor puedan alimentar los avances tecnológicos, seguir las normas de información sobre sostenibilidad y fijar objetivos y estrategias ambiciosos de reducción de emisiones de carbono, sino que también deben entender el lenguaje de los inversores para garantizar su posición financiera, su rendimiento y sus perspectivas.

Los inversores, por su parte, tienen que entender las tecnologías y las oportunidades y riesgos pertinentes para su flujo de caja a fin de convertirse en verdaderos facilitadores de la ampliación de la tecnología verde y evitar el lavado verde. Por tanto, las empresas de tecnología verde y sus inversores deben llegar a un entendimiento mutuo.

La contratación verde se refiere a la compra de bienes y servicios que causan impacto ambiental adverso mínimo para ofrecer oportunidades a quienes disponen de tecnologías verdes.

Para ello, MYbank, un banco en línea impulsado por la tecnología e incubado por Alibaba, creó una plataforma de financiación especial para 6,23 millones de micro y pequeñas empresas (mypes). A finales de diciembre de 2022, MYbank ofrecía intereses preferenciales en préstamos a 420 000 mypes, impulsando su desarrollo verde al tiempo que les proporcionaba servicios financieros inclusivos de fácil acceso. MYBank incluyó a las mypes de las cadenas de suministro verde en la cobertura de sus políticas relativas a la financiación verde e inclusiva. También desarrolló una gama de nuevos productos de financiación verde basados en las necesidades de los clientes y creó una matriz de productos de financiación verde y digital de la cadena de suministro, que incluye préstamos para la contratación verde.

Se espera que los bancos sigan proporcionando la mayor parte de la financiación de la deuda en China. Hasta ahora, esto se está haciendo en forma de préstamos verdes (o "préstamos vinculados a la sostenibilidad") como productos innovadores adecuados para proyectos verdes de transporte. China CITIC Bank, por ejemplo, proporcionó a una empresa líder de baterías en medio de la cadena de suministro especializada en tecnologías verdes una solución de financiación de prepago, liderando la formación de un préstamo sindicado de capital circulante en dólares estadounidenses a medio y largo plazo. Se trató de un préstamo sindicado a diez años hecho a medida para ajustarse con precisión al plazo del contrato de suministro de materias primas, garantizando el suministro estable de éstas.

Otro ejemplo son los préstamos vinculados a la sostenibilidad que pueden adaptarse a la fase de operación y explotación de las tecnologías verdes. Société Générale de China ha completado la implementación del mecanismo vinculado a la sostenibilidad para la línea de crédito existente de 700 millones de RMB (97 millones de dólares) disponible para múltiples filiales chinas de Forvia, un proveedor líder de piezas de automóviles. Tras la firma de un préstamo a plazo vinculado a la sostenibilidad en junio de 2023, Société Générale actuó como co-prestatario e implementó una estructura similar para transformar la línea de crédito de aceptación bancaria existente en una vinculada a la sostenibilidad.

Entre las áreas de productos típicos en China también se incluye el mercado de valores verde para simplificar los procedimientos de verificación o presentación de ofertas públicas iniciales (OPI) de empresas verdes y para el establecimiento de mecanismos de canal verdes para empresas verdes.

Las empresas chinas también trabajan en el extranjero, por ejemplo en el mercado de capitales suizo. Con el apoyo de la Comisión Reguladora de Valores de China y la Bolsa de Shenzhen, GEM emitió con éxito recibos de depósito globales y cotizó en la Bolsa suiza SIX, consiguiendo recaudar 381 millones de dólares. Esta cantidad se invirtió en proyectos tales como recursos de níquel en Indonesia y reciclaje de baterías eléctricas en Europa.

El viaje de China ha comenzado claramente, con un despliegue comercialmente viable y temprano de tecnologías, productos de financiación verde innovadores y claros signos de cambio en las preferencias de los inversores.

De cara al futuro, la taxonomía común y las nuevas fuentes de capital públicas y privadas, reestructuradas mediante mecanismos de financiación que reduzcan los costes de capital, son la dirección que probablemente tomará China para expandir su cadena de innovación y construir un ecosistema de innovación más amplio.