Puntos de inflexión positivos: Una forma creíble de alcanzar nuestros objetivos climáticos

Estamos enfrentando el cambio climático con demasiada lentitud, y lo sabemos. Con las olas de calor que asolan Estados Unidos, Oriente Medio y otros lugares, ya estamos experimentando cómo será un mundo 1,5 ºC más cálido. Necesitamos un cambio de mentalidad y de estrategia para encontrar la solución.

La única forma creíble de cumplir el Acuerdo de París para limitar el calentamiento global por debajo de 2ºC es encontrar y activar puntos de inflexión positivos que aceleren radicalmente la acción. Actualmente, estamos descarbonizando más de cinco veces más despacio de lo que deberíamos. Necesitamos una aceleración comparable para parar de destruir la naturaleza y empezar a regenerar nuestro sistema de soporte vital.

Cambios graduales no son suficientes: la investigación del informe Global Tipping Points (Puntos de Inflexión Globales) lo dejan muy claro. De hecho, el cambio incremental corre el riesgo de llevarnos más allá de peligrosos puntos de inflexión en el sistema de la Tierra, a un mundo de temperaturas 2,5°C o 3°C superiores, lo que expondrá a millones de personas a extremos de calor y humedad potencialmente mortales.

Necesitamos acelerar el cambio autopropulsado que se produce al cruzar un punto de inflexión, pero en los sistemas humanos que actualmente impulsan las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de naturaleza. La buena noticia es que estamos empezando a ver puntos de inflexión positivos en nuestras sociedades y tecnologías.

Estos ocurren cuando el bucle de retroalimentación amplificadora (positiva) remplaza la retroalimentación negativa y adquiere la fuerza suficiente para apoyar un cambio autopropulsado. Por ejemplo, la adopción de vehículos eléctricos (VE), energía solar y eólica, y el declive de la energía del carbón, se están produciendo de forma exponencial en algunos países.

Esto se debe a la existencia de circuitos de retroalimentación que se refuerzan mutuamente, como el aprendizaje a través de la experiencia y las economías de escala, que han reducido radicalmente el precio y mejorado la calidad y accesibilidad de las tecnologías verdes, junto con el contagio social de su adopción.

En el caso de los países y sectores que ya han dado el paso -como el Reino Unido, que ha pasado del 40% al 0% de generación de electricidad por carbón-, la autopropulsión de la "curva en S" del cambio ha producido un ritmo de descarbonización líder en el mundo.

Los puntos de inflexión positivos ya están empezando a propagarse por los mercados. En el caso de productos globalizados, como baterías de VE, las mejoras de precio y calidad en un mercado se comparten en todas partes. De ahí que las medidas que estimulan la innovación en un mercado, como la prohibición de la venta de vehículos de gasolina o diésel en el futuro, beneficien a todos.

Los puntos de inflexión positivos también empiezan a reforzarse mutuamente en todos los sectores. Las baterías cada vez más baratas refuerzan el punto de inflexión hacia las energías renovables, ayudando a equilibrar la oferta y la demanda de electricidad. Y las energías renovables, cada vez más baratas, contribuyen a la electrificación de la movilidad al reducir el coste total de tener un VE.

Esto crea puntos de superapalancamiento -identificados en el informe The Breakthrough Effect- en los que una acción decisiva puede desencadenar una ruptura positiva en cascada en todo el sistema energético, acelerando la eliminación de tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La otra cuarta parte de las emisiones es el resultado de la agricultura y del uso que hacemos de la tierra, y está impulsada en gran medida por la demanda alimentaria de carne, sobre todo de vacuno. El ganado utiliza el 80% de las tierras agrícolas para proporcionar solamente el 17% de las calorías y el 37% de las proteínas en todo el mundo. Esto provoca potentes emisiones de metano, deforestación y emisiones de CO2.

Necesitamos que las dietas se inclinen positivamente hacia menos carne y más fuentes alternativas de proteínas. Los sustitutos de la carne de origen vegetal ya están experimentando una retroalimentación de refuerzo a medida que su mayor adopción hace bajar su precio y mejorar su calidad.

Cambiar la dieta es clave para acabar con la deforestación y liberar tierras para regenerar la naturaleza, eliminar el exceso de carbono de la atmósfera y adoptar sistemas agrícolas más sostenibles.

