Cómo crear las habilidades necesarias para la era de la IA

Las nuevas tecnologías pueden ser apasionantes y disruptivas al mismo tiempo. En los últimos años, ninguna innovación ha sido más polémica que la inteligencia artificial (IA). Está cambiando nuestra forma de pensar sobre cuándo, dónde y cómo trabajamos, y qué habilidades necesitan los trabajadores para prosperar en un mundo de máquinas inteligentes y computación cognitiva. Pero viene con una advertencia colosal. ¿Cómo afectará a los puestos de trabajo y a los medios de subsistencia? Y, ¿qué medidas podemos tomar ahora para preparar a nuestros trabajadores para el futuro y dotarlos de las habilidades y los conocimientos que necesitarán para triunfar en un mercado laboral más digital, automatizado y acelerado?

El desplazamiento, o la reconfiguración de puestos de trabajo, es una de las principales preocupaciones. Los trabajos intensivos en mano de obra, como el ensamblaje de productos electrónicos o automóviles, la manipulación de materiales y la supervisión de las cadenas de suministro -carreras que emplean a decenas de millones de trabajadores y que son fundamentales para las economías de muchos países en desarrollo- se verán sin duda afectados a medida que las actividades impulsadas por la IA, como el control de calidad y la robótica, sustituyan algunos puestos de trabajo. Los trabajadores especializados en sectores como la banca, el marketing y los recursos humanos pueden tener que mejorar su nivel de cualificación para coexistir con tecnologías sofisticadas de análisis financiero, comercio algorítmico, análisis predictivo y desarrollo de software.

El FMI estimó recientemente que casi el 40% de los puestos de trabajo se verán afectados por la IA. Sin embargo, este efecto varía según el nivel de ingresos de cada país. Alrededor del 60% de los puestos de trabajo en las economías avanzadas pueden verse afectados por la IA, mientras que la vulnerabilidad en los mercados emergentes es del 40% y en los países de bajos ingresos es del 26%. Aunque las disrupciones a corto plazo de la IA son menores en las economías emergentes y en desarrollo, también existe el riesgo de que los trabajadores de estos países se priven de los beneficios potenciales.

Las ramificaciones del despliegue de la IA van mucho más allá de la disrupción laboral. Las economías avanzadas están adoptando la IA más rápidamente que el mundo en desarrollo, lo que plantea retos para las economías emergentes, donde la falta de habilidades y de familiaridad con tecnologías innovadoras esenciales podría obstaculizar el progreso. Ya hay indicios de que el déficit de trabajadores técnicamente cualificados en algunos países está desalentando la inversión en las cadenas de suministro de industrias importantes, como la fabricación y el montaje de baterías de vehículos eléctricos. De no resolverse, el abismo de habilidades entre el Norte y el Sur se ampliará, exacerbando potencialmente la desigualdad de ingresos, limitando a algunas economías de oportunidades de alto valor y encendiendo una serie de otros problemas que pueden extenderse más allá de las fronteras.

Ya es un hecho que los trabajadores -en casi cualquier lugar y en casi cualquier puesto de trabajo- necesitan ser más competentes que nunca en habilidades técnicas y digitales. Aunque algunos puestos de trabajo se vean desplazados, la demanda de técnicos, tecnólogos e ingenieros no deja de aumentar. En una encuesta reciente realizada a las partes interesadas de la industria automovilística de Ontario, dos tercios de los encuestados señalaron la "falta de opciones de educación y formación adecuadas" para estudiantes y recién licenciados como una de las principales razones de la escasez de habilidades prevista para el futuro. Más de la mitad de los encuestados señalaron "la falta de opciones de formación y readaptación profesional para los trabajadores actuales" como otro reto. Es probable que las carencias en los mercados emergentes sean similares o peores.

Esta realidad se refleja en el mercado de la educación, en rápido crecimiento, cuyo valor se prevé que supere los 7 billones de dólares en 2027. En la actualidad, solo una pequeña parte de las iniciativas e inversiones en educación se dedican a tecnologías emergentes como el aprendizaje automático, la computación cognitiva, la robótica y los sistemas de nueva generación, y estas aún no están integradas en los sistemas educativos en general. Sin embargo, la educación tradicional o los productos edtech por sí solos no van a ser suficientes. Con el ritmo de la innovación tecnológica actual, son necesarias la formación técnica aplicada, los programas de aprendizaje permanente y la mejora continua de las habilidades para dotar a los trabajadores de la capacidad de comprender y manejar tecnologías y modelos de negocio en evolución y, en última instancia, para mantener un empleo remunerado.

Los responsables políticos deben dar prioridad a la formación basada en las habilidades teniendo en cuenta la economía basada en la IA. Las economías exitosas del pasado, como Alemania, Corea del Sur, Singapur y Japón, ofrecen valiosas lecciones. Estos países hicieron hincapié en la excelencia en ingeniería, la innovación técnica y una sólida formación técnica para impulsar sus economías, mejorar la empleabilidad de los trabajadores y proporcionar las habilidades necesarias para competir en la economía global. Crearon marcos de habilidades e incentivaron a las empresas para que invirtieran en formación. Los resultados saltan a la vista.

En la era de la IA, la participación de la industria y los enfoques colaborativos son fundamentales para reducir la brecha entre la educación terciaria tradicional y la realidad laboral. Los trabajadores necesitan experiencia práctica con las tecnologías más avanzadas. Los educadores y las instituciones educativas deben replantearse el rumbo y elaborar programas de aprendizaje que se ajusten a la realidad técnica y práctica del mercado laboral actual. En algunos casos, las credenciales y los formatos educativos tradicionales deben replantearse y actualizarse. Todas las partes interesadas deben colaborar para identificar los nuevos requisitos de habilidades y crear modelos sostenibles para mejorar y reciclar las aptitudes de los trabajadores a gran escala y con rapidez.

Forjando alianzas e invirtiendo en capital humano, las economías emergentes y en desarrollo pueden salir de la pobreza y convertirse en economías más dinámicas, equitativas y modernas. La Corporación Financiera Internacional puede ayudar. Tenemos una gran experiencia y hemos invertido más de 2.400 millones de dólares en educación en mercados emergentes. Somos grandes inversores en industrias de alto nivel de empleo, como la industria manufacturera, la agroindustria, la industria farmacéutica y la asistencia médica. Y tenemos décadas de experiencia movilizando recursos y convocando a las principales interesados para crear soluciones sistémicas. Nos comprometemos a identificar y apoyar soluciones de formación adaptables que se ajusten para satisfacer las necesidades de habilidades de los mercados emergentes.

Cultivar el capital humano es esencial para un futuro próspero. Se necesitan nuevos enfoques para una rápida y continua mejora y reciclaje de las cualificaciones. Las plataformas de aprendizaje en línea, las microcredenciales y las iniciativas de colaboración entre las instituciones educativas y la industria pueden respaldar este esfuerzo y acelerar la transición hacia un mundo más verde, eficiente e inclusivo, en el que los puestos de trabajo y las vías de desarrollo de habilidades estén fácilmente disponibles.