Una generación a la deriva: Por qué los jóvenes son menos felices y qué podemos hacer al respecto

Vivimos en un mundo en el que los adolescentes se enfrentan a una sensación de crisis antes de llegar a la edad adulta; una época en la que los jóvenes, históricamente modelos de optimismo, declaran ser menos felices que sus mayores.

En las "siete edades del hombre" descritas en "Como gustéis", Shakespeare pintó las etapas posteriores de la vida como melancólicas, pero el último Informe sobre la Felicidad en el Mundo desvela una realidad preocupante: los jóvenes de todo el mundo declaran ahora niveles de felicidad más bajos que sus mayores. Desde 2006, los niveles de felicidad declarados por los jóvenes han descendido en Norteamérica, Sudamérica, Europa, el sur de Asia, Oriente Medio y el norte de África.

Varios factores contribuyen a este declive, como ponen de evidencia el informe y otras investigaciones:

- Aumento de los costos. Los jóvenes se enfrentan a una cuesta más empinada hacia la prosperidad que las generaciones anteriores. La accesibilidad a la vivienda, la educación y la sanidad puede ser un obstáculo importante para la seguridad financiera y el bienestar general. La deuda de los préstamos estudiantiles y el estancamiento de los salarios estrangulan aún más sus finanzas, retrasando hitos como la propiedad de la vivienda y la formación de una familia, que contribuyen a la sensación de logro y estabilidad. Esto no es sólo un fenómeno occidental; un informe del Banco Mundial de 2022 reveló que el aumento de los costes de la vivienda es también una gran preocupación para los adultos jóvenes en economías en desarrollo como Brasil y la India.

- Mercado laboral. La economía gig, economía que algunos asocian con la economía colaborativa, o la economía de los freelance, y los acuerdos de trabajo precarios ofrecen menos seguridad y beneficios en comparación con las carreras tradicionales. Esta falta de estabilidad dificulta la planificación financiera y aumenta la ansiedad sobre el futuro. Un informe de 2023 de la Organización Internacional del Trabajo encontró que las tasas de desempleo juvenil siguen siendo obstinadamente altas en las economías desarrolladas, y son aún peores en los países en desarrollo.

- Las redes sociales. Aunque ofrecen conexión, los medios sociales pueden alimentar la inadecuación y la comparación social. Un estudio de 2022 encontró una fuerte correlación entre el aumento del uso de los medios sociales y los síntomas de depresión y soledad en adultos jóvenes, probablemente una tendencia global.
- Aislamiento social. A pesar de las conexiones online, los jóvenes pueden experimentar una falta de relaciones personales sólidas debido a factores como la disminución del tiempo libre, la movilidad geográfica o las ansiedades sociales. Sentirse desconectado de una comunidad de apoyo puede afectar negativamente a la felicidad.

- El cambio climático. La inminente amenaza del cambio climático pesa mucho sobre las generaciones más jóvenes. Heredan un mundo acosado por los desafíos medioambientales y pueden sentir una falta de control o de capacidad para abordarlos.
- Polarización política. El aumento de las divisiones sociales y políticas puede alimentar la ansiedad y la desesperanza. Ser testigo de una negatividad constante puede ser emocionalmente agotador. Según un informe de UNICEF de 2023, los jóvenes de zonas en conflicto de todo el mundo, como Siria y Yemen, presentan niveles especialmente altos de ansiedad y depresión.

El informe revela una disparidad geográfica y de desigualdades. En Noruega, Suecia, Alemania, Francia, el Reino Unido y España, los adultos mayores declaran una mayor felicidad que los jóvenes, mientras que Portugal y Grecia muestran la tendencia contraria. Además, muestra que los jóvenes de Norteamérica están ahora mucho menos contentos que sus mayores. La desigualdad en la felicidad también ha aumentado en todas las regiones, con la excepción de Europa, que pronto podría seguir este cambio "histórico" y "desconcertante".