La naturaleza ya cuenta con innumerables circuitos de retroalimentación, algunos de los cuales se autoamplifican fuertemente. Es por eso que ecosistemas como los arrecifes de coral o biomas como la selva amazónica tienen puntos de inflexión. Por eso la eliminación o reintroducción de una especie clave -como los lobos del Parque Nacional de Yellowstone - puede transformar todo un ecosistema.

Aprender a trabajar con los circuitos de retroalimentación de la naturaleza de la forma adecuada es la base que nos permite influir positivamente en la regeneración de ecosistemas degradados y la creación de sistemas agrícolas más sostenibles.

Sin embargo, seguirá existiendo un obstáculo fundamental para alcanzar puntos de inflexión positivos si seguimos utilizando una definición estrecha de crecimiento como medida del éxito de la sociedad. Buscar únicamente la maximización del beneficio a corto plazo a nivel empresarial y la manutención del crecimiento del producto interior bruto a nivel nacional e internacional está destruyendo nuestro sistema de soporte vital.

Existen ya muchas métricas de valoración alternativas, como el índice de felicidad nacional bruta o la contabilidad de costes reales. Éstas miden y valoran la salud y el bienestar humano y ecológico y tratan de reducir las desigualdades e injusticias.

La adopción de una nueva métrica de progreso supondría un profundo punto de inflexión positivo en las normas culturales. Actuaría como un punto de superapalancamiento para desencadenar otros puntos de inflexión positivos de acción.

La naturaleza de las normas sociales significa que a menudo nos quedamos atrapados en las normas perjudiciales debido al coste inicial para quienes son los primeros en desviarse hacia normas mejores. Pero una vez que un número suficiente de actores se pasa a la nueva norma, sumarse al cambio resulta cada vez más beneficioso para los que se unen.

Poner las cosas en marcha es, por supuesto, la parte difícil. Hacerlo requiere valor. El castigo por perjudicar a los beneficios a corto plazo puede ser fuerte. Sin embargo, cuando existen rendimientos crecientes, quienes son lo bastante valientes para emprender -pensemos en Vestas, Tesla o Bután- pueden convertirse en los mayores ganadores.

La forma dominante de crecimiento económico, y la ideología que la sustenta, es claramente insostenible. Al mismo tiempo, necesitamos aumentar exponencialmente el número de turbinas eólicas, paneles solares, vehículos eléctricos y todo un nuevo sistema energético. También tenemos que ayudar a los ecosistemas a (re)brotar en un sentido muy literal.

Así pues, la pregunta debería ser: ¿qué tipo de crecimiento queremos? A corto plazo, al menos, necesitamos el crecimiento autopropulsado de los puntos de inflexión positivos.

Esta carta está firmada conjuntamente por:

Alexa Firmenich, directora de Ground Effect y codirectora de SEED en Crowther Lab

Brita Staal, Responsable de Clima, Smart Innovation Noruega

Caspar Coppetti, Cofundador y Copresidente Ejecutivo, On

Christoph Gebald, Cofundador y CEO, Climeworks

Isabel Hoffmann, Cofundadora, rePLANET

Jeremy Jurgens, Director Gerente y Jefe del Centro para la Cuarta Revolución Industrial, Foro Económico Mundial

Johan Rockström, Director, Potsdam Institute for Climate Impact Research

Kristian Parker, Vicepresidente del Consejo de Administración y miembro de la familia fundadora, Oak Foundation

Patrick Frick, Fundador, Global Commons Alliance

Ramiro Fernández, Director de Campañas, Campeones del Clima de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)

Sandrine Dixson-Declève, Copresidenta, Club de Roma

Simon Mulcahy, ex Presidente de Sostenibilidad de TIME y CEO, CO2.com

Thomas Crowther, Profesor de Ecología en la ETH de Zúrich y Presidente Fundador del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas

Thomas Zurbuchen, Director de ETH Zurich Space, ex Administrador Asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA

Tobias Luthe, Director del Programa de Diseño de Sistemas Regenerativos Resilientes en la ETH de Zúrich, Profesor de Diseño de Sistemas en la Escuela de Arquitectura y Diseño de Oslo (AHO) y Guía de Montaña.

Xavier De Le Rue, Snowboarder de Alta Montaña y Guía de Montaña (4 veces campeón del mundo de boardercross y 3 veces campeón del mundo de freeride)