Las inversiones sostenibles no dejan de crecer, gracias a los millennials

A solar panel array can be seen at the Windorah Solar Farm, which was installed by Ergon Energy, near the town of Windorah in outback Queensland, Australia, August 11, 2017. Picture taken August 11, 2017.   REUTERS/David Gray - RC181443EF20

Image: REUTERS/David Gray

María Hernández
Redactora, The Objective
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En los últimos años, la generación millennial se ha convertido en la esperanza de la sociedad para cambiar el mundo. Comprometidos con la protección del medioambiente y numerosos problemas sociales, los jóvenes de esta generación comienzan a adueñarse del mercado laboral y, poco a poco, van dejando su huella en un mundo que lucha contra la creciente destrucción del medio ambiente.

Su preocupación por problemas como la contaminación, la pobreza o la falta de derechos humanos en algunos lugares, así como por las prácticas empresariales responsables con la sociedad, en general, se está empezando a notar en el mundo de los negocios.

Un claro ejemplo es que las inversiones sostenibles son cada vez más populares en todo el mundo y en los últimos años han crecido a pasos agigantados. Las previsiones apuntan a que este aumento no va a parar.

El crecimiento de las inversiones sostenibles

La preocupación por no financiar a ninguna empresa que lleve a cabo prácticas polémicas o cuyos productos sean perjudiciales es común en casi todos los lugares del mundo. A medida que los jóvenes comienzan a incorporarse al mercado laboral, este interés se está dejando notar en todas las regiones del mundo.

En 2016, las inversiones sostenibles alcanzaron los 22,89 billones de dólares, según los últimos datos de la Global Sustainable Alliance. Esta cifra es bastante superior a la de 2014, cuando se situó en 18,28 billones de dólares, lo que supone un 25% de incremento en tan solo dos años.

Este dato es aún más impactante si nos remontamos al año 2012, pues entre esta fecha y el año 2014, las inversiones sostenibles crecieron un 61%.

A pesar de que este tipo de inversiones ha crecido prácticamente en todo el mundo, hay grandes desigualdades en las distintas regiones del planeta, mostrando que la sostenibilidad aún no ha logrado hacerse un hueco en las principales preocupaciones de los ciudadanos de algunos de los países más importantes para la economía mundial.

Por encima, destacan Australia y Nueva Zelanda, que son las que más huella están dejando en el negocio de las inversiones sostenibles. En dos años, el dinero invertido en estas causas ha crecido en un 247,5%.

Comparada con estos datos, Europa queda en evidencia, pues el aumento es bastante menos notable. En los dos últimos años, las inversiones sostenibles solo han crecido un 11,7%, dejando al viejo continente por detrás de Estados Unidos, Canadá y Asia, y demostrando que aún queda mucho por hacer en la sociedad europea en lo que a sostenibilidad se refiere.

¿En qué sectores se hacen estas inversiones?

Aunque la terminología puede resultar confusa, las inversiones sostenibles no tienen por qué estar relacionadas con invertir dinero de una manera directa en una causa relacionada con un problema social o medioambiental, sino que hay muchas maneras de hacer que estas inversiones sean responsables.

Existen diferentes categorías en las que se puede invertir para que la operación esté dentro de este tipo de transacciones. Así, las inversiones sostenibles se dividen en inversiones de impacto, negativas o de exclusión, directas en causas sostenibles, en compañías best-in-class, screening basado en normas e inversiones basadas en la integración de ESG (causas ambientales, sociales y gobernanza corporativa).

Las más comunes son las inversiones negativas o de exclusión, es decir, aquellas que dejan fuera los planes, compañías o fondos implicados en actividades controvertidas o consideradas como inaceptables. Las armas, la energía nuclear, la pornografía o el tabaco son algunas de las actividades que los inversores evitan cuando realizan transacciones en esta categoría. De esta manera, aunque sin invertir en ninguna causa concreta, las inversiones se dirigen a empresas con buenas prácticas ambientales y cuyos productos son beneficiosos para la sociedad.

Sin embargo, las que más han crecido son las inversiones de impacto, es decir, aquellas dirigidas a un problema social o ambiental concreto, hechas habitualmente en mercados privados. Muy relacionado con esto, también ha aumentado notablemente el dinero que se invierte en causas relacionadas directamente con la sostenibilidad, comprometidas con la protección del medioambiente. Los proyectos para reducir la contaminación, las energías renovables o las prácticas ecológicas son algunos ejemplos del destino de estas inversiones, que son un reflejo de las preocupaciones sociales.

La inversión sostenible en España

En España, el interés por la sostenibilidad también crece poco a poco, pero todavía quedan muchos esfuerzos por hacer para que las inversiones en este sector sean suficientes. “La mayor parte de la inversión ISR está canalizada a través del inversor institucional, siendo especialmente representativo en nuestro mercado”, explica el Foro de Inversión Sostenible de España en su último informe.

Esto supone que las personas particulares, los minoristas, no invierten su dinero en causas sostenibles y que las responsables del tímido crecimiento de este tipo de inversiones en España son las grandes instituciones o compañías.

Pero no toda la culpa recae sobre los inversores. El informe señala que existe una oferta escasa, aunque creciente, de productos de inversión sostenible en España. La solución parece llegar de la mano de las gestoras internacionales, que están poco a poco incorporando “su técnica y conocimiento y su catálogo de productos” debido al potencial que ven en el mercado español.

¿Qué hacer para aumentar estas inversiones?

En el caso de España, las causas sostenibles todavía no son el primer foco de atención de los inversores, pero las perspectivas de crecimiento son buenas y el aumento de las inversiones sostenibles y responsables demuestra que este interés va en aumento.

Para ayudar a impulsar este interés, las empresas juegan un papel muy importante, pues son ellas quienes pueden ofrecer una gran cantidad de productos en los que invertir de una manera responsable con la sociedad. Por tanto, aumentar la oferta de productos y proyectos sostenibles es el primer esfuerzo necesario para cumplir este objetivo.

Por parte de los ciudadanos, de los inversores, también hay maneras de en este tipo de causas sin necesidad de gastar una gran cantidad de dinero. El Foro de Inversión Sostenible destaca, entre ellas, la participación en campañas de crowdfunding, que tan populares se han vuelto en los últimos años, para financiar causas ambientales y sociales.

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