Las consecuencias podrían ser catastróficas si no se abordan. Como señala el informe "Pensar que en algunas partes del mundo los niños ya están experimentando el equivalente a una crisis de la mediana edad exige una acción política inmediata". Cuando la felicidad disminuye, también lo hacen la motivación, la productividad, la salud y la esperanza de vida.

Aunque el informe presenta un panorama preocupante, también ofrece esperanzas. Países como Costa Rica y Kuwait registraron un aumento de la felicidad entre los jóvenes. Aunque las razones específicas siguen siendo objeto de estudio, estos ejemplos sugieren que centrarse en el apoyo social y en un sentido de propósito podría ser clave.

1. Dar prioridad al apoyo global a la salud mental. Debemos invertir en servicios de salud mental accesibles e integrales para los jóvenes en las escuelas y comunidades de todo el mundo. La intervención y el apoyo tempranos son fundamentales para hacer frente a los efectos negativos de las redes sociales y otros factores de estrés. Programas como el entrenamiento en mindfulness y las sesiones de terapia de grupo han demostrado su eficacia para reducir la ansiedad y la depresión entre los jóvenes. Además, la creación de recursos y líneas de ayuda en línea específicamente adaptados a los problemas de salud mental de los jóvenes puede garantizar una mayor accesibilidad.

2. Fomentar las conexiones entre culturas en el mundo real. Deben apoyarse y fomentarse las actividades que promuevan una auténtica interacción social y un sentimiento de pertenencia entre culturas. Los programas de intercambio internacional, en los que jóvenes de distintos países viven y aprenden juntos, pueden fomentar el entendimiento y las amistades para toda la vida. Las iniciativas virtuales de tutoría juvenil pueden poner en contacto a los jóvenes con profesionales experimentados que les ofrezcan orientación y apoyo. Incluso las comunidades globales en línea centradas en intereses compartidos, como el activismo medioambiental o la escritura creativa, pueden proporcionar un sentido de pertenencia y propósito.

3. Impulsar la reforma de las redes sociales. Las empresas de medios sociales y los gobiernos tienen la responsabilidad global de dar prioridad al bienestar de los usuarios. Es crucial implantar normativas y políticas de contenidos más estrictas que limiten la propagación de la negatividad y la desinformación. Las plataformas también pueden explorar funciones que limiten el tiempo de pantalla o exijan la verificación de la edad para determinados tipos de contenido. La cooperación internacional puede garantizar que estas reformas se apliquen de forma efectiva más allá de las fronteras, creando un entorno en línea más seguro y positivo para los jóvenes de todo el mundo.

4. Defender la educación para el futuro. Las escuelas deben ir más allá de los estudios tradicionales y dotar a los estudiantes de habilidades para la vida que puedan aplicarse en cualquier lugar. Los talleres de alfabetización financiera pueden capacitar a los jóvenes para tomar decisiones financieras informadas y navegar por las complejidades de los préstamos estudiantiles y la elaboración de presupuestos. Enseñar hábitos saludables en Internet puede garantizar un uso responsable y seguro de las redes sociales.

El mundo se encuentra en una encrucijada, ante la alarmante realidad del descenso de la felicidad de los jóvenes. El Informe sobre la Felicidad en el Mundo 2024 nos recuerda nuestra responsabilidad colectiva de fomentar el bienestar de las generaciones futuras. Los jóvenes de hoy son la mano de obra de mañana; si abordamos ahora los factores que contribuyen al descontento juvenil, las empresas y la sociedad pueden allanar colectivamente el camino hacia un futuro mejor.

El Foro Económico Mundial está trabajando con sus socios a través de la iniciativa Healthy Workforces para identificar las implicaciones del deterioro de la salud mental de los jóvenes y promover estrategias de salud integral para mejorar la salud de los empleados, sus familias y sus comunidades. No es demasiado tarde para ayudar a los jóvenes a redescubrir la alegría de ser jóvenes, vivos y llenos de posibilidades. Su futuro colectivo y el de la sociedad dependen de que se tomen medidas positivas ahora.