¿Qué significa la interoperabilidad del metaverso y por qué es importante?

El metaverso es un espacio tecnológico convergente que aprovecha cada vez más los avances en inteligencia artificial, la realidad extendida, IoT y blockchain para dar paso a la próxima era de Internet. Para maximizar su impacto potencial, el metaverso debe alcanzar la interoperabilidad de forma correcta.

La interoperabilidad es algo más que la vestimenta de un avatar comprado en un juego y utilizado en otro: es un proceso de diseño y despliegue deliberados para facilitar experiencias de usuario sin fricciones, funcionalidad y protección entre plataformas. Pero el debate no se limita a los equipos de diseño; los esfuerzos de gobernanza mundial han situado la interoperabilidad directamente en el foco del cumplimiento de la normativa. A medida que la Comisión Europea aborda la interoperabilidad a través de la Ley de Mercados Digitales (DMA por sus siglas en inglés), el desarrollo del metaverso se prepara para ser un ensayo de innovación bajo una gobernanza anticipatoria, con importantes implicaciones para el futuro de la identidad, las comunicaciones y el comercio digitales.

¿Qué aspecto tiene hoy la interoperabilidad y cómo puede hacerla avanzar el metaverso? El ejemplo más notable de red interoperable es la web abierta, que, mediante la adopción de un conjunto de protocolos de comunicación estandarizados y normas de diseño, permite a agentes independientes interactuar e intercambiar información de forma beneficiosa a escala mundial. Sin embargo, aunque existe cierto grado de interoperabilidad en la web abierta que permite integrar de forma fluida y universal elementos concretos de hardware y software, la internet tal y como la conocemos no logra superar algunos de los hitos más prometedores del diseño metaverso.

Una oportunidad clave que presenta el metaverso es la promoción de la identidad digital. Si la identidad digital de un usuario se constituyera de forma segura e interoperable fuera de una plataforma específica, podría reforzar significativamente la fiabilidad, utilidad y seguridad de las experiencias digitales. Uno de los elementos de este avance son los monederos digitales y los sistemas de pago. Estos sistemas promueven el acceso y la participación intersectorial, la acreditación fiable de la propiedad digital y la procedencia de los activos, y apoyan las transferencias seguras y fiables de cualquier cosa, desde divisas hasta entradas para conciertos. Con la aparición de la interoperabilidad en estos casos, la economía metaversal puede llegar a ser aún más diversa, amplia y fiable que la Internet actual. Esto podría acelerarse mediante un desarrollo coordinado y una regulación sensata que busque guiar y apoyar la innovación responsable y fiable, mientras hace justicia a la dinámica de los mercados vertiginosos.

Aunque la interoperabilidad metaversal tiene innumerables ventajas, también hay que tener en cuenta aspectos importantes a la hora de decidir cuándo y dónde conceptos como la identidad y la experiencia deben estar exentos de fricciones. El paisaje del "jardín amurallado" rara vez es accidental, sino que obedece a consideraciones económicas, técnicas y sociales. Los espacios virtuales más comunes del metaverso emplean sus propios motores de renderizado, formatos de archivo y sistemas de lenguaje, porque intentan crear experiencias de usuario idiosincrásicas dentro de entornos controlados que puedan ser optimizados por un grupo definido de partes interesadas. Es posible que una plataforma orientada a los niños no quiera que los elementos de la apariencia de un juego de combate se reproduzcan en su ecosistema, aunque fuera técnicamente factible. Los usuarios también se beneficiarán del control y la gestión de la mezcla de datos del metaverso. Mientras que algunos, por ejemplo, podrían estar contentos de compartir datos personales como la altura y la forma del cuerpo en la plataforma de compra de ropa del desarrollador A, podrían preferir retener dicha información en el entorno de juego del desarrollador B.

Sin duda, la interoperabilidad en el metaverso es una perspectiva atractiva para usuarios y desarrolladores, ya que ofrece posibilidades de mejorar las experiencias, reducir los costos de desarrollo, realizar nuevas inversiones y aumentar los beneficios. Sin embargo, al entender que la interoperabilidad al por mayor, en todo el metaverso y sin restricciones no es deseable, cualquier regulación que pretenda guiar ese desarrollo debe actuar con criterio.

Esta conversación ha cobrado vida con la imposición por parte de la Comisión Europea de requisitos de interoperabilidad para los "servicios básicos de plataforma" en el marco de la DMA. La DMA impone determinados elementos de interoperabilidad técnica como facilitadores clave de la competencia en el mercado. En cuanto a los servicios de mensajería, WhatsApp ha servido como ejemplo temprano de los requisitos de la Comisión Europea. WhatsApp está creando actualmente los medios para permitir que las aplicaciones de mensajería de terceros se conecten a su servicio, poniendo así a los usuarios en condiciones de comunicarse a través de aplicaciones al tiempo que se adhieren a los protocolos de protección de la privacidad y la seguridad de WhatsApp. La DMA hace hincapié en primer lugar en hacer interoperables los servicios de mensajería de texto, imagen, voz, vídeo y archivos entre particulares, y más adelante incluirá las llamadas y los chats de grupo. La DMA contiene varias obligaciones adicionales de interoperabilidad para los "guardianes" designados, como el requisito de hacer que la instalación y el uso efectivo de aplicaciones de terceros o tiendas de aplicaciones sean compatibles con los sistemas operativos de los guardianes y proporcionar acceso a sus funciones esenciales de hardware y software.

Es importante destacar que la DMA no se limita a imponer la interoperabilidad en el panorama actual, sino que se esfuerza por que sus medidas estén preparadas para el futuro. Para ello, la Comisión Europea puede llevar a cabo una "investigación de mercado" con el fin de incluir o eliminar servicios y obligaciones de plataformas básicas adicionales en su ámbito de aplicación. Esto puede establecer requisitos de diseño concretos no articulados anteriormente, y proporciona un marco para la evolución de la orientación e, idealmente, la capacidad de demostrar el cumplimiento a través de la revisión técnica. Al centrarse en la comunicación intermediada digitalmente y en una concepción evolutiva de los servicios esenciales, la DMA establece un marco que pronto podría enfocarse hacia aspectos únicos de las tecnologías metaversales.

¿Qué viene después? El metaverso es un nuevo nivel de complejidad, convergencia tecnológica, inmersión y necesidad de acción e interacción en tiempo real en comparación con la web 2D. Lejos de la era del "muévete rápido y rompe cosas", que definió el desarrollo de la internet tal y como la conocemos, la internet del futuro está naciendo bajo un intenso escrutinio normativo. El modo en que normativas como la DMA abordan la interoperabilidad en el diseño, la funcionalidad y el uso puede influir profundamente en el modo en que el metaverso integrará y mejorará las experiencias digitales existentes.

Si las partes interesadas intersectoriales pueden colaborar y utilizar la gobernanza para avanzar en un diseño seguro, accesible, social y económicamente viable, el metaverso aún puede alcanzar su potencial transformador. Si la regulación y la innovación no encuentran espacio para coexistir en esta nueva era, la Internet del futuro puede estar en peligro